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You have been living your whole life thinking that you are in control. The truth is that you are not in control. More exactly, there is no «you» to be in control. Every action your body has taken, and every thought that has arisen in your mind, has happened without anyone behind the curtains making it happen. Everything that is within your experience is entirely a product of past events. Just as your heart beats without anyone’s approval, so your mind thinks without anyone’s approval and your body acts without anyone’s approval. There is no «you» back there making it all happen.
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Hemos visto aquí mismo diversos artículos de neurociencia reciente que confirman experimentalmente dos cosas apasionantes:
- Que no se ha encontrado en el cerebro ningún lugar para el yo. Es más, se ha certificado que diversos lugares del cerebro se activan en función de si el yo que crees ser piensa en el futuro, en sus relaciones con otros, en el pasado, etc… No existe un centro concreto para el yo, simplemente memorias y pensamientos actuando de mil maneras y en mil momentos diferentes (a menudo en conflicto entre ellos).
- Que se ha podido ver que en muchísimas decisiones (intuyo que en todas las que son no-lineales, que son casi todas las relevantes para tu vida), el cerebro “ha decidido” varios segundos antes de que la mente consciente “se entere” de que ha decidido…
Esta claro para la neurociencia que la consciencia “se apropia” de la decisión tomada y asume que es suya, pero en realidad la consciencia decide bien poco.
No existe centro para el yo, el cerebro es un sistema de procesado complejo, distribuido y paralelo. A nivel físico sabemos que solo puede seguir reglas, así que de hecho encontrar un centro para el yo tampoco hubiera demostrado que este decidiera nada de forma “libre” pero es que ni ese centro existe.
La metáfora india es que la consciencia es un señor subido en un elefante (que es el resto de la mente) pero el señor no puede controlar al elefante más que muy ligeramente des ahí arriba y sin riendas. Lo excepcional es que el señor tiene un “problema mental” y cree que dirige al elefante. Cuando este gira a la izquierda él se convence de que decidió tal cosa porque era el mejor camino y cuando se da cuenta de que ese camino no lleva a ninguna parte se lamenta de “su “error.
La realización llamada anatta (no-yo) en el budismo es darte cuenta de tu posición real sobre el elefante y sentarte a disfrutar del paseo, te lleve donde te lleve…
Si sigues sin estar convencido seguro que no vas a convencerte si te digo que busques dentro de ti, esta es la tercera disciplina que te demostrará la verdad: conocerte a ti mismo.
Las otras te darán la motivación para dudar e indagar pero solo esta te podrá hacer “ver” la realidad y sin “ver” no hay transformación. Es la diferencia entre enamorarse y leer novelas románticas, hasta que “veas” todo quedará en el nivel de lo verbal, de lo argumentativo, no bajará a niveles más profundos.No puedes enamorarte diciéndote a ti mismo lo guapo y adorable que es alguien, tienes que SENTIRLO y sobre eso (de nuevo) no tienes y nunca has tenido ningún control.
Mira dentro de ti, observa tus reacciones y pensamientos, memorias y sentimientos, busca tu yo, ¿dónde está?, ¿lo encuentras dentro de tu cabecita? intenta identificar quién y cómo toma las decisiones, cual es el centro, de donde surge la personalidad, cual es el nexo entre el pensamiento de ahora y el de dentro de una hora ¿hay nexo?, donde va el yo cuando duermes y no sueñas, que pasaría si perdieras la memoria o te pusieran una nueva diferente, ¿eres el mismo que hace 20 años? ¿en qué te basas para decir tal cosa? ¿recuérdate como eras entonces? ¿qué no ha cambiado?
Por mucho que busques no encontrarás a tu yo dentro de la cabeza, tampoco verás de donde surgen tus ideas o pensamientos, tampoco podrás ni tan siquiera impedir que surjan por mucho que lo intentes, sin entreno no puedes estar ni cinco minutos sin pensar en algo por mucho que quieras evitarlo.
Las ideas geniales tampoco sabrás como las has tenido, cuando olvides algo te vendrá a la cabeza más tarde por “inspiración”. ¿No te das cuenta de la cantidad de cosas que te pasan por la cabeza y que no sabes cómo o por qué te aparecen en la mente? ¿cómo puedes pretender tener el control?
¿Y no eres capaz de decidir sobre tus pensamientos y crees que decides sobre el mundo? Si tú eres tus pensamientos (o crees que lo eres) y no decides sobre ellos ¿dónde quedas tú?
Y si no eres tus pensamientos ¿qué eres?
Recuerda que un pensamiento no piensa. Has de ir más allá.
(continuará)
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Es hora de consolidar las ideas contenidas en los últimos textos sobre el yo que hemos ido leyendo por aquí.
Visto anteriormente que la realidad es una imagen mental (Matrix-Maya) ahora vemos que además el yo no existe.
TÚ NO EXISTES.
Dos verdades aparentemente radicales y sin embargo evidentes si afrontamos lo que sabemos sin prejuicios ni invenciones que no hayamos podido demostrar.
Aclaremos: tu cuerpo existe (probablemente), pero no existe un centro del pensamiento, un controlador de las acciones o un decisor único. Cuando decimos que no existes, queremos decir que no existe nada tangible tras lo que tu consideras ser: tu historia personal, tu personalidad, tus decisiones, tus dudas, etc…
Sería como decir que existe “la población catalana”. Evidentemente algo hay tras esas palabras más o menos ficticio y más o menos real, pero no es una entidad tangible o algo nuclear que pueda considerarse una entidad… Es más una idea que agrupa millones de cosas y que no tiene núcleo decisor alguno.
Lo que se intenta explicar aquí es que tu realidad como persona es tan poco tangible, diversa y descentralizada como la realidad del “pueblo catalán” y que cuando crees que decides o haces, decides y haces tanto como cuando se dice que lo hace “el pueblo catalán”.
Podemos ver claramente que yo no existo al menos gracias a, nada menos, que cuatro disciplinas.
Estas son de más a menos científicas: la física, la neurociencia, el auto-conocimiento y algunas religiones o místicas.
Las cuatro coinciden totalmente en la imposibilidad de un yo. No es que pueda ser que no existas, es que es IMPOSIBLE que existas… Y esto es demostrable físicamente, neurocientíficamente y mediante la auto-observación o método directo (como hizo Bodhidharma con el segundo patriarca)
De la cuarta disciplina no nos vamos a preocupar mucho. Que el budismo Zen o el hinduismo Advaita digan que no existes quizá sea demasiado poco científico como para que te convenza de algo tan radical a menos que ya hayas llegado aquí convencido…
La más evidente y sencilla de las demostraciones es la física.
Si eliminamos creencias, fes y demás indemostrabilidades, lo que nos dice la física es que:
- El universo “macro” se rige por leyes (por macro entiendo todo aquello mayor que una célula, por decir algo)
- A nivel “micro” la física cuántica, afirma que ciertos procesos pueden ser regidos por el azar.
Así pues tenemos dos opciones, si creemos que nuestro cerebro no sufre efectos cuánticos tendremos que admitir que solo sigue reglas estrictas, como cualquier computadora o una mesa de billar, solo que es mucho más complejo y con un sistema de procesamiento muy diferente (no lineal).
Si el cerebro tiene efectos cuánticos habrá una parte de su procesado dejado al más puro azar.
Es decir que tus decisiones pueden estar regidas por reglas estrictas o por azar, la física no solo no puede validar el libre albedrío alguno sino que a día de hoy lo niega totalmente, no hay en el universo conocido espacio para el libre albedrío.
Si no tienes libre albedrío, no eres más que un robot reactivo. No hay nadie decidiendo ahí dentro de tu cabecita, nadie decide nada, todo es una ilusión. Fluyes por el rio de la vida, por el Tao, como el resto de seres y objetos del universo. Lo único destacable en el ser humano es la ilusión que sufre de ser un yo separado del resto del universo.
Si no te ha convencido este argumento de la física pasamos a la siguiente ciencia: La neurociencia.
(continuará)