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Pasamos ahora a ver la subituidad tal como queda reflejada en otras doctrinas Mahayana. Ahora tibetanas.
En Ati yoga (más conocido como Dzogchen) existe un evento de reconocimiento fundamental. Abro paréntesis para constatar que todo reconocimiento ha de ser puntual por definición. Igual que cuando uno mira un cuadro que no sabe entender y de repente ¡bum! ves la imagen que se supone que existía en ese dibujo. Hay multitud de efectos ópticos de ese tipo por ahí.
Dzogchen es una doctrina que podríamos llamar aquí directa. Son doctrinas de tercer giro de la rueda del Dharma en las que lo fundamental es reconocer la naturaleza budica, y ya está. Bueno, es broma, no está, pero los principios fundacionales de esas doctrinas dicen que ya estás realizando una práctica-realización (sí, como los chicos Soto), es decir en cierta manera eres Buddha mientras hay ese reconocimiento.
Siendo las dos doctrinas directas más conocidas, son sin embargo bastante diferentes. Para empezar en Dzogchen tienen claro una cosa que creo que en el Zen Soto han perdido y es que eso solo es posible hacer práctica-realización cuando (lógicamente) has reconocido esa naturaleza búdica y puedes volver a ella. Antes de eso, no hay tal práctica-realización. Y esto es muy relevante pues es el foco de este texto.
El principal evento súbito de Dzogchen es el reconocimiento inicial de la naturaleza búdica, que en Dzogchen (y también en Mahamudra aunque menos a menudo) denominan rigpa. Y entiendo, aunque no soy experto en Dzogchen que se debe contemplar un evento súbito futuro en que se estabiliza su reconocimiento de forma completa. De hecho en algunos textos he visto Dzogchen subdividido en los mismos yogas o etapas que Mahamudra pero no sé si es algo demasiado ortodoxo y reconocido.
De hecho Mahamudra y Dzogchen no tienen tantas diferencias y en Tíbet incluso hay maestros de ambas doctrinas simultáneamente, luego se consideran 100% compatibles.
Bien ¿qué es rigpa en concreto o según Ati yoga?:
Rigpa es Vidya en sánscrito ( རིག་པ་,). Rigpa suele ser malentendido como simple Presencia, atención, consciencia (awareness) o Mindfulness, pero eso no es más que la práctica previa al reconocimiento (ocurre igual en el Zen Soto). Rigpa es sabiduria (Vidya) literalmente pero apunta a la naturaleza búdica.
¿Es Rigpa lo que se reconoce también en los Kenshos zen? Pues aparentemente sí, aunque como siempre esta opinión será polémica e indemostrable. De hecho se describen igual, como la verdadera naturaleza, naturaleza esencial, naturaleza de la mente o naturaleza búdica, luego dento del budismo no debería costar tanto entender, aceptar o al menos albergar la duda, de que se reconoce lo mismo. A veces son sorprendentes estas negativas, y detrás de ellas creo que hay un punto de excesivo apego a la propia doctrina como especial y única.
El evento de reconocimiento puede ocurrir en cualquier momento o situación, pero como es tradición en Tíbet (también en Mahamudra), cuando se considera que el aspirante está preparado y no ha habido tal realización, el maestro intentará lograr ese reconocimiento súbito en una sesión formal, usando lo que se llaman las instrucciones de señalamiento o reconocimiento (pointing-out) o también introducción a la naturaleza de la mente (esto se dice más en Mahamudra). Durante ese evento se aplicará cierta psicología espiritual por parte del maestro para influir al máximo en que ese reconocimiento ocurra.
Este sería el evento súbito más relevante en Dzogchen y tal como comentaba, como no soy un gran experto an Ati yoga creo que como ejemplo y esbozo es suficiente.
Seguimos
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Otro sutra de subituidad (y zen) es el de la Plataforma (o de Huineng).
Huineng acabó siendo el sexto patriarca zen y aunque su sutra e historia parecen algo peliculeras y probablemente tienen mucho de fantasía, no cabe duda que Huineng abogó por la subituidad del zen (por tanto del budismo).
En el sutra de la plataforma hay al menos dos momentos de realización súbita. En algún sitio he leído que son tres pero solamente tengo en la cabeza dos. Si alguien tiene claro el tercero, que no dude en ponerlo en comentarios.
El primero ocurre sin saber demasiado de budismo, de joven y oyendo el sutra del Diamante. En ese momento Huineng realiza la naturaleza vácua de su mente (¿sería un Kensho?).
Un día un parroquiano que compró un poco de leña me pidió que se la llevara a su negocio. El comprador recibió la leña y yo dejé el negocio con el dinero. Ya afuera, me fijé en un viajante que estaba recitando una escritura. Al momento de oír las palabras de la escritura, mi mente entendió y comprendí [en algunas versiones pone incluso que se volvió un Buddha]
Le pregunté al viajante cuál era la escritura que estaba recitando. Él dijo que era el Sutra del Diamante.
El segundo ocurre ya con el quinto patriarca zen y se describe como más definitivo:
Entonces me preguntó, «¿Ya está el arroz listo?»
Repliqué, «El arroz ha estado listo por mucho tiempo, pero todavía quiere cernerse.»
El Gran Maestro golpeó el mortero tres veces con sus bastón. Inmediatamente entendiendo lo que el Gran Maestro quería decir, fui a su habitación, en la tercera posta, [en el medio de la noche]. Usando su vestimenta como resguardo o mampara, de manera que nadie nos viera, él me explicó el Sutra Diamante. Cuando llegó al punto donde dijo, «Deberás activar la mente sin vivir en nada» en el momento de él pronunciar esas palabras yo tuve la realización abrumadora de que todas las cosas no están separadas de la naturaleza inherente.
[…]
Conociendo que había realizado la naturaleza original, el Gran Maestro me dijo, «Si uno no discierne la mente original, no hay ningún beneficio en estudiar las enseñanzas. Si disciernes tu propia mente y ves tu propia naturaleza esencial, eres lo que ellos llaman un gran hombre, un maestro de humanos y ángeles, un buda.»
Así Huineng parece seguir el patrón kensho-satori hablado hace unos días. Y es intersante que la segunda realización es más no-dual que la primera. Lo cual encaja bien con otras sendas como Mahamudra.
A partir de este punto los relatos de subituidad de maestros zen aparecen por centenas durante la historia, pero por no alargarnos demasiado con el zen, lo podemos dejar aquí.
Seguimos.
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Vamos ahora a revisar algunos de los soportes doctrinales a los eventos súbitos en el budismo y no hay un soporte de más nivel en el budismo que los sutras. Así que vemos sutras sobre eventos súbitos.
El más típico es el Lankavatara. Sutra fundacional del zen y que aparentemente trajo Bodhidharma desde la India. QUe no me extrañaría que hubiera escrito su propio maestro Prajnatara (que podría ser una mujer, luego maestra).
En este sutra se trata un solo evento súbito, que originalmente se describe con la palabra india paravritti y que tradicionalmente se ha traducido como «Cambio radical en el asiento de la consciencia».
Veamos algunas citas del sutra:
Después de haber experimentado el “cambio radical” en el asiento más profundo de la conciencia, los Bodhisattvas experimentarán otros Samadhis, hasta llegar al más elevado: el Vajravimbopama. Antes de haber tomado conciencia plena de la Sabiduría Noble, fueron influenciados por los intereses personales del egoísmo, sin embargo, después de esta toma de conciencia, descubrirán que reaccionarán espontáneamente a los impulsos de un gran corazón compasivo, estarán dotados de medios hábiles e ilimitados, sincera y totalmente devotos a la emancipación de todos los seres.
[…]
Pero cuando experimenten el “cambio radical” en su conciencia más profunda, conllevará un perfecto estar consciente de la Sabiduría Noble, entenderán.
[…]
Libres del dominio de las palabras, podrán establecerse donde hay “el cambio radical” en el asiento más recóndito de la conciencia, mediante el cual estarán conscientes de la Sabiduría Noble y podrán entrar en todas las tierras de los Budas y las asambleas
[…]
La Inteligencia Trascendental es el estado interno de la auto-conciencia de la Sabiduría Noble que sucede repentina e intuitivamente, a la vez que el “cambio radical” ocurre en el asiento más profundo de la conciencia.
[…]
Sin embargo, la mente-discriminatoria no puede cesar hasta que haya ocurrido un “cambio radical” en el asiento más profundo de la conciencia.
[…]
Cuando se alcance una visión profunda de los cinco agregados, las tres naturalezas y el no-yo dual, se abrirá el camino para la realización de este “cambio radical”.
[…]
Cuando el sabio discrimina el error, éste se convierte en Verdad gracias al “cambio radical” que ocurre dentro de la consciencia más profunda. Entonces, la mente, así emancipada, está plenamente consciente de la Sabiduría Noble.
Y muchas más.
Seguimos
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El Koan es la práctica súbita por excelencia o la práctica budista de momentos Eureka por excelencia, prácticamente los inventaron ellos. De hecho puede verse como justo eso, un método pautado y casi industrial para producir momentos Eureka.
Aunque a veces se dice que la práctica del Koan nace con LinJi (Rinzai), en realidad nace mucho más tarde. Linji soltaba sus frases (que nunca repetía) a cada discípulo según la carencia que detectaba en él, y el discípulo no hacía nada concreto con ella, o le iba bien o no le iba bien. Luego se olvidaba por parte de ambos y a otra cosa…
En esa época lo que hacían los maestros zen (no solamente LinJi) se parecía más bien a una forma exótica de las instrucciones de señalamiento (pointing out instructions) como las del Tíbet pero dadas mucho más informalmente y de formato mucho más paradójico y adaptado a cada persona. Intentaban ver qué frase iba bien a cada monje para ver si le provocaban un efecto Eureka espontáneo.
Lo que pasó luego es que se cogieron esas frases en libros y se daba la misma a todos los estudiantes para que la estudiaran, no había ninguna personalización. Con Hakuin cuando fundó la doctrina Rinzai ya era siempre así. Eso, lógicamente es mucho menos efectivo, mucho menos brillante y más sistemático, pero no por eso dejaban de tener efecto.
La práctica koan funciona y desencadena momentos Eureka, eso es seguro. Y lo hace porque cumple a rajatabla lo que debe hacerse para tener uno y que ya vimos antes.
La pregunta relevante aquí es un evento Eureka pero ¿sobre qué? ¿sobre qué cuestión? ¿por qué tantos koans diferentes? ¿todos sirven para lo mismo?
Hay que entender que un momento Eureka no tiene valor en sí mismo, no es que nos vayamos a volver buscadores de momentos Eureka para coleccionarlos. Lo relevante es cual sea el aporte cognitivo que te deje ese momento.
Así como los kenshos (y otros eventos como los que ocurren en las doctrinas tibetanas) son siempre sobre la naturaleza de la mente o sus características, no está claro que sea así con los koan. ¿Qué te deja la resolución de cada koan?
Hakuin categorizó los koans en cinco tipos (pueden encontrarse otras categorizaciones), las descripciones no son mías:
- Hosshin, los koans del cuerpo del dharma, se utilizan para despertar la primera percepción interior de sunyata. Revelan el Dharmakaya, o Fundamental. Introducen «lo indiferenciado y lo incondicional».
- Kikan, koans de acción dinámica, ayudan a comprender el mundo fenoménico visto desde el punto de vista despierto; Donde los koans hosshin representan tai, sustancia, los koans kikan representan yu, función.
- Gonsen, explicación de los koans de palabras, ayuda para la comprensión de los dichos registrados de los antiguos maestros. Muestran cómo lo Fundamental, aunque no depende de las palabras, se expresa sin embargo en palabras, sin apegarse a las palabras.
- Hachi Nanto, ocho koans «difíciles de pasar». Hay varias explicaciones para esta categoría, una de las cuales es que estos koans cortan el apego al logro anterior. Crean otra Gran Duda, que destroza el yo obtenido a través del satori. No está claro cuáles son exactamente esos ocho koans. Hori da varias fuentes, que en total dan diez koans.
- Goi jujukin koans, los Cinco Rangos de Tozan y los Diez Preceptos Graves.
No es difícil intuir que los koans cuyos resultados pueden ser equivalentes a un kensho y a otros sobre la naturaleza de la mente, tipo Mahamudra, son los de la primera categoría. Lo cual tiene sentido, pues ese evento abre la puerta del zen (y del Dzogchen y de Mahamudra). Luego son los primeros.
La segunda categoría parece orientarnos hacia la no-dualidad fenómeno-mente, lo cual encajaría también con modelos tipo Mahamudra. O bien a la integración de la realización y el fenómeno que viene a ser similar.
Las otros tres categorías, probablemente tienen mucha menos relevancia efectiva aunque puedan ser más o menos relevantes en su doctrina (lo desconozco). Quizá el número de koans ha proliferado en exceso (se ha llegado a hablar de más de mil) y no todos son tan relevantes o útiles a pesar de generar un momento Eureka.
Respecto al trabajo el koan en sí mismo, se puede decir que se sigue básicamente la misma idea y dinámica de todos los eventos Eureka, así que no hace falta entrar en más detalle para el nivel de este texto que es muy superficial.
Seguimos.
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Todo este laberinto conceptual es lo que ha convertido el Zen en algo tan complicado de entender hasta por sus practicantes senior, incluso a veces auto-contradictorio. A menudo su complejidad surge por intentar armonizar principios demasiado radicalizados (y algunos claramente falsos), evitando con ello, otros que también son necesarios y razonables (y que están en casi todos los sutras y doctrinas budistas).
Ha habido también, debido al método koan, a toda la épica zen de sus maestros clásicos y sus respuestas paradójicas, un cierto «recrearse» en ese «no entender nada» que tampoco creo que sea demasiado positivo. Como si hubiera un concurso para ver quién es más paradójico y oscuro, en lugar de intentar aclarar términos a los practicantes. También a veces porque el propio maestro no podría dar una respuesta razonable que no contradiga esos principios insostenibles, luego se ve obligado a seguir con el lenguaje paradójico.
Y ha acabado también llevando a algunas sub-escuelas o linajes al extremo de ese Zen del «no explicar nada», es decir, siéntate a meditar y nada más, pues no hay nada que entender. Lo cual también será carencial pues hay ausencia de prajna.
Esta idea del «solo medita» ha encajado muy bien en occidente pues permite relajarse del día a día, vestirse de persona espiritual, pero no tener que comprometerse fuertemente con principios budistas que puedan ser molestos, sean los paramitas, la misma idea de anatman, la causalidad o incluso la necesidad de cierto estudio de sutras y textos que puedan ser beneficiosos. Pero esa gran carencia va a pasar factura en forma de no progreso o bien desviaciones. Incluso si ocurre un kensho casi por azar (eso pasa, pero también pasa fuera del Zen), el practicante estará perdido a posteriori.
De hecho en cierta manera ese sería un zen sin budismo a pesar de toda la parafernalia y folclore, como el mindfulness sin budismo, y dará resultados parecidos (pocos). Ya he leído por ahí de labios de alguien decir que «es que el zen no es budismo»… y no le falta razón en ciertos casos… pero eso no es algo positivo en mi opinión, ni era la idea original. También por eso se hace posible el Zen cristiano, pues ya no es budismo como tal y por tanto el alma (atman) cristiana o la creencia en un Dios omnipotente, la voluntad antes el pecado, etc… ya no son problema alguno…
¿Hay Mahamudra cristiano? No, lógicamente no, y es porque los principios budistas y los cristianos son incompatibles. Uno no puede creer y no creer en atmanes a la vez… y así con todo…
Y acabando con la evolución que caricaturizamos aquí, llegó el Zen del «no conseguir nada». Es ese Zen en que uno a veces incluso se recrea en no haber avanzado en la vía del Dharma en absoluto, porque afirma que no hay nada que lograr (se deriva de nuevo y siempre del error de «originalmente ya iluminado»), cuando la vida e historia del mismísimo Buddha está repleta de justo el mensaje contrario.
Además estos últimos aspectos, ese zen, es sorprendentemente coherente con propuestas como el neo-advaitismo más teórico (el de los Satsangs como forma de Camino). Cuyas características y trampas, tratamos aquí en el pasado (por cierto el artículo mejor valorado del blog es su tercera parte). Vale la pena leer y comparar.
Es decir, que ese Zen apenas budista del nada que hacer y nada que lograr, no es demasiado diferente de las doctrinas neo-advaitas menos operantes. Aunque al menos en el Zen se medita…
Resumiendo: al perder el Zen el punto medio o de equilibrio, y sobre todo caer en la trampa de la idea de «ya originalmente iluminado» todos los extremos tienen pegas y carencias pues el sendero budista es multi-dimensional necesariamente. No se pueden/debe quitar dimensiones y hay argumentos que son insostenibles aunque los sostenga alguien con reputación.
Así no es tanto que las doctrinas súbitas tengan un problema con la práctica ¿por qué iba a ser así? ¿no practican koans en el Zen Rinzai para obtener realizaciones? ¿hay algo más súbito que ese Zen Rinzai? ¿y no es gracias a la práctica y entrenamiento que se obtienen esas realizaciones?
Para ser exactos el problema con la práctica del Zen sobre todo Soto, proviene de la idea del «originalmente ya iluminado». Retirada esa idea, no queda problema alguno con las prácticas ni con la disyuntiva súbito-gradual o el entrenamiento sentado.
Seguimos (con lo positivo)