Filed under: Uncategorized | Etiquetas: Anatman, Budismo, existencia, Mahayana, Ontología, Sunyata, Vacuidad
En esta entrada repetimos cosas ya dichas anteriormente, quién domine Sunyata puede saltársela. 🙂
===
Ahora bien, en cuanto nos movemos hacia la existencia volvemos a meternos en la niebla. Veo algo y digo «es una pila de tierra» (el ejemplo clásico por n-sima vez 😀 )
¿Existe?
Sí, dirás, mírala está ahí, puedes hasta tocarla.
Bueno lo que sabemos que hay con seguridad es que hay «lo visto» como materia mental y con cierto aspecto. Y eso que vemos lo etiquetamos mentalmente como «pila de tierra» pero por ahora no ha pasado nada más.
Asignar existencia a la pila de tierra es razonable, el problema es que con el concepto de existencia solemos arrastrar el de esencia u objeto sólido.
Es decir asumimos que eso «es algo concreto en sí mismo, un objeto con esencia de pila de tierra», y no la tiene. Que es un objeto más o menos permanente, y no lo es.
Podemos ver claramente que «no es nada concreto» deshaciendo la pila de tierrra en agua y cemento.
¿Dónde fue la pila? ¿está su esencia en alguna de sus partes? ¿o repartida por sus partes? No, ya no está en lugar alguno. Y ya no está en lugar alguno porque nunca estuvo en lugar alguno.
Había una configuración contingente del universo y la hemos etiquetado como «pila» pero como solo era una configuración impermanente con una etiqueta mental asociada, pues cambió rápidamente y ya no encontraremos esa «pila» más que como la etiqueta mental que ha quedado vacía, que ha perdido su objeto de referencia porque éste era contingente.
Así que uno se queda con la etiqueta «pila de tierra» y cara de tonto sin saber donde ponerla, pues lo que creiamos una pila sólida, un objeto existente, ya no está, se ha ido. Solo nos queda la etiqueta y la duda de a donde ha ido la pila de tierra, y todo por creernos una mera etiqueta mental (o verbal)…
La pila nunca tuvo esencia de pila o nada que sea intrínseco a ella como pila, y por eso esta esencia de pila no ha de ir a lugar alguno. La pila ya no es pila en absoluto porque nunca tuvo nada intrínseco como pila… por eso al transformarla no queda nada de pila… y nada de tierra…
El único problema es que junto con la desaparición de esa pila de tierra no desaparece la etiqueta, porque no está en la pila sino en nuestra mente, y la mente se empeña en que eso (la etiqueta) tiene alguna forma de solidez aparte de ser un mero pensamiento-apuntador, ya inútil porque ha caducado. Y por tanto queda descolocada.
Si consideramos los conceptos como meros apuntadores a situaciones contingentes, entonces no son problema o confusión alguna. Al contrario, son una herramienta mental increiblemente poderosa.
Entender profundamente esto que hemos explicado para todos los objetos, es Sunyata y es la perfección de la no-conceptualidad. Y entenderlo para uno mismo es Anatman y es la perfección de la auto-imagen.
Aclaro que siempre que se habla de «entender» a nivel espiritual, significa realizar, y significa también que ese entendimiento es tan profundo que cambia tu mente y cómo actúas en el mundo.
Así que cualquier objeto designado mentalmente no existe como objeto por lo visto anteriormente, pero obviamente está ahí como configuración contingente del universo (perecedera y sin más esencia que otra configuración cualquiera) y por tanto no se puede decir tampoco que no existe. Simplemente no existe como objeto, pues los objetos no existen como tales, pues son, de nuevo, configuraciones contingentes de la realidad global, etiquetadas.
El concepto de objeto sólido permanente y/o autónomo (en el caso de seres vivos) simplemente no existe. Para ningún objeto. Pero la realidad está ahí, con sus características de impermanencia y interrelación (co-emergencia y origen inter-dependiente).
De nuevo nos quedamos en tierra de nadie, más allá de las ideas habituales de existencia e inexistencia. A medio camino…
Pero hemos obtenido una definición de «objeto» bastante interesante: es el etiquetado mental de una parte arbitraria de la realidad en determinado estado contingente.
Seguimos
Filed under: Uncategorized | Etiquetas: advaita vedanta, Anatman, atman, brahman, Budismo, Mahayana, neo-advaita, no-dualidad
Derivado de un comentario reciente:
En este texto, veremos someramente una posible armonización entre los conceptos de Atman, Anatman y Brahman del budismo Mahayana y el Advaita Vedanta a pesar de que parecen conceptos opuestos y doctrinas enfrentadas.
Hay que decir, para dar sentido a esa armonización, que algunas meditaciones Mahayana y las Advaita Vedanta son muy, muy parecidas, tanto las samatha (que llaman meditar o reposar en el ser en A.V.) como las vipassana (que llaman auto-indagación).
Así que el sentido común dice que los meditadores de ambas doctrinas deberían transitar sendas parecidas si hacen prácticas parecidas. Sin embargo pareciera, si leemos la teoría doctrinal en cada caso, que los meditadores realizan hechos, no solo no demasiado parecidos, sino opuestos.
Desde mi punto de vista hay al menos cuatro posibles respuestas a ese hecho:
- Una es que todo sea auto-sugestión, por tanto «si crees X» realizas X, y si «crees no-X» realizas no-X.
- La otra es que las prácticas sean sutilmente diferentes y eso marque una diferencia gigantesca con el tiempo. En cualquier eso significaría que «si medito así, realizo X» pero «si medito un poco diferente, realizo no-X».
Estamos diciendo en el primer caso que, conceptualmente y en el segundo que no conceptualmente, es posible «influir» sobre las realizaciones y que estas ocurren «a la carta». Una idea inquietante.
Estas dos opciones no se pueden descartar de saque simplemente porque no nos gusten, será tarea de cada mediador reflexionar sobre ellas y decidir.
Descarto, por supuesto, el razonamiento naive habitual de «mi doctrina es cierta, por eso he podido realizarla y lo de los demás es auto-sugestión». No suena razonable, dado que meditadores de ambas doctrinas opinan de igual manera en el 100% de los casos (o casi), es decir estadísticamente ocurre que el 100% de personas que opinan diferente a ti son todas sugestionables, lo cual es ridículo. Sobretodo porque en general hablamos en todos los casos de personas notablemente sabias.
Pero hay una cuarta posibilidad y es que a pesar de que realmente las experiencias sean muy parecidas (parecidas, pues tampoco parecen ser exactamente iguales ni entre miembros de la misma doctrina) el filtro de nuestro dogma y de nuestro lenguaje haga que las expliquemos de la manera en que «nos han enseñado» que deben explicarse y por tanto suenen muy diferentes.
Si eso fuera así, finalmente todo sería una cuestión de «cómo transmitimos y mediatizamos con el lenguaje y el dogma esa realización» más que de que la realización fuera diferente.
Pero ¿es eso posible?
Esta cuarta posibilidad es la que se usa como base para este texto.
Seguimos
Filed under: Uncategorized | Etiquetas: accion, alma, Anatman, atman, Budismo, Hinduismo, Libre albedrío, no-accion, no-yo, Religiones, Texto propio, Wu Wei, yo
Filed under: Uncategorized | Etiquetas: advaita vedanta, Anatman, atman, Budismo, cuatro yogas, doma del buey, Espiritualidad, Hinduismo, Mahamudra, Mahayana, mini-libro, pdf, Practica, testo propio, Vajrayana, Zen
Creo que merece la categoria de mini libro pues son más de 30 páginas…
Integra gran parte de lo hablado al respecto en los últimos meses con mínimos cambios surgidos en su revisión.
Espero sea de utilidad.
Las tres mentes – Un modelo de evolución espiritual
Filed under: Uncategorized | Etiquetas: advaita vedanta, Anatman, atman, Budismo, cuatro yogas, doma del buey, Espiritualidad, Hinduismo, Mahamudra, Mahayana, Practica, testo propio, Vajrayana, Zen
La evolución del Bodhisattva (Un-sabor y No-meditación)
Si toda nuestra senda carece realmente de mapa (a pesar de este miserable esquema), ahora además llegamos al terreno más inexplorado, menos descrito, aunque hay que decir que diversos autores Mahamudra han hecho un gran intento, quizá el más completo que existe en literatura espiritual clásica.
Poco más hay mínimamente detallado al respecto…
Aquí todo se vuelve más sutil, más desconocido y más cargado de mito.
Si tuviera que mapear algunas propuestas como los diez Bhumis del Bodhisattva o las categorias tradicionales de Sakadagami y Anagami a esta parte del modelo, que es donde en teoría corresponden, la verdad es que me costaría. No sabría hacerlo.
En el Zen no hay problema pues directamente no hay referencias escritas claras al respecto, con la posible excepción de los cinco rangos de Dongshan. El resto suele ser solo refencias poéticas, como cuando Dogen dice: Olvidarse a sí mismo es ser iluminado por todas las cosas. Que siempre me ha parecido una perfecta descripción de un-sabor o no -dualidad. Tú eres porque eres iluminado por todas las cosas. «Tú» es igual a todas las cosas.
El curriculum de koans Rinzai tampoco sabría encajarlo aquí.
Aún así, y paradójicamente la doma del buey zen sí que incluye diversos estadios después del «buey domado» dejándonos claro, que incluso tras estabilizar totalmente el despertar, sigue quedando camino por recorrer.
Esta parte comenzaría con la viñeta de la doma del Buey que afirma «Hombre y Buey olvidados».
Si el Buey es la mente despierta. Uno entiende su doma, incluso puede entender con facilidad la viñeta en la que se dice «Hombre olvidado», es decir cuando nuestra identidad pasa a ser «el Buey».
Pero ¿qué se quiere decir cuando se olvida también al Buey? ¿nos olvidamos de la mente despierta?
Sí, en cierta manera sí. La mente despierta solo existe por contraste con las otras mentes. Si fuera nuestra única mente, no necesitaríamos destacarla.
Pero es que además el proceso de auto-referencia individual compulsiva desaparece aquí. Nuestra Presencia se deslocaliza, dejamos de tener un centro y dejamos de hacer auto-referencia en gran medida pues no sabríamos sobre quién o qué hacerla… No hay centro, ni persona, ni buey. La mente despierta deja de ser un «yo», un alguien, por sutil que sea.
Y el pensamiento reactivo deja de pertenecer a otra mente, pues la mente inconsciente desaparece también. El pensamiento reactivo, el poco que queda, ocurre dentro de la mente despierta. Dentro de La Mente a partir de ahora, pues no hay otra. Y no hay nada que no lo sea.
Que tal pensamiento reactivo acontezca no debe preocuparnos, recordad que la mente despierta no tiene por qué apegarse a él… Acontece o no en función de causas y circunstancias, lo que en budismo se llama «Origen inter-dependiente», igual que vemos u oimos por origen inter-dependiente.
No debe preocuparnos en absoluto. En ese momento todas los contenidos mentales son de un-sabor, pues todos ocurren de la misma manera y tienen la misma capacidad de absorbernos. Deberemos acostumbrarnos a otro manera de existir, pero nada más.
La ausencia de centro y sensación de ser todo el contenido mental también son indicadores que se usan para la realización de Brahman, así que en mi opinión sería la misma. También se usa la palabra Samarasa para lo mismo.
Aquí, por primera vez podemos quizá decir con cierto criterio que alcanzamos lo que tradicionalmente se llama no-dualidad. No antes. La myoría de referencias de no-dualidad que leereis son realmente no-conceptualidad. Un análisis serio lo revela rápidamente. En las descripciones de no-dualidad habituales encontraremos referencias al testigo, espejo, consciencia pura, no implicación, etc… Todo eso no tiene sentido en no-dualidad, no hay espejo, no hay testigo, no hay centro…
Realmente ahora el sujeto apenas existe, o al menos es ilocalizable, y la situación es de igualdad de todos los contenidos mentales. Lo cual reafirma mi impresión de que realmente hablamos de la misma realización que se denomina Brahman en Vedanta.
Y nos queda el último punto: No-meditación que totalmente perfeccionada es para Mahamudra la mismísima budeidad (Arahant en budismo primigenio).
Budeidad con residuo tal como dicen en el Tíbet, pues la budeidad final, sin residuo, según la tradición solo se alcanza tras el parinirvana. Nadie es perfecto en este plano, realmente. Un Buddha tampoco… aunque vive de forma notablemente plena y gozosa…
En este punto (final en las tradiciones y final en el esquema) la Presencia absolutamente perfeccionada se impone completamente y el pensamiento reactivo desaparece.
Solo existe La Mente, La Presencia y podemos olvidar el resto, ya podemos matar al Buddha, no existe diferencia notable entre meditación y no meditación, y simplemente nos queda retornar al mercado, pues ya sabeis que tras todo esto nos dedicaremos a tareas absolutamente trascendentales:
Cortar leña y acarrear agua.
¿Acaso se podría pedir más?