Filed under: Uncategorized | Etiquetas: ayatanas, Budismo, dathus, Madiamika, Mahayana, Neurociencia, qualia, skandhas, Yogacara
Ahora casi como epílogo, vamos a revisar someramente la aparición de los qualia en el budismo.
Aparecen en él de diversas maneras, vamos a ver algunas y seguramente falten otras.
En primer lugar aparecen bajo el concepto de los doce ayatanas budistas (sentidos).
El Abhidharma viene a decir que hay doce ayatanas, agrupados de seis en seis.
Seis de ellos serían qualia y los otros seis los sentidos que aparentemente crean ese qualia.
Así por ejemplo tendríamos: los ojos y lo visto, la nariz y lo olido, etc…
Y son seis tipos de qualia (ayatana) porque contemplamos también «lo pensado» como siempre en budismo, como una percepción (aunque pocos alcanzan a ver la profundidad de lo que eso implica en última instancia).
Es decir los qualia serían esta mitad de los ayatanas, aunque realmente son más de seis tipos.
Además tenemos en el mismo Abhidharma también los dhatus, que son 18, pero viene a ser lo mismo: 6 sentidos físicos, 6 tipos de qualia y 6 formas de procesar qualia (que son las vijnanas o consciencias yogacara).
Así los dhatus se pueden agrupas en tríadas del tipo:
ojo — lovisto — procesar lovisto (ver)
que es la tríada tradicional asociada a la percepción.
Cabe decir que a veces «lovisto» pretende hacer referencia a los objetos externos, de hecho esto será siempre así en budismo Theravada. Pero desde el punto de vista de estos artículos, es qualia y no puede ser otra cosa (porque nunca percibimos los objetos externos de forma directa en absoluto).
Curiosamente, y esto suele entenderse mal, en el sistema-mente Yogacara estrictamente no hay qualia definido, porque las ocho mal llamadas consciencias (la maldita palabra de nuevo), son ocho vijnanas, es decir ocho formas de discriminación, es decir ocho formas de cognición. Es decir, el tercer elemento de la tríada anterior para el caso de las seis primeras.
Por discriminación, en budismo y dado que alguna vez se ha preguntado en los comentarios, queremos decir simplemente el proceso que nos permite distinguir, por ejemplo distinguir rojo de azul en lo visto (discriminación de lo visto o vijnana de lo visto) o el ruido de un coche del de un pájaro (vijnana de lo oído) o bien interpretar nuestros pensamientos (vijnana de la sexta consciencia) y darles significado y sentido. Así pues vijnana también puede verse como «distinguir», «diferenciar».
Así cuando se nos dice que «no discriminemos» cuestión que suele ir dirigida al intelecto, lo que se nos pide es que no procesemos el pensamiento que ha surgido, que lo ignoremos retirándole toda relevancia. Que no tratemos su significado en absoluto, como si no fuera con nosotros o no lo entendiéramos en nada. Eso es no establecer contacto con él y auto-liberarlo. Sin su significado (que lo pones tú) todo pensamiento es solo-qualia o sunyata, pues esa es su esencia. De la misma manera que un libro de El Quijote es solo pasta de celulosa si no interpretas lo que pone.
Dado que hemos citado Sunyata, comentar que en Madiamika la orientación varía ligeramente pero el resultado final será el mismo.
El sutra del corazón, un sutra Madiamika (o de la familia de prajnaparamita que viene a ser equivalente) dice:
No hay ojos, ni oídos,
ni nariz, ni lengua,
ni cuerpo, ni mente. [seis sentidos]
No hay sentido de la vista, ni del oído,
ni del olfato, ni del gusto,
ni del tacto, ni de la imaginación. [seis tipos de qualia]
Nada puede verse o escucharse,
olerse o gustarse,
tocarse o imaginarse. [seis formas de discriminación]
La coincidencia por tanto es total, la diferencia es que donde Yogacara ve «solo-mente», nosotros vemos «solo-qualia» y Madiamika ve «solo-vacuidad». Y el famoso sutra, básicamente les niega existencia por ser vacuos (pasándose un poco de frenada en mi opinión pero dejando un sutra muy llamativo a cambio).
Aunque es cierto (pero es más yogacara) que «nada» puede verse realmente, pues lo que vemos no es la cosa-en-sí (que es lo que significa noúmeno) sino su representación ficticia basada en determinados sentidos y qualia. En ese sentido sí sería exacto: Nada puede verse.
Y no hay mucha más diferencia realmente en este ámbito, pues el desapego a las seis formas de qualia o experiencia, que es lo buscado, ocurrirá bien por verlas como mente o bien por verlas como vacuidad.
El proceso de trascendencia Mahayana tiene mucho que ver con el desapego a los qualia de forma agrupada, mientras en el budismo primigenio se pone mucho más foco en una realidad externa existente con «tentaciones» de las que debemos ir desapegándonos. Puede verse la diferencia evolutiva entre ambos budismos.
El resultado final debería ser el mismo: desapego de toda experiencia, pero ya se intuye por qué el Mahayana opina que ambos vehículos son válidos pero el propio (Maha) es mucho más eficiente o rápido, porque no trata apego por apego sino que se «carga» el apego a todo el universo fenoménico en, básicamente, dos o tres grandes pasos que desembocan en Talidad.
Seguimos