El blog de 道


Apéndice: El mindfulness, los sueños y el tantra (y 2)
28/11/2020, 7:07 am
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Existe otra técnica para obtener sueños lúcidos aún más interesante para un meditador, relacionada con el mindfulness, incluso con valor espiritual budista, y que hoy llaman WILD (Wake induced Lucid dreaming) y que es más directa pero más ardua, requiere más dedicación. Consiste en mantenerte mindful al irte a dormir y aguantar el mindfulness hasta penetrar en el sueño.

No es que la técnica WILD logre eso, sería demasiado. Pero intenta acercarte al máximo a ese punto, para que el intervalo «no mindful» sea mínimo y aparecer ya en el sueño, estando mindful desde el primer momento. La idea es que si te duermes estando mindful, y no pasas por el sueño profundo, estarás mindful al iniciarse el sueño.

Esto debe practicarse solo tras haber tenido una buena dosis de sueño profundo justo antes, porque si no penetraremos antes en el sueño profundo y perderemos el mindfulness totalmente.

Lo ideal es despertarse tras varias horas de sueño y practicar entonces. Esta idea de practicar algo antes del amanecer, después de haber dormido, también aparece como consejo en los manuales de yoga del sueño ya desde hace siglos.

Llevar esta práctica a su perfección no es nada fácil, de hecho deberíamos atravesar lo que en los seis yogas de Naropa (6YdN) se llaman las «cuatro disoluciones» y los «cuatro vacíos» que han sido bastante bien descritos tradicionalmente en tantra, para acceder al cuerpo ilusorio impuro, que no es más que nuestro cuerpo aparente en los sueños con sueños.

Pero veamos el recorrido completo de la vigilia al sueño profundo (y luego al sueño con sueños) según el budismo tibetano.

Al irnos a dormir de forma mindful, y en función de nuestra capacidad, pasaremos por las siguientes fases antes de perder el mindfulness y dormirnos, descritas según la literatura clásica de los 6YdN como:

  1. Tierra se disuelve en agua. Signos asociados: el cuerpo se relaja y empiezan a percibirse las típicas «chispitas» cuando cerramos los ojos, como si fuera un espejismo nada claro.
  2. Agua se disuelve en fuego. Signos: sequedad en la boca. Las visión con los ojos cerrados recuerda a humo.
  3. Fuego disuelve en aire. La temperatura del cuerpo cae. La visión interior es como de luciérnagas.
  4. Aire en mente. Se detiene la respiración brevemente o se exhala largamente. La visión interior es como una vela.

En este punto se dice que los vientos (emociones, energía, activación corporal) han entrado en el canal central.

Señal adicional: ahora se respira igual por ambos orificios nasales, pues aunque no te hayas dado cuenta nunca, solo usas uno en vigilia, el otro está casi taponado y la situación se invierte cada pocas horas y se pasa a usar el otro.

A eso se le llama ciclo nasal y los yoguis tibetanos lo tienen muy claro desde hace muchos, muchos siglos (quizá más de un milenio).

En medicina occidental se describió por primera vez en 1.895… 🙂

No me queda claro por qué ocurre eso pues por lo que he visto, el ciclo nasal no se interrumpe al dormirnos normalmente… así que no sé por qué se interrumpe en este caso y ambos orificios quedan liberados.

Para llegar hasta este punto en los 6YdN se usan las técnicas tántricas, de tummo o «calor», pero una buena técnica samatha (mindfulness y pacificación) en practicantes avanzados también lo permite con cierta facilidad, tanto tumbados como sentados, de hecho muchos meditadores quizá hayan ya relacionado su meditación con algunos de los puntos comentados, pero para continuar probablemente deberemos tumbarnos, pues ahora comienza lo sutil.

A partir de aquí se atraviesan lo que llaman, los cuatro vacíos:

  1. Primer vacío o Apariencia. Flash o flashes de luz blanca. Mentalmente la atención queda fijada en la visión como en un samadhi estable.
  2. Segundo vacío o Proximidad. Flash o flashes de luz roja. Mentalmente la visión y la atención parecen colapsar (proximidad entre ambas). Personalmente, en estas etapas, me sitúo mejor con los cambios mentales que con los «flashes» y colores, que para mi no son tan claros. El efecto «Proximidad» por ejemplo, me resulta diáfano cuando llega, no hay duda.
  3. Tercer vacío o Logro cercano. Oscuridad total, me da la impresión que los ojos se suben (como si miraras al techo sin mover la cabeza) pero esto no está descrito en la literatura clásica.
  4.  Cuarto vacío. Luz clara. Probablemente es el estadio de sueño profundo, de la luz clara puede emergerse como el cuerpo ilusorio impuro (que no deja de ser nuestro cuerpo onírico).

Según la tradición tibetana quién alcanza el cuarto vacío o luz clara conscientemente, ya no será confundido en el bardo al morir y podrá elegir su renacimiento, puesto que el proceso de morir es equivalente al aquí esbozado.

De hecho Gampopa dice a un discípulo preocupado porque todavía a menudo es engañado por los sueños, literalmente, que en el bardo le «será más fácil».

Gracias por leer y darte cuenta de que esto no es un sueño.

 

¿O sí?




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