El blog de 道


Adavita Vedanta y neo-advaita

Roberto en forobudismo ha dejado este enlace que me ha parecio muy interesante y claro, sobre la importante diferencia entre el Advaita Vedanta tradicional y el neo-Advaitismo, aunque este último no deja de ser una amalgama de mil maestros diferentes (el artículo cita 200 en 2.010, ahora son muchos más).

En realidad aunque  el neo-advaitismo apela a los grandes gurús tradicionales, para dar reputación a sus postulados, realmente sus enseñanzas son notablemente contradictorias con esos maestros tradicionales y reputados.

Creo que es un artículo que todos los interesados en alguna de las dos doctrinas debería leer.

Básicamente explica las diferencias notables que los maestros tradicionales ven en estas nuevas doctrinas/maestros respecto a la tradición no-dual hinduista. Y que resumiendo son:

Negación de la práctica, ausencia de desarrollo ético, falta de base en las enseñanzas, prematuro estatus de gurú, deficiencias del formato satsang, pre-transcendencia, des-personalización y confusión.

Por supuesto a no todos los maestros neo-advaitas aplica todo lo comentado, cada uno es diferente, a cada uno le aplica lo que le aplica, no es difícil de saber…

Además, a los interesados en la no-dualidad en general, aprovecho para recomendarles el excelente portal que aloja este artículo (advaitainfo):

Gurús neo-advaitas y sus detractores



Las tres actitudes (D. Harding)

Una y otra vez, cuando se leen las palabras de los Sabios, uno tropieza con estos dos mensajes: la Auto-realización es la cosa más fácil del mundo —¡y es también la cosa más difícil!

La liberación es la recompensa de un trabajo largo, ferviente y asiduo— e inversamente no es nada de tal: ¡es perfectamente natural y siempre-presente y nada en absoluto por lo que haya que esforzarse! Quien yo soy realmente es brillantemente evidente para mí justo ahora, justo como yo soy, con solo que me atreva a girar en redondo mi atención y a examinar el lugar que yo ocupo; ¡y (ellos agregan) esta visión está disponible solo para los pocos que están cualificados para ella!

Así, no es solo Ramana Maharshi quien nos confronta una y otra vez con esta contradicción o paradoja total. Ella aparece en todas las grandes enseñanzas místicas del mundo. Entre nuestros contemporáneos, Sri Nisargadatta Maharaj nos dice que la Liberación es un trabajo arduo y costoso, y al momento siguiente nos dice que nuestro único problema es que nosotros pretendemos que no estamos liberados.

Antes de continuar investigando si tales contradicciones aparentemente flagrantes pueden ser reconciliadas, notemos de pasada qué efecto tienen sobre los lectores y los devotos. Hay tres reacciones:

(1) La primera reacción y ampliamente la más común es tomar seriamente sólo aquellos pasajes que parecen decir que la Iluminación o la Liberación no está disponible, e ignorar (o no ver) los otros pasajes que insisten en que está disponible aquí y ahora, independientemente de lo apto o inepto que pueda pensar que yo soy. La excusa dada frecuentemente para justificar esta ceguera es la humildad. «¡Yo no estoy iluminado!», dicho más bien presuntuosamente, si no orgullosamente, y con la sugerencia de que no todo el mundo es tan modesto. De hecho sería más honesto decir: «En verdad, por todo tipo de razones, estoy determinado a hacer caso omiso, a negar con vehemencia mi Iluminación siempre presente, y las palabras de mi Maestro que la afirman son insensatez —en lo que a mí concierne—».

Nota : Veanse algunos postulados de algunos practicantes Zen, Theravada y otras viejas escuelas con la transmisión «perdida»

(2) El segundo tipo de reacción de los lectores y devotos es el inverso del primero: a saber, tomar seriamente solo aquellas enseñanzas que enfatizan la inmediatez y evidencia del Sí mismo, y hacen caso omiso convenientemente de aquellas que mencionan el precio que hay que pagar. En este caso la excusa común será probablemente que, puesto que de todos modos la verdadera Naturaleza de uno es Iluminación misma, no hay nada que hacer al respecto, ninguna práctica continuada, ninguna renovación de la dedicación, ningún trabajo espiritual. Y el resultado de esta actitud es que, incluso si uno ha vislumbrado efectivamente su verdadera Naturaleza, de hecho uno está viviendo todavía la vieja vida engañada de identificación con su naturaleza humana. Ver dentro de uno ocasionalmente es ampliamente inoperativo.

Nota: Vease algunos postulados de algunos practicantes del popular NeoAdvaitismo directo

(3) La tercera reacción es la genuinamente humilde, la única que muestra verdadero respeto por el Maestro, la única digna del devoto real, y que es dar igual peso a ambos aspectos de la enseñanza, reconociendo y no negando ni comentando sus «contradicciones», y llevando a cabo diligentemente su reconciliación, no tanto en la teoría como en la práctica, momento a momento.

-D. Harding

 



Un buscador espiritual: el pequeño saltamontes

Existe un determinado perfil de buscador espiritual que parece ir saltando continuamente de maestro en maestro, de lectura en lectura, de doctrina en doctrina. Podríamos llamarlo el saltamontes.

Tras esa forma de proceder, bastante extendida, siguen subyaciendo creencias del tipo «lo que está bien y lo que está mal». Y por tanto, se crea una corriente de juicio que se dedica a valorar cada maestro, texto o doctrina para ver «si está bien», «si es correcta».

La creencia es que hay «una doctrina buena» y «el resto falsas», incluso a veces se investigan en detalle las experiencias de despertar ajenas para intentar encontrar el patrón, «el truco», aquello que ha hecho que esa persona despierte y que si descubro, voy a poder reproducir y despertar. O se busca una y otra vez el maestro ideal, y solo se encuentran personas ordinarias, como tú y como yo, nadie tiene un aura de luz, ni flota en el aire y se sigue buscando…

Y cuidado, es cierto que hay que tener un gran sentido común discriminante para poder huir de charlatanes, ilusos y estafadores. Eso, desgraciadamente hace falta y también es un bien escaso.

Y también es cierto que no todo vale, no toda doctrina se aplique como se aplique conduce de forma segura a la liberación ni mucho menos. Este otro extremo, el dogmatismo a-crítico, el fanatismo, es otro pozo espiritual…

Por mucho que busques «nunca vas a encontrar el truco o la certeza» porque no existe. Puedes buscar eternamente…

Haciendo el símil con ir en bici, es como si uno se pasara el día viendo expertos ciclistas por la tele y leyendo manuales de como ir en bici, a ver si encuentra «el truco» para mantener el equilibrio.

Una vez al mes, coge la bici y durante unos minutos prueba a ver si le va mejor. Y como no ocurre así, descarta lo visto hasta ahora como falso y sigue buscando…

Evidentemente así nunca va a aprender a ir en bici.

Siempre es un riesgo elegir un método para aprender a ir en bici y dedicarse a seguirlo de forma exclusiva, porque puede no ser el mejor… cuesta elegir, pero no te queda otra opción…

Lo que olvidamos con facilidad es que la teoría realmente útil para el camino espiritual, no es que no exista como se dice a veces, pero es mínima. El camino espiritual ocurre de forma vivencial, debes vivirlo. Es una vivencia, es caminar, es otra forma de vivir esta vida… Los maestros y doctrinas solo te indican someramente hacía donde caminar.

Nadie aprende a ir en bici desde la teoría. Y nadie camina una senda espiritual sin caminar…

Y no hay trucos, al menos nada que pueda aplicarse de forma general.

Busca si has de buscar, hasta que la propia búsqueda se agote, pero nunca, nunca, nunca, retrases ni un segundo de la vivencia del camino espiritual a la espera de encontrar «la doctrina», «el maestro» o «el truco». Porque eso es justo lo contrario a seguir un camino espiritual. Equivócate mil veces, pero caminando, no parado… quizá algún día verás con claridad que todas esas equivocaciones eran progreso…

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Li llevaba muchos días caminando por empinadas laderas desérticas hacia Shangri-La, no sabía cuanto faltaba pero la intuía cerca. A un lado del camino de pronto vio a un malvestido anciano sentado con los ojos cerrados en medio de la nada. Paró ante él y le preguntó:

  • Anciano, ¿falta mucho para Shangri-La?

El anciano abrió los ojos como emergiendo de otro mundo y tras una larga pausa simplemente dijo:

  • Camina –  e hizo un gesto en dirección al camino con la mano.

Li se irritó un poco con la respuesta. Insistió:

  • Anciano, sé que debo caminar todavía, pero ¿no podríais orientarme?
  • ¡Camina! – fue de nuevo su única respuesta.

Li contuvo las ganas de decirle cuatro cosas al anciano y con un suspiro siguió caminando.

Cuando se había alejado unos diez pasos del anciano oyó a su espalda:

  • Llegará en unas tres horas, joven.

Entonces Li se giró y dijo secamente:

  • Muchas gracias, pero ¿por qué me contestas ahora y no al principio?
  • Porque hasta que no te vi caminar y cual era tu ritmo, no sabía cuanto tardarías en llegar…

Cuando al atardecer Li llegó a Shangri-La y comentó el encuentro, le dijeron el nombre del anciano: un tal Lao Zi.

Cuento tradicional apócrifo.



No-frewill and/or no-self?

La ausencia de libre albedrío y la doctrina de no-yo no son lo mismo pero casi.

Veremos que en función de como se matizan estas dos ideas surgen tres posibilidades.

Es decir que respecto a la doctrina de no-yo y la supuesta libertad podemos suponer tres escenarios:

  1. No libertad y no Yo

Suponer que no hay yo estable y que todo acontece por origen dependiente, es decir que no solo no hay entidad estable alguna sino que todo se decide por influencia de la totalidad del universo. Es decir, no hay yo, ni libre albedrío. Esta sería la opción «hard». Esta opción es absolutamente científica, es decir coincide con la ciencia actual que solo entiende de leyes de causa-efecto y de incertidumbre cuántica. Esta es la opción budista mayoritaria.

2. No Yo pero libre

Suponer que no hay entidad estable alguna, y que «el yo» que planifica una cosa, no es el mismo que el que la ejecuta (aunque recuerda la planificación) pero que en ese momento tiene capacidad para elegir libremente la acción. Es decir, hay libertad pero no hay yo. Esta opción, como toda la que argumente decisión incondicionada (que es lo que es el libre albedrío) obliga a que exista un «algo» supra-universal o supra-científico que nos provea de esa libertad incondicionada.

Esta opción no la he visto expresada con mucha claridad por ningún maestro o doctrina, pero parece corresponder bastante bien con los nuevos maestros (tipo Tolle) y maestros neo-advaitas, que afirman que no existe yo pero suelen hablar de «una libertad más allá de lo imaginado en el AHORA».

Pero aún queda otra posibilidad:

3. Yo, sin libertad

Uno podría argumentar que es posible no tener libre albedrío y sin embargo ser un «algo» estable (sea eterno o dure solo lo que el cerebro). Ese algo podemos llamarlo «Ser». Esa sería una forma de no-libre albedrío pero con «Yo/Ser» ¿y entonces como sería ese Ser? pues si no tiene libre albedrío sería una especie de no-hacedor estable o incluso eterno ¿no? ¿os suena? Un observador no-hacedor estable ¿no es eso el testigo Advaita?

Es decir las sutilezas de las doctrinas de no-yo y no-libre albedrío en función de como son interpretadas nos llevan al Budismo, al Advaita Vedanta o a otros maestros modernos.



Zen Soto hoy día
07/07/2015, 3:07 pm
Filed under: Fragments, Reflexions | Etiquetas: , , , , , , ,

Un artículo bastante crítico pero con el que estoy de acuerdo en parte, sobre la situación dogmática del Zen Soto y su práctica.


En el Zen moderno, la práctica, es principalmente Soto. Pero más específicamente, gira en torno a las extrañas enseñanzas de Dogen Zenji. Los escritos a menudo turbios de Dogen, tienen su atractivo para un determinado tipo de Zenista; pero lo que Dogen dice sobre el Zen, sin embargo, tiene que ser examinado y probado contra la cultura histórica y espiritual del Zen. El Zen japonés tiene otra tradición, además de la de Dogen Zenji, siendo el padre de ese linaje Bu’nan Shidoo (Munan) cuya visión dio a luz al gran Hakuin Zenji. Bu’nan, por cambiar un poco de registro, se lee de manera diferente a Dogen. Por ejemplo, es claro en vez de oscuro.

Para ilustrar la extrañeza de la metodología de meditación Soto, estoy seguro de que todos ustedes recuerdan la anécdota donde Nan-yueh compara su el zazen de su discípulo Ma-tsu con la inutilidad de pulir una teja con el fin de hacer un espejo, señalando la limitación de la meditación sentada (saber si se debe azotar el carro o el caballo). Así que, ¿qué dice el genio Dogen Zenji sobre esta anécdota en particular? Argumenta que el acto de pulido, de hecho, ¡crea un espejo de una teja! De la misma manera que sentarse en un zafu convierte a uno en un Buda viviente! En realidad, aquí están las palabras de Dogen:

«Nosotros realmente sabemos que hacemos un espejo puliendo una teja, Ma-tsu se convierte en un Buda. Cuando Ma-tsu se convierte en un buda, Ma-tsu se convierte inmediatamente en Ma-tsu. Cuando Ma-tsu se convierte en Ma-tsu, zazen inmeditamente se convierte en zazen «.

Tal vez lo anterior explica la irracionalidad general de la mayoría de los templos zen modernos (con la excepción de las tradiciones Ch’an y Son). También parece que Dogen es bastante ignorante del budismo. En términos generales, los Cinco Agregados (skandhas), que constituyen el cuerpo físico, incluyendo los sentidos y la consciencia (Vij ~ Naana), no se consideran como vehículos (yanas) a través de los cuales se logra la iluminación. La verdadera pregunta para los ortodoxos Zen era ¿QUIÉN levanta este cadáver medio vivo? ¿Y QUIÉN se fija en los cinco agregados constituyendo la forma de ego?

El énfasis extremo, en los centros Zen modernos, en la meditación sentada por sí sola, no hace avanzar un estudiante de budismo al nivel de sabiduría que alcanzó el Buda bajo el árbol Bo. Sin extenso estudio de los Sutra y la instrucción adecuada en el Dharma, ningún avance real se puede hacer a la otra orilla de la sabiduría intuitiva. Además, es bastante curioso que la mayoría de los centros Zen hacen poca o ninguna mención de las etapas de un Bodhisattva, ni hay ninguna mención de lo que realmente constituye las credenciales de un verdadero Bodhisattva; que, de hecho, el rango de Bodhisattva sólo se produce en el éxtasis de la bodichita. Sin embargo, el Zen tradicional nunca se apartó del camino del Bodhisattva y se esforzó por cumplir las exigencias del camino. Ahora, el Zen moderno ha caído en anti-intelectualismo sobre el estudio del Dharma y el camino Bodhisattvico. Algunos incluso sostienen que es mérito el no leer literatura budista tradicional. Por otra parte, algunos practicante creen que es una virtud el actuar irracionalmente, como si la locura fuera una marca de la iluminación. Algunos budistas, como yo, y otros, estamos muy descontentos con esta nueva tendencia. Sin embargo, no culpamos a los practicantes. Es más bien culpa de sus maestros que sufren de ignorancia religiosa.

Fuente: http://www.darkzen.org/teachings/critique.htm




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