El blog de 道


No consciencia (II)
06/02/2015, 10:04 am
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¿Cómo explicar esto? Las palabras quedan muy cortas, pero vamos a intentarlo:

Existe una aproximación budista a la consciencia que arguye que tal cosa como «una consciencia» no existe. En la entrada anterior vemos como mantiene tal cosa K. Folk, un reputado meditador Theravada.

El argumento es, que consciencia y fenómeno son uno y, por tanto, no es ni tan siquiera correcto decir que surgen a la vez. Simplemente son sinónimos.

Es decir, tenemos tres opciones respecto a la consciencia:

1. Existe siempre, incluso con independencia de los fenómenos (Atman)
2. Aparece solo con el surgimiento de los fenómenos, no es por tanto una entidad estable (Anatman)
2′. No existe tal cosa, solo existen los fenómenos.

La primera opción es la ortodoxa Advaita Vedanta y la de casi todas las modernas doctrinas cercanas.

Las otras dos son netamente budistas y se relacionan con la ausencia de entidad intrínseca en todo.

La tercera opción parece difícil de entender pues la consciencia parece una obviedad en la experiencia directa de todo el mundo. Sin embargo, Kenneth acierta al apuntar que lo que hay en tu experiencia diaria son «los fenómenos» y no algo llamado «consciencia» que no sabríamos concretar.

Pero parece evidente en nuestro marco conceptual habitual, que «algo» debe estar «viendo» los fenómenos. Así que postulamos un «veedor» y lo llamamos consciencia. Decimos «Soy consciente de los fenómenos»

En nuestro marco conceptual es imposible entender «lo visto» sin un «veedor» por tanto necesitamos el polo opuesto del fenómeno para que «el ver» tenga sentido…

Pero hay que reconocerle a Kenneth que realmente nadie ve, ni ha visto nunca, ni verá a consciencia alguna (ni a sujeto alguno)… No hay prueba alguna más que por inferencia… ¿Puede ser esa inferencia ser innecesaria? (no me atrevo a decir errónea).

Es decir ¿es posible tener «fenómeno» sin «veedor»?

Esto es muy difícil de entender conceptualmente, o quizá es imposible, es «el sonido de una mano aplaudiendo», lo que quiere explicarse es que «lo visto» es simplemente la sustancia de tu mente funcionando.

No es que tu mente tome forma de (por ejemplo) teclado y luego otra parte de tu mente (o algo externo a ella) la mire.

No es eso.

Tu mente toma forma de (por ejemplo) teclado. Punto. Nada más. Fin.

La formación dentro de tu mente es el único teclado que hay, lo de «ahí afuera» no tiene colores, ni forma, ni sonido…

Por tanto el teclado es mente.

Pero no puede haber otra parte de tu mente que observe esa formación mental, tu mente no tiene ojos, ¿cómo va a mirar una formación mental a otra formación mental?

Definir una consciencia observando es como intentar crear un sujeto para «Percibir la percepción». Aparte de paradójico es innecesario, porque «lo visto» ya es substancia mental y ya es mente-fenómeno en sí mismo, así que suponer un «observador dentro nuestra mente» no tiene sentido alguno.

Es decir, no solo no tenemos prueba alguna de la existencia de la consciencia (siempre es inferida) sino que parece ser innecesaria en un escenario de «solo mente» o de «todo es mente».

Esto no es explicable con palabras, solo puede ser captado como fruto de vivencia directa y probablemente no antes de que la construcción mental que llamamos «sujeto» haya sido deshecha al menos en parte.

Tampoco es que «lo visto» se vea a sí mismo, aunque esto es lo más cerca que podemos llegar a entenderlo con palabras.

Entonces consciencia es igual a fenómenos. No hay nada más, sólo fenómenos. Podemos mantener la palabra «consciencia» pero es irrelevante pues es equivalente a «fenómenos».

También se ha expresado esto como que el mundo percibido (los fenómenos) tiene como substancia la consciencia (y por tanto se concluye que todo es consciencia). Esa es una formulación tradicionalmente Advaita Vedanta que se realiza cuando el practicante se acerca a Brahman (fase dos de Ken Wilber) pero también es una formulación que parece innecesaria.

Y de hecho la substancia del fenómeno es la mente,  es innecesario crear mentalmente otra entidad más y llamarla consciencia para que sea la substancia de la percepción, ¿para qué tal cosa?

¿Cual es la diferencia fundamental entre decir «todo es fenómeno» y «todo es consciencia»?

Básicamente que en el segundo caso es muy fácil volver a re-crear mentalmente un «objeto» llamado consciencia y apegarse a él como «Atman», como alma eterna a la que retornar una y otra vez…

En cambio al «fenómeno» no se puede retornar por es siempre cambiante, es la impermanencia absoluta. Es lo «inatrapable», el flujo continuo del Tao.

Entonces, Bahiya, así has de entrenarte: En lo visto habrá sólo lo visto, en lo oído sólo lo oído, en lo pensado sólo lo pensado, en lo percibido sólo lo percibido. Así es como has de entrenarte. Ahora bien, Bahiya, cuando en lo visto haya para ti sólo lo visto en lo oído sólo lo oído, en lo pensado sólo lo pensado, en lo percibido sólo lo percibido. Entonces Bahiya, no habrá “tú” en esos términos. Como no habrá “tú” se concluye que no estarás “aquí” ni “más allá” ni en “lo que está entre ambos”. Esto, solo esto, es el final del sufrimiento.

-Atribuido a Buddha



Una versión del sutra de la divina Mente

Traducción libre de Wei Wu Wei, del conocido como Sutra del Corazón basándose en copias chinas, sánscritas y tibetanas:

Una versión del sutra de la divina Mente de la visión interior que transciende al conocimiento

Así he oído:

El Conquistador de la Ilusión se encontraba en el Monte de los buitres, rodeado por una gran asamblea de monjes y bodhisattvas. Emergiendo del estado de samadhi en que estaba inmerso y, tras saludar al noble bodhisattva Avalokiteshvara, le formuló la siguiente pregunta: «¿Cual es la visión del hijo o la hija de noble familia como consecuencia de la Prajnaparamita?»

Y Avalokiteshvara respondió: El bodhisattva percibe del siguiente modo:

La visión-prajna del bodhisattva

Los cinco agregados han de ser (conocidos como) no-ser.

La apariencia ha de ser (conocida como) no-ser y el no-ser conocido como apariencia.

La apariencia ha de ser conocida como no-separada del no-ser y el no-ser como no-separado de la apariencia.

La percepción ha de ser (conocida como) no-ser y el no-ser conocido como percepción.

La percepción ha de ser conocida como no-separada del no-ser y el no-ser como no-separado de la percepción.

Y, de igual modo,  la conceptualización, la motivación y la conciencia han de ser conocidos como no-ser y el no-ser conocido como cada uno de ellos.

Sariputra, la visión del no-ser (la vacuidad de objetivización) es increada e indestructible, ni pura ni compuesta, ni limitada ni ilimitada.

De ese modo, Sariputra, en la visión del bodhisattva no hay (cosificación de) apariencia, percepción, conceptualización, motivación o conciencia.

No hay (cosificación de) ojo, oído, olfato, sabor, tacto o pensamiento.

No hay cosificación de formas, sonidos, olores, sabores, texturas o conceptos.

No hay cosificación de los objetos de visión, audición, olfato, gusto, tacto o pensamiento.

En la visión del bodhisattva tampoco hay cosificación alguna de la ignorancia ni de la ausencia de ignorancia, ni de la decadencia o muerte, ni de la ausencia de decadencia o muerte, ni del sufrimiento ni del principio y el final del sufrimiento, ni del «Camino» ni del conocimiento, ni de la realización ni de la falta de realización de objeto alguno.

Por consiguiente, Sariputra, debido a la ausencia de volición y a que se hallan imbuidos por la prajnaparamita (o la visión interior de la pura subjetividad), los bodhisattvas no permanecen confinados en los procesos interpretativos y, en consecuencia, al carecer de temores y falsas ilusiones, encuentran el nirvana.

De ese modo, gracias a la prajnaparamita (y el así denominado mantra), todos los Budas, pasados, presentes y futuros despiertan plenamente al anuttara-samyak-sambhodi (la completa y perfecta iluminación).

Por tanto, sabemos que la prajnaparamita es una fórmula espiritual excelsa, un mantra incomparable e infalible que pone fin a todo sufrimiento.

Entonces, pronunció la fórmula verdadera (de invocación de la) prajnaparamita, que es:

Gate, gate, paragate, parasamgate bodhi svaha

 



¿Noúmeno o sí-úmeno? (y II)
07/06/2014, 4:57 pm
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Al igual que hemos visto con la mente (Shenton vs. Rangton) es posible argüir la existencia y la no existencia del noúmeno (quién sabe si es lo mismo).

El paradigma materialista afirmará la existencia del noúmeno. Esa afirmación tiene su sentido pues si no ¿qué genera la realidad que estamos viendo? ¿por qué es coherente día tras día (al contrario que en el sueño)? Tiene que haber ahí detrás algo que sea «estable y coherente» ¿no? ¿qué hace que cuando dejo de mirar algo eso vuelva a estar ahí cuando miro de nuevo?

Por otro lado la existencia del noúmeno plantea ciertas paradojas, la primera es que su existencia es indemostrable de forma directa. Es inatrapable. Si percibes algo (aunque sea mediante instrumental muy avanzado) ya no es noúmeno sino fenómeno. Es curioso que el paradigma materialista/científico se base en algo indemostrable, imperceptible como un espíritu… Porque una teoría indemostrable o no falseable, no es una teoría científica…

Por otro lado ¿qué es algo sin característica alguna? ¿puedes imaginar tal cosa? ¿Es la existencia una característica? (diría que sí), algo existe o no existe… en ese caso, el noúmeno ni existe, ni no existe puesto que no tiene característica alguna… Luego el noúmeno no puede ser cosificado, no es una cosa.

Lo anterior suena parecido a lo que diría un físico cuántico de un electrón, que ni existe ni no existe más que como probabilidad (función de onda, lo llaman) hasta que es observado (noúmeno transformado en fenómeno por la observación), cosa que llaman «colapso de la función de onda».

Pero es interesante que el argumento de «creer en el noúmeno» científicamente llevado hasta el final nos lleva a una teoría que no es científica (por no ser demostrable) y a demostrar la, ni existencia, ni no-existencia de aquello que queríamos demostrar… 🙂

Por otro lado, ciertos paradigmas espirituales/idealistas parecen argüir la no existencia del noúmeno (no-noúmeo osea sí-úmeno). Por ejemplo las doctrinas del tipo Rangtong…

En este caso, el argumento es que todo es mente o vacuo, apenas un sueño intangible, fenómenos vacuos surgiendo de forma dependiente y espontánea sin nada tras ellos…

La coherencia aparente puede ser explicada como un juego de influencias entre fenómenos o siendo más radicales como metáfora del estado de sueño: si cuando sueñas no te das cuenta de que estás en un sueño y lo ves todo coherente, ahora también sueñas y por eso lo ves todo coherente, pero no hay tal cosa como una realidad estable tras las cosas. De hecho, si admites que solo existe el presente, ¿qué coherencia puede haber? ¿no requiere la coherencia de la creencia en el tiempo como algo «existente»? ¿no es la coherencia más que una deducción a partir de tus memorias que sabemos poco fiables o quizá incluso imaginadas?

Como argumentaba P.K.Dick en algunas de sus novelas, si se te pueden insertar las memorias de una vida ¿cómo sabes que no acabas de surgir ahora mismo a la existencia? La memoria es tu única prueba… si esta no es fiable, ¿te queda algo seguro aparte del ahora más radical?

Es decir, que si deconstruimos la ilusión del tiempo, se destruyen nociones como las de continuidad o coherencia que parecían ser casi el único argumento a favor del noúmeno.

Así pues ¿noúmeno o sí-úmeno?



¿Noúmeno o sí-úmeno? (I)
05/06/2014, 12:56 pm
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El noúmeno o eseidad, hace referencia a la existencia de un substrato de realidad más allá del fenómeno.

¿Mande?

Expliquémoslo con un ejemplo:

Tú ves una pared blanca, pero sabemos que el blanco ni es una propiedad de la pared, ni existe incluso siendo radicalmente materialistas. Eso es así porque sabemos que solo es determinada mezcla de longitudes de onda de luz (que no es onda ni partícula sino potencialidad), que rebotan al chocar con los átomos de la pared (que tampoco son entidades sólidas sino potencialidad), que llegan al ojo, donde se generan ciertas corrientes eléctricas (que son potencialidad), que en el cerebro son interpretadas como algo que se muestra a la consciencia (que no sabemos qué es) y luego conceptualizamos con el cerebro y lo llamamos blanco.

Es decir que para obtener la experiencia del blanco es imprescindible que haya luz, átomos, frecuencias de onda, detectores de las mismas, nervios, consciencia, cerebro, electricidad, neuronas, y miles más… Si falta cualquiera de esas cosas: NO hay blanco.

El blanco no es una realidad absoluta, intenta convencer de que lo es a un ciego o a un murciélago…

Es incorrecto decir que el blanco existe en la realidad más que como composición de millones de hechos muchos de los cuales solo aplican para ti. Así pues no hay una existencia intrínseca del blanco (entendiendo intrínseca como autónoma del resto del universo). Esto en budismo se llama Origen Dependiente y aplica a todo, porque por todo entendemos todo lo que sea perceptible..

Esto es así porque cuando decimos «todo» nos referimos solo a fenómenos y no noúmeno. Es decir, el fenómeno no tiene nunca una existencia intrínseca. Un budista diría que es vacuo. Paradójicamente el fenómeno es lo que constituye nuestro universo… todo él… Nuestro universo es 100% fenoménico.

Así pues todo es vacuidad o si lo quieres oír menos radical, todo es un juego en el que todo está formado por mil hechos, los cuales aplican solo para ti. Luego no solo es vacuo sino subjetivo (dependiente del punto de vista).

Por contra, el noúmeno según la filosofía es lo que hay «ahí afuera» y de lo cual surge (de forma condicionada, impermanente, vacua y subjetiva) el fenómeno.

Un científico lo imagina como esa realidad cuántica tan extraña que a veces nos explican en los artículos de divulgación y que cada vez se parece más un campo de potencialidades infinitas que no a nada tangible o estable.

Ese substrato de realidad es por definición sin-características, porque toda característica percibida sería un fenómeno. Es decir es la potencialidad absoluta pero sin característica propia alguna. Se podría decir que puede tener características siempre que estas no sean perceptibles, pero no sé si esa frase tiene sentido alguno…

Ya, lo sé, no es fácil de entender…

La otra cosa relevante, que se deduce de esto, es que jamás podemos percibir el noúmeno, pues si es percibido ya es fenómeno. Es decir, que por definición jamás podremos tener un atisbo de él.

Entonces, ¿existe tal cosa? ¿existe el noúmeno?

(continua)



Shentong vs Rangtong
20/05/2014, 4:08 pm
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Existen dos doctrinas de budismo tibetano denominadas Shentong y Rangtong.

Estas dos doctrinas son interesantes porque sintetizan la principal discordia entre practicantes espirituales «avanzados» de casi todas las doctrinas orientales y otras modernas.

Simplificando, la doctrina Rangtong, afirma la vacuidad (no existencia intrínseca) de la realidad, incluyendo en esta la naturaleza búdica, Atman/brahman, Rigpa, consciencia pura o como te guste llamarlo.

En ese sentido me atrevería a llamarlo «doctrina del vacío».

Por otro lado, la doctrina Shentong afirma la vacuidad de la realidad, carente de existencia intrínseca, pero excluyendo la consciencia pura o mente búdica, a la que considera intrínsecamente existente y por tanto perteneciente a otra esfera de realidad.

En ese sentido me atrevería a llamarlo «doctrina del Ser» y conecta con facilidad con doctrinas no-duales tanto tradicionales como modernas (advaita vedanta, por ejemplo).

Para la doctrina Rangtong, la Shentong es simplemente un estadio previo de sabiduría, es decir, quien cree que todo es consciencia, es porque todavía no ha «visto» que la consciencia está tan vacía de contenido intrínseco como el resto.

Para la doctrina Shentong, admitir una consciencia/budeidad también vacía comporta diversos problemas, como por ejemplo el propio renacimiento/reencarnación, pues si no existiera esa esencia permanente, ¿qué podría renacer?

También se ha argumentado que la doctrina Rangtong surge principalmente en estudiosos filosóficos y la Shentong como resultado del estudio meditativo experimental.

La doctrina Shentong es considerada como errónea por el budismo mayoritario.

Shentong significa «Otro vacío» o «vacío de lo demás» como referencia a la esencia de La Mente.




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