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Roberto en forobudismo ha dejado este enlace que me ha parecio muy interesante y claro, sobre la importante diferencia entre el Advaita Vedanta tradicional y el neo-Advaitismo, aunque este último no deja de ser una amalgama de mil maestros diferentes (el artículo cita 200 en 2.010, ahora son muchos más).
En realidad aunque el neo-advaitismo apela a los grandes gurús tradicionales, para dar reputación a sus postulados, realmente sus enseñanzas son notablemente contradictorias con esos maestros tradicionales y reputados.
Creo que es un artículo que todos los interesados en alguna de las dos doctrinas debería leer.
Básicamente explica las diferencias notables que los maestros tradicionales ven en estas nuevas doctrinas/maestros respecto a la tradición no-dual hinduista. Y que resumiendo son:
Negación de la práctica, ausencia de desarrollo ético, falta de base en las enseñanzas, prematuro estatus de gurú, deficiencias del formato satsang, pre-transcendencia, des-personalización y confusión.
Por supuesto a no todos los maestros neo-advaitas aplica todo lo comentado, cada uno es diferente, a cada uno le aplica lo que le aplica, no es difícil de saber…
Además, a los interesados en la no-dualidad en general, aprovecho para recomendarles el excelente portal que aloja este artículo (advaitainfo):
Gurús neo-advaitas y sus detractores
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Bien, hablemos finalmente del libre albedrío.
Así como todos creemos ser libres de inicio y mediante nuestra auto-observación vamos descubriendo esos automatismo aflictivos que nos hacen reconocer que no lo somos al 100%, de la misma manera cuando ejercemos nuestra atención, de nuevo creemos ser libres porque nos hemos deshecho de ellos…
La reacción es razonable. Si creemos que somos libres y los automatismos «un pequeño problema a resolver» entonces pareciera que eso es así.
Pero fíjate que es porque supones de salida que eres libre. Si todo esto lo vieras en un animal tu conclusión sería muy diferente, básicamente dirías poco más que «se ha adaptado para evitar el sufrimiento». Lo cual es un logro notable pero nada que ver con su libre albedrío (que asumes que no tiene porque es un animal).
A veces identificamos «libre albedrío» con la complejidad en nuestras respuestas, a veces con la capacidad para aprender nuevas formas de reaccionar, a veces con la capacidad de actuar finalmente en un entorno de grandes dudas… pero ninguna de esas situaciones son garantía alguna de libre albedrío… pueden describirse perfectamente sin recurrir a esa esencia misteriosa que nadie ha tocado, ni percibido…
De hecho jamás, jamás, ha existido prueba alguna en su favor, y sí muchos argumentos en contra.
Pero que tengamos libre albedrío o no, cierto es, que sería un hecho metafísico irrelevante para el camino espiritual (como decía Roberto hace unos días) si no fuera porque ya «creemos que tenemos libre albedrío».
Es decir ese tema ya no es irrelevante para nosotros, porque nuestra posición ya no es neutra. Ya tenemos una creencia construida.
Me explico: es posible transitar toda la senda espiritual sin preocuparse en absoluto por si tengo o no tengo libre albedrío. De hecho es así como ocurre habitualmente en Asia porque ese concepto no es demasiado relevante para ellos y ni se lo plantean. El concepto de karma (y por tanto condicionamiento) es mucho más fuerte allí que el de libre albedrío. Incluso en el hinduismo se asume a veces un cierto determinismo fatalista… Probablemente en Asia el maestro tiene más trabajo intentando liberar a sus discípulos del fatalismo («da igual lo que yo haga, pasará lo que tenga que pasar…») y por ello es probable que destaque la capacidad de hacer, elegir y decidir.
La diferencia en occidente es que por herencia cultural cristiana ya hemos aprendido/decidido desde pequeños «que tenemos libre albedrío», que somos los que controlamos, los que decidimos, los que logramos, los que pecamos… y eso sí que es un impedimento a la liberación… y relevante.
Porque esa creencia es falsa y aflictiva… Y además es una de esas creencias de las que hemos hablado antes que tienen un efecto limitador…
Por ejemplo ¿cómo voy a «abandonarme» si creo firmemente que soy «yo» el controlador de mi vida? Evidentemente no voy a saltar de un avión si creo que no llevo paracaídas… Si creo ser el controlador, no puedo relajar el control, quedaría convertido en un pelele… Así da igual las horas de mindfulness o meditación que le dediques, no será eso lo que falte, lo que falta es sabiduría, entendimiento, prajna y realización…
¿O cómo vas a ser uno con el universo y a la vez mantener la creencia de que «decides de forma independiente a él»? ¿No te parece eso intrínsecamente contradictorio? ¿somos Uno o mil trillones? Tendrás que decidirte…
¿O cómo vas a afirmar que no hay un yo-entidad-nuclear que pueda reclamar autoría alguna pero que «tengo libertad y la ejerzo»? ¿cómo podría ejercer la libertad (o cualquier otra cosa) una ausencia?
En estos casos estamos intentando mantener creencias antagónicas (unidad total contra. decisor autónomo, o vacuidad contra controlador sólido) y a la larga ese conflicto va a tener que resolverse para no estar bloqueado indefinidamente.
Así pues, a efectos pragmáticos de la senda espiritual, no es que sea relevante saber o concluir si hay o no hay libre albedrío, sino que es relevante levantar la creencia «Yo decido», «Yo controlo», «Yo logro»… con eso basta, pero de hecho, levantados esos prejuicios, no quedará nada a lo que puedas llamar «libre albedrío».
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Hay dos cosas que aclarar de lo visto anteriormente:
1. Que para cambiar un patrón de reacción kármica, es necesaria la atención. Esto no debería sorprendernos. Absolutamente siempre que quieras aprender algo nuevo deberás ejercer la atención. Eso ha sido siempre así. La falta de atención nos convierte en pseudo-robots que están condenados a repetir sus patrones kármicos. El mindfulness es una vida de atención permanente y por tanto de eterno re-aprendizaje…
2. Pero, pero, pero, que para cambiar completamente un patrón de reacción kármica, no solo hace falta la atención que permita trabajarlo, sino que no ha de haber una creencia limitante más fuerte que impida el cambio. Un ejemplo: por mucha atención que pongas no vas a lograr saltar por una ventana porque existe la creencia, mucho más fuerte, de que si haces eso morirás. Eliminar creencias falsas limitantes es la función de las realizaciones, del prajna. Deshacer las creencias limitantes, como por ejemplo que «soy mis pensamientos» y que impiden la depuración de alaya.
Así pues de nuevo vemos que la depuración kármica también depende de dos factores: mindfulness y sabiduría/prajna, es decir, de nuevo esa doble dimensión. La tercera dimensión, la ética, sila, será quién nos marque la dirección de esa depuración (es decir, hacia una menor aflicción global y no al revés…).
Vale la pena añadir que «uno no ha de hacer nada concreto», solo estar atento. Por eso es no-acción, porque ese «uno» no hace nada concreto ni espera o desea nada concreto, solo acepta la no-acción, ese es su único rol aquí: no molestar con sus preferencias y rechazos. 😀
No es que estemos atentos y razonando sobre el mejor curso de acción. No. Basta con estar atentos. Si estamos atentos el resto del sistema-mente ya sabe lo que debe hacer, solo falta que te lo creas y empieces a des-preocuparte… 🙂
Bien, continuamos.
Dado el hecho de que «ya no nos enfadamos como antes, cuando nos insultan» podemos argumentar que hemos ejercido nuestra libertad o bien que «ahora somos más libres», quizá también surge en nosotros una gran alegría y sensación de libertad.
Pero en realidad lo que hemos trabajado es un des-condicionamiento. Hemos borrado una cicatriz de las que comentaba Krishanmurti hace unos días. Es motivo de alegría pero…
Pero incluso mejor que decir des-condicionamiento, sería más correcto decir que hemos cambiado un condicionamiento aflictivo por otro que no lo es… Mientras la atención no cubra el 100% del tiempo habrán patrones reactivos… pues mejor que no sean aflictivos, ¿no?
Ahora cuando hay atención podremos seguir cambiando patrones kármicos, y cuando no hay atención la reacción ya no es tan aflictiva (para este caso)… comienza el círculo virtuoso de realimentación positiva… basado simplemente en mindfulness y prajna.
¿Empezamos a entender ahora por qué Ranjit dice que «Esta libertad [espiritual] no se aplica a la libertad de acción»?
Esta sensación de libertad o liberación se relaciona (entre otras cosas) con la superación de nuestros patrones kármicos, es decir de nuestro karma. No con ninguna libertad de acción en el ahora.
De hecho la propia palabra «liberación» no está relacionada con libertad de acción, sino con la liberación de la aflictividad. «Liberación» no es volvernos más libres (no sabría decirte ni respecto a qué), sino que es levantar el yugo de la aflictividad y vivir en paz y armonía nuestra vida sabiendo que no hay control alguno a ejercer.
(continua)
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A menudo se dice que el Despertar o incluso el simple mindfulness, ese estar consciente, nos otorgará una sensación de libertad desconocida.
Sin embargo por aquí no cesa de decirse que el libre albedrío no existe y que de hecho, la creencia en un controlador o decisor nuclear, no solo es falsa, sino la base de lo que a veces se llama ego o ese «yo» que Buddha dice que no existe, o incluso ese «hacedor» que el Vedanta afirma que no existe.
¿Cómo se podrían reconciliar ambas cuestiones?
Como entrante rescato este fragmento de Ranjit Maharaj:
La libertad que uno tiene como Realidad no proviene de la liberación de la esclavitud. Es una libertad que nunca ha conocido esclavitud y que difícilmente puede ser llamada libertad. Se siente como la libertad de quien se creyó atado pero de hecho fue siempre libre y sólo ahora ha sido reconocido. La persona realizada dice: “soy siempre libre y usted es siempre libre también”. Esta libertad no se aplica a la libertad de acción sino a una libertad que nunca ha realizado ninguna acción y así no está obligada a recibir los frutos de esas acciones. Esta libertad del Sí Mismo es como la libertad del pájaro que puede volar sin estorbos sobre las criaturas que andan y reptan sobre la tierra.
Destaco:
«La libertad que uno tiene como Realidad no proviene de la liberación de la esclavitud»
«Esta libertad no se aplica a la libertad de acción»
Seguimos.
En nuestra mente-almacén (alaya) existen capas y capas de condicionamientos mentales. Es decir de patrones de reacción automáticos. Esos condicionamientos sí pueden eliminarse o mejor dicho cambiarse por otros.
Esos condicionamientos mentales lo que te convierten es en un esclavo de tu propio pasado, esas son las cicatrices de las que hablaba Krisnamurti hace pocos días, y eso es posible cambiarlo. De hecho si no fuera posible, no habría posibilidad de senda espiritual.
Un ejemplo:
– Cuando nos insultan de forma automática surge estrés, adrenalina y una respuesta a la agresión. Eso es así porque en nuestra mente-almacén, ese patrón de comportamiento se ha ido estableciendo con los años por las razones que fueren, normalmente, por la sensación de amenaza a tu débil identidad.
– Pero entonces alguien nos dice que con el mindfulness podemos dejar de sufrir reacciones de ese tipo y empezamos a aumentar nuestro tiempo de atención durante el día… Estamos atentos a lo que pasa…
– Entonces el episodio se repite y vemos con maravilla que nuestra reacción es algo menos aflictiva que otras veces. Pero en otras ocasiones no estamos atentos y nos lamentamos de la «recaida».
– Si el practicante insiste, confirmará no solo que cuando está atento puede reducir la reacción aflictiva al mínimo, sino que con el tiempo incluso en ausencia de atención/mindfulness la reacción se suaviza. Los patrones automáticos de nuestra consciencia-almacén están cambiando…
(continua)
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No importa las acciones que tengas que hacer en tu vida diaria, los shocks y varios incidentes no deben dejar sus cicatrices. Esas cicatrices se vuelven ego, entidad, y tal como vives, se vuelve más fuerte y sus muros se vuelven casi impenetrables
Whatever actions one has to do in daily life, the shocks and the various incidents should not leave their scars. These scars become the ego, the self, and as one lives, it becomes strong and its walls almost become impenetrable.
– J. Krishnamurti