El blog de 道


Eventos súbitos: El sutra de la plataforma

Otro sutra de subituidad (y zen) es el de la Plataforma (o de Huineng).

Huineng acabó siendo el sexto patriarca zen y aunque su sutra e historia parecen algo peliculeras y probablemente tienen mucho de fantasía, no cabe duda que Huineng abogó por la subituidad del zen (por tanto del budismo).

En el sutra de la plataforma hay al menos dos momentos de realización súbita. En algún sitio he leído que son tres pero solamente tengo en la cabeza dos. Si alguien tiene claro el tercero, que no dude en ponerlo en comentarios.

El primero ocurre sin saber demasiado de budismo, de joven y oyendo el sutra del Diamante. En ese momento Huineng realiza la naturaleza vácua de su mente (¿sería un Kensho?).

Un día un parroquiano que compró un poco de leña me pidió que se la llevara a su negocio. El comprador recibió la leña y yo dejé el negocio con el dinero. Ya afuera, me fijé en un viajante que estaba recitando una escritura. Al momento de oír las palabras de la escritura, mi mente entendió y comprendí [en algunas versiones pone incluso que se volvió un Buddha]

Le pregunté al viajante cuál era la escritura que estaba recitando. Él dijo que era el  Sutra del Diamante.

El segundo ocurre ya con el quinto patriarca zen y se describe como más definitivo:

Entonces me preguntó, «¿Ya está el arroz listo?»

Repliqué, «El arroz ha estado listo por mucho tiempo, pero todavía quiere cernerse.»

El Gran Maestro golpeó el mortero tres veces con sus bastón. Inmediatamente entendiendo lo que el Gran Maestro quería decir, fui a su habitación, en la tercera posta, [en el medio de la noche]. Usando su vestimenta como resguardo o mampara, de manera que nadie nos viera, él me explicó el Sutra Diamante. Cuando llegó al punto donde dijo, «Deberás activar la mente sin vivir en nada» en el momento de él pronunciar esas palabras yo tuve la realización abrumadora de que todas las cosas no están separadas de la naturaleza inherente.

[…]

Conociendo que había realizado la naturaleza original, el Gran Maestro me dijo, «Si uno no discierne la mente original, no hay ningún beneficio en estudiar las enseñanzas. Si disciernes tu propia mente y ves tu propia naturaleza esencial, eres lo que ellos llaman un gran hombre, un maestro de humanos y ángeles, un buda.»

Así Huineng parece seguir el patrón kensho-satori hablado hace unos días. Y es intersante que la segunda realización es más no-dual que la primera. Lo cual encaja bien con otras sendas como Mahamudra.

A partir de este punto los relatos de subituidad de maestros zen aparecen por centenas durante la historia, pero por no alargarnos demasiado con el zen, lo podemos dejar aquí.

Seguimos.




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