El blog de 道


Cómo funciona el lenguaje ( y V)
29/07/2017, 7:28 am
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Así pues recapitulamos y resumimos:

  • No es posible transmitir con lenguaje una experiencia a quién no la ha tenido. Ninguna experiencia, por simple que sea…

Es decir, las experiencias no se transmiten con el lenguaje, solo se sincronizan (y usamos un símbolo para ello que llamamos palabra).

Si no has tenido esa experiencia y te la describen muy bien, puedes soñar con algo que finalmente quizá, si hay suerte, se parece un poco. Pero ¿te la pueden describir bien? Dependerá del caso… pero raramente ocurrirá tal cosa…

Así que al final, a lo máximo que se puede aspirar realmente, es a que te hagan una descripción de la experiencia suficientemente simplona como para que al menos puedas reconocerla si te ocurre. Sería una descripción muy, muy práctica…

Aclaro que cuando hablo de experiencia hablo de cualquier situación fenoménica, desde el éxtasis más místico a ver un coco…

Y todo nuestro universo es expresión fenoménica… Así que todo nuestro universo es básicamente intransmisible.

En cierta manera vivimos en burbujas fenoménicas aisladas que pueden sincronizarse gracias al lenguaje…

Pero ¿qué nos ocurre normalmente con el lenguaje?

Que damos a las palabras valor intrínseco.

Nuestro amor al intelecto hace que nos repela la posibilidad de estar construido de arriba a abajo con ladrillos de barro. Y cada vez más resbaladizos a medida que subes por el edificio conceptual… Cada vez con significados menos compartidos entre emisor y receptor…

E inadvertidamente damos valor de realidad a esos símbolos.

Es como si para un conductor el triangulo invertido significara frena y para otro acelera, pero la discusión entre ellos fuera sobre:

«¿Qué son realmente los triángulos invertidos?»

Esa discusión no tiene sentido, los triángulos invertidos no significan nada concreto intrínsecamente. Lo que tenéis que hacer es poneros de acuerdo sobre lo que queréis que signifique, si acelerar o frenar…

Intrínsecamente el triángulo invertido no es ninguna de ambas cosas.

La pregunta no es «¿qué es iluminación?»

Eso no tiene respuesta. Es el mismo error que antes…

La pregunta interesante siempre es:

¿Qué quiere decir en ese texto este señor cuando dice «iluminación»? ¿a qué experiencia apunta? (y solo aplica para ese señor y ese texto) y ¿me la puede transmitir? ¿la compartimos?

O al menos:

¿Me ayudará su definición a identificar la experiencia en el futuro si me ocurre? ¿o es solo una descripción motivadora? (que tampoco es malo, pero es bueno saberlo) ¿me sirve de algo?

Y paro y acabo dándole la vuelta.

Tampoco es cierto que el lenguaje (el intelecto en general) no sirva para nada, como parece afirmarse desde cierta espiritualidad simplista. O que cualquier cosa que digas es siempre falsa…

El lenguaje sirve y muchísimo.

Y como hemos visto, la falsedad o certeza de una palabra, es un concepto borroso, podríamos hablar de grados de concreción o mejor aún, de grados de utilidad de ese concepto.

La pregunta más bien entonces es ¿cuanta verdad (personal) soy capaz de extraer de esa palabra?

Así pues simplemente hemos de ser conscientes de cómo funciona el lenguaje y sus limitaciones.

Y creo que he agotado lo que quería decir. Espero que DavidS entienda por qué no le podía responder dentro del comentario… 🙂

Gracias por leer.


Incluso si puedes explicar miles de sutras y sastras, a menos que veas tu propia naturaleza, la tuya es la enseñanza de un mortal, no de un Buddha. La Verdadera Vía es sublime. No puede ser expresada por el lenguaje. ¿Para que sirven pues las escrituras?

-Bodhidharma (siglo VI)



Cómo funciona el lenguaje (IV)
27/07/2017, 7:17 am
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La anécdota habitual para ver, aunque a menudo no se interpreta así, que no es posible transmitir conocimiento si no es una experiencia compartida y sincronizada, es aquella tan famosa de como explicar el amarillo a un ciego.

Eso no es posible y no es nada sorprendente si hemos visto claro todo lo explicado hasta ahora pues nada puede transmitirse si no tenemos antes dos experiencias parecidas sincronizadas.

Da igual si tu ves el amarillo de forma diferente a mi por ser daltónico, pero has de tener esa experiencia. Si no, no puedes sincronizar la palabra «amarillo» conmigo. Es im-po-si-ble.

Más claro aún, tú no puedes saber como sabe algo que no has probado nunca. Y eso que tienes gusto… Y por mucho que te lo expliquen, solo puedes hacerte una idea… y que casi nunca se parece a la realidad cuando lo pruebas ¿verdad?

Es como cuando te dicen «la carne de serpiente se parece a la del pollo».

Te haces una idea (falsa) luego la pruebas y dices «bueno, vale, a falta de otra forma de transmitirlo se acepta, pero no se parece realmente demasiado». No era posible hacerse una idea de un sabor que no has probado. No es transmisible.

Entonces ¿cómo podrías sincronizar con nadie una experiencia como «iluminarse» si no la has tenido?

Incluso si él sí la ha tenido, ¡no puede sincronizarla contigo!.

Tú no sabes qué es «iluminarse» hasta que tengas una experiencia y alguien sincronice contigo y de alguna manera concluyais que parece que es la misma y que ambos le poneis la etiqueta: «iluminarse».

Aún en ese caso, darle a esa etiqueta el valor de universalidad, es ridículo.

Eso es iluminarse para vosotros dos y punto. Nada más. Aspirar a otra cosa es ridículo… pero se hace… bueno se hace incluso sin haber ni sincronizado la experiencia… lo cual no es que sea ridículo, es que es mera invención, es soñar… pero soñar como sueña el ciego los colores, es decir de una manera absolutamente irreal y sin sentido…

Esto no es algo exclusivo de lo místico, podeis jugar con la idea de «enamorarse» y es exactamente lo mismo…

Intentar transmitir lo que es enamorarse a alguien que no se ha enamorado aún, es como intentar transmitir el sabor de la carne de serpiente (con perdón :D) y es lo mismo que intentar transmitir cualquier situación mística a quién no la ha experimentado.

Una pérdida de tiempo. Un puro entretenimiento intelectual fracasado de antemano.

Por eso los sabios no tienen interés alguno, más que como herramienta de motivación, en describir sus estados. Describirlos es ejecutar una falsedad porque son conscientes que no pueden transmitirse, por tanto ¿a qué describirlos falsamente? ¿en qué podría ayudar más que como forma de motivación?

Así pues ¿qué se puede hacer?

Se pueden usar palabras (borrosas) para intentar explicar lo mejor posible como se siente, cuanto más sencillas sean las palabras menos borroso será el resultado. Por sencillas quiero decir que apunten a experiencias directas que ambos compartís, como ver un coco. 🙂

Por ejemplo puedo decir «cuando te enamoras notas como si tuvieras mariposas volando en tu estómago al ver a tu amado».

Para ello esa persona tiene que tener bastante claro qué son mariposas, estómago, notar, amante, etc… pero es posible que sepa todo eso…

Bueno, es un intento, ¿no? Por eso en este blog se intenta usar palabras sencillas.

En todo caso sirve para una cosa, sirve para que cuando esa persona, más adelante, pase por esa experiencia quizá sepa identificarla, o no… pero se ha intentado…

En espiritualidad (y fuera de ella), tras muchas frases grandilocuentes y sofisticadas, con palabras complejas o indefinidas, a menudo hay más intento de ocultación de nuestra ignorancia o engrandecimiento del ego, que conocimiento o deseo de transmitir. Se usan más como trofeo personal que otra cosa…

No son útiles a nadie. Pero visten al emisor… lo hacen parecer más sabio.

Están vacías para todos y a menudo ni reparamos… El intelecto se queda muy satisfecho con sus palabras grandilocuentes vacías… ¡le encantan! ¡son muy chulas!!!

Si alguien para describir enamorarse te dice que es cuando:

Las cuadrillas del tiempo hacen escala en el olvido, la desdicha se llena de milagros, el miedo se convierte en osadía y la muerte no sale de su cueva

Oye, el tio ha quedado genial pero te ha hecho un flaco favor. Te quedas flipado con lo que es eso, pero no tienes ni idea de por donde van los tiros… es más si te llegas a hacer una idea de lo que es en base a esas frases, vas a tener una idea muy irreal del asunto.

Ocurre lo que decíamos, útil a efectos de motivación… Pero la idea que te vas a hacer de enamorarse es notablemente irreal, incluso extraña…

Por cierto, el párrafo es de Mario Benedetti. 🙂

En este caso el interés de Mario no era despistarnos o parecer más listo que nadie, sino crear algo bello con el lenguaje, no pretendía transmitir información sobre lo que es enamorarse. Asume que tú ya la tienes, que ya te has enamorado. Solo añade belleza…

Como curiosidad, este caso (la poesía) es uno de los pocos en que las palabras tienen valor intrínseco para nosotros (su belleza).

Y ya voy acabando, como bien decía DavidS no es solo cuestión de definir «Iluminarse», pues si iluminarse es «estar todo tu tiempo en un estado akashikokuantico» (por ejemplo) tienes que tener claro que es un «estado akashikokuantico». ¡Al menos para ti!!! Si no, no te estás diciendo nada ni a ti mismo… Has creado una bellísima cáscara vacía de información, como los poetas…

Si tú has tenido esa experiencia a la que has llamado «estado akashikokuantico», entonces tienes claro qué quieres decir, pero de nuevo, eso es de difícil transmisión. Tendremos que intentar hacerlo (transmitirlo) usando palabras que no sean demasiado borrosas y ver si hay suerte y otro ha tenido esa misma experiencia o parecida y sabe sincronizaros.

(continua)



Cómo funciona el lenguaje (III)
25/07/2017, 7:14 am
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Lo que ocurre es que tenemos que pasar, de definir palabras-objetos a definir palabras más complicadas, como por ejemplo palabras sobre estados de ánimo.

Entonces el isleño rie fuerte y te dice «farin ciki».

Y tu deduces (¡ahora ya deduces!!) «eso debe significar reir».

Y lo deduces porque tu experiencia es ver a un isleño riendo pero no puedes estar seguro de lo que quiere decir, de como se siente internamente o de si mostrar los dientes en su isla significa «conflicto».

En realidad «farin ciki» significa felicidad, pero casi has acertado… estas cosas pasan, las palabras a veces tienen matices de diferencia de una persona a otra incluso en este nivel.

Aquí ya vemos que la cosa se ha vuelto más complicada porque la experiencia de ver el coco suele ser notablemente más compartida (dentro de su subjetividad) que la de un estado de ánimo interior. En este caso tu ves a una persona riendo y él siente felicidad (o la simula).

A esto podríamos llamarlo lenguaje v2.

Aquí hemos incorporado más complejidad. La sincronización de experiencias no es directa porque ambos teneis experiencias sensoriales diferentes en ese momento. El intelecto ya ha de generar una «teoria de la mente» al respecto de lo que ocurre.

Reitero que todo esto solo es viable si finalmente, en última instancia la experiencia es compartida. Si tú no has sido feliz en tu vida, tendrás que concluir que «farin ciki» es «mostrar los dientes» o cualquier otra cosa, y eso si que queda muy, muy lejos de «felicidad»…

Lo que pasa ahora es que esa experiencia compartida no se sincroniza de forma tan directa. Y  eso introduce más margen de error y subjetividad. Pero aún así has de haber «sido feliz» alguna vez… Si no, no puedes entender…

Bien, ¿qué ocurre ahora? que el isleño quiere ir un poco más allá y enseñarte como se dice «teoria».

Llegados a este punto, difícilmente vamos a poder lograrlo solo con gestos. Es un término demasiado complejo, etéreo…

Pero cuando ya sepas muchas palabras, podrás sincronizar nuevas palabras en base a otras palabras, y es así como se transmiten (¡y crean!) estos conceptos más complejos.

Son en cierta manera palabras con meta-significados, es decir con significados que solo son posibles en base a otras palabras. No se podrían transmitir según que conceptos si no fuera por las otras palabras.

Así pues son conceptos puros. Intelecto puro. Porque solo se pueden definir con palabras y porque apelan a conceptos que no existen de forma directa en la naturaleza.

No existen en la naturaleza ni siquiera subjetivamente. No existen fuera del intelecto.

Diferente es que sean útiles para explicar la realidad o sus patrones repetitivos, para preveerla o muchas otras cosas, pero son conceptos básicamente teóricos, sin reflejo directo en la realidad.

No hay lugar alguno al que puedas apuntar o ver el objeto «la teoría». En ese aspecto es tan real como un caballo con 15,3 patas. Pero es más útil. 🙂

Por tanto no es necesario. ni recomendable renunciar a ello siempre que no confundamos ideas con realidad.

Es una herramienta intelectual. Solo eso y nada menos que eso.

Podríamos decir que ya tenemos el lenguaje v3, un lenguaje en el cual no solo sincronizamos fenomenología sino que hemos creado «cosas» que no son fenoménicas, que no existen en la realidad percibida.

Es interesante ver, que la subjetividad de las palabras tal como las hemos visto antes, se suma o multiplica al definir palabras en base a otras palabras.

Al definir «bondad» en base a otras palabras, normalmente bastantes palabras, la subjetividad de todas ellas se va sumando, dando como resultado un significado muy nebuloso.

Lo cual no es nada sorprendente, todos sabemos que para cada persona la bondad es una cosa diferente. Eso es porque las personas tienen diferentes principios y creencias, pero también es interesante ver que es porque no es viable dar significados objetivos a las palabras.

Antes hemos dicho que una palabra solo es útil si tiene un significado concreto y compartido y ese significado compartido solo es posible si tenemos una experiencia compartida.

Así que ¿cómo transmitimos el significado de palabras que no implican una experiencia? ¿Cómo por ejemplo ocurre con «bondad»?

Pues ya vemos que es difícil y se hace en base a una construcción teórica basada en otras palabras…

Cada la estamos liando más, cada vez es todo más complicado y subjetivo. E irreal… puro concepto…

(continua)



Cómo funciona el lenguaje (II)
23/07/2017, 7:00 am
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Imagina que has naufragado en una isla con habitantes que hablan una lengua que desconoces. ¿Cómo empiezas a intentar comunicarte con ellos?

Inicialmente quizá uses gestos, son símbolos notablemente universales (aunque a veces te lleves sorpresas 😀 ). Pero también son muy limitados, así que intentarás aprender su lenguaje.

¿Cómo lo hacemos?

Todos lo vamos a hacer igual, es universal.

Apuntarán a algo, por ejemplo un coco, y dirán «kwakwa»

Y tú pensarás: «ok, coco se dice kwakwa». Aprendido.

Esa es realmente la única manera, no hay otra.

Y ya vemos que «aprender una palabra» es sincronizar el significado de unos sonidos con un pedazo de realidad gracias a que podemos señalarlo y así enviar la señal visual al otro, de esa sincronía.

Solo eso…

¿Cómo te enseñaría un lenguaje desde cero alguien que solo pueda hablar? Alguien que no pueda moverse en absoluto (ni los ojos).

Seguramente sería imposible o muy, muy difícil… necesitamos poder señalar…

Curioso ¿no? Para aprender un lenguaje, inicialmente las palabras no sirven de nada, solo sirve apuntar y ver… o soluciones equivalentes, como los gestos (vistos).

¿Pero qué estamos haciendo realmente al señalar?

Estamos sincronizando experiencias, no palabras.

En este caso estamos sincronizando la experiencia de «ver el coco».

Usaremos mucho en este texto la idea de «sincronizar experiencias», es interesante tenerla clara…

Veamos que da igual si tu ves el coco de forma diferente que ese isleño, esto es muy interesante. Realmente él podría ver el coco de forma diferente a ti pero al señalarlo habéis sincronizado ambas experiencias, sean la misma o no, bueno de hecho nunca es exactamente la misma. Pero las habéis sincronizado.

Ahora el símbolo verbal, escrito o pensado «kwakwa» está, para ti, asociado (sincronizado) a una experiencia equivalente a la del isleño. Pero no necesariamente exactamente la misma, pues toda experiencia es subjetiva intrínsecamente.

Fíjate que si la realidad percibida no fuera consistente entre dos sujetos no habría posibilidad de lenguaje. No digo que sea igual, no lo es. Pero es consistente… el mero hecho de que el lenguaje exista, lo demuestra. La sincronía es viable.

Bien, acabamos de empezar, estamos en lo más básico del lenguaje y todo es ya subjetivo, pero esto es solo el principio.

Por ahora, al menos, aunque tenemos que las experiencias son subjetivas, más o menos apuntamos a experiencias que al menos, a efectos prácticos son equivalentes en cierta manera. Podemos llegar a admitir eso…

Hasta aquí llega lo que podríamos llamar el lenguaje v1. El lenguaje basado en sincronizar experiencias de los sentidos.

¿Qué ocurre después?

(continua)



Cómo funciona el lenguaje (I)
21/07/2017, 7:08 am
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A raíz de la entrada sobre la Iluminación surge este texto, de hecho ya lo tenía escrito y creía que publicado, pero no lo he encontrado publicado y ni tan siquiera escrito, así que lo he escrito de nuevo y claro, ha surgido de forma totalmente diferente. 🙂

En parte también es un comentario complementario al de DavidS de hace unos días.


Uno de los grandes males del uso del intelecto, es que inadvertidamente damos a las palabras valor intrínseco cuando no lo tienen.

Vamos a intentar revisar cosas que quizá son obvias pero que tendemos luego, cuando razonamos al respecto, a olvidar.

Las palabras son símbolos, señales y todos esos elementos tienen una característica en común y es que no tienen un significado intrínseco, tienen un significado, solo por un acuerdo entre personas. Y ese acuerdo es difuso y cambiante… cuando existe…

Un ejemplo, la señal de «ceda el paso» que es un triángulo invertido, sabemos interpretarla casi todos, pero si mañana la cambiamos por un círculo, seguirá siendo igual de buena sí y solo sí (y si no será un caos) se informa a todo el mundo del cambio de señal, del cambio de significante.

Que sea un triángulo o un círculo es irrelevante, lo relevante es que tenga un significado muy concreto y que lo sepamos todos. Ambas cosas son fundamentales.

Insistamos una vez más, es conveniente no olvidarlo:

Un símbolo solo tiene utilidad (y tener utilidad es su única razón de existencia) si:

  • Tiene un significado concreto.
  • Todos los implicados lo sabemos.

O si lo quereis en una sola frase:

Una palabra solo es totalmente útil si tiene un significado concreto, y compartido por el emisor y el receptor de la palabra.

Contrariamente a lo que se suele decir una palabra no transmite información. No puede.

Una palabra es un símbolo que se transmite y que mapeas luego tú internamente a información o conocimiento propio… pero ese conocimiento ¿es el que te quería transmitir el otro?

Pues dependerá. En general la respuesta es que «nunca al 100%», a veces muchísimo, a veces casi nada…

Si la palabra solo sirve si ambos compartimos su significado, ¿cómo podemos dar significado compartido a las palabras inicialmente? cuando aún no tenemos lenguaje ni palabras…

Esto que parece una obviedad ahora, cuando ya compartimos muchas palabras, no es trivial en un inicio. Y de hecho veremos que casi nunca es posible al 100%.

¿Pero cómo lo hacemos?

(continua)




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