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En este estadio, tras el colapso del teatro cartesiano, el pensamiento reactivo deja de pertenecer a otra mente, pues la mente inconsciente es absorbida en la realizada. El pensamiento reactivo, el poco que queda, ocurre dentro de la mente despierta. Dentro de La Gran Mente a partir de ahora, pues no hay otra. Y no hay nada que no lo sea. El pensamiento reactivo es otro proceso más. Por eso también se dice que en este estadio en la tradición Mahamudra, que ya no hay «mindfulness ni no-mindfulness», no hay dos mentes, no hay cambios de ese tipo…
Hay que decir que los primeros pasos en este estadio pueden ser algo desequilibrantes, puede costar encontrar la forma de encajar todo esto pues queda algo de sujeto y está totalmente fuera de lugar. Intuitivamente relaciono este momento (inicios de un-sabor) con el Bhumi «Difícil de dominar» (el quinto) pero quizá solamente fue mi experiencia. Aún así, ciertos maestros Kagyu sí ponen ese bhumi en esta etapa.
En esta etapa es en la primera en que podemos hablar de La Gran Mente del Zen, en mayúsculas y que substituye a la idea de «sujeto». Hay La Mente y no hay dualidad notable basada en la existencia de un sujeto dentro de esa Mente. Esa situación de no-sujeto aporta alta cotas de ecuanimidad a la hora de enfrentar el Samsara, pues aunque es evidente que yo no soy tú, cierta magia ocurre y las necesidades personales tienden a quedar en el mismo nivel que las ajenas o bastante cerca.
Que el pensamiento reactivo acontezca ya no debe preocuparnos, recordad que la mente despierta no tiene por qué apegarse a él… Acontece o no en función de causas y circunstancias, condicionalidad, igual que vemos u oímos por origen inter-dependiente.
En ese momento todos los contenidos mentales deben verse como un-sabor: iguales, sin mayor relevancia, pues todos ocurren de la misma manera y tienen la misma capacidad de absorbernos: Ninguna o casi ninguna, y cuando la tengan, deberemos dejar caer ese apego, cosa que ahora es sencilla, no hay impedimentos en eso para la gran mente, todo es mente. Deberemos acostumbrarnos a otra manera de existir, pero nada más.
La ausencia de centro y sensación de ser todo el contenido mental también son indicadores que se usan para la realización de Brahman, así que en mi opinión sería la misma situación. También en hinduismo se usa la palabra Samarasa (no confundir con samsara) para lo mismo, de hecho samarasa significa literalmente un-sabor. Es lo mismo en sanscrito y se usa en hinduismo y shivaismo.
Aquí, por primera vez podemos quizá decir con cierto criterio que alcanzamos lo que tradicionalmente se llama no-dualidad. No antes. Aquí no hay teatro cartesiano posible. Colapsó justo al empezar este estadio. Y por tanto entramos de lleno en la no-dualidad fenoménica (que es la no-dualidad que trata el budismo Mahayana). No hay yo y luego fenómenos, hay fenómenos y procesos, pero no hay otra cosa. Puedes entender Anatman así. La tradición Mahamudra dice que aquí se realiza anatman (en el yoga de un-sabor, el tercero).
Realmente ahora el sujeto apenas existe, o al menos es ilocalizable, algunos maestros «atmánicos» pero muy sabios, como Anadi, hablan de «sujeto transparente» que es decir lo mismo pero no le parece oportuno decir que no lo hay por ninguna parte, pero bueno… no pasa nada…
La situación es de igualdad de todos los contenidos mentales. Eso definiría la perfección de este estadio. Eso y la elevada ecuanimidad ante los eventos externos. No es de extrañar que el «uno» sea el concepto más repetido en este estadio.
Seguimos
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Cuando la mente esta liberada y suelta
no ondea con el viento de los pensamientos.
Como un oceano sin olas,
la mente reposa en cualidades
sin excitación o confusión.
Ese es el yoga de FocalizaciónCuando tu mente es observada,
no aparece como dos,
Meditación y Meditador.
Como encontrando un viejo amigo,
la mente simplemente se reconoce a sí misma.
Este es el Yoga de No-proyección (*)Cuando esto se familiariza debido al hábito
toda posible aparición – Samsara y Nirvana
serán entendidos como tu propia mente.
La Mente es primordialmente pura en sí misma.
Este es el Yoga de Un-sabor.Como espacio, Alaya, la base mental de todo,
ni va ni viene.
El espacio se disuelve en espacio.
Los pensamientos han sido agotados,
el Dharma ha sido agotado
y la consciencia sin tiempo ha sido agotada.
Este es el Yoga de No-meditación.
por el venerable Khenpo Tsultrim Gyamtso Rinpoche
(*) Yoga de «Simplicidad» en otros textos