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Despertar, kensho, insight, breakthrough, satori… pero también paravritti, realización, auto-realización, etc…
Multitud de nombres describen en las senda espirituales los eventos súbitos, en el budismo también, de hecho algunos de los nombres «propios» de esos eventos súbitos espirituales son creaciones del budismo, notablemente el budismo zen (Kensho, Satori…) pero no solamente en el budismo zen.
Vamos a hacer un repaso breve de los eventos súbitos en el budismo, para acabar con algunas descripciones más genéricas (budistas y no budistas) ya aviso que el texto se me ha ido de las manos y todo febrero estaremos con este tema (y parte de marzo).
Incluso en sendas teóricamente graduales como Mahamudra o directas como Dzogchen se describen eventos súbitos relevantes para su senda. A veces sin nombre propio y que se traducen como insight o breakthrough que son algo complicados de traducir. Ruptura, revelación, intuición, penetración son algunas posibilidades que nos ofrece el diccionario para traducirlas, aunque no son demasiado comunes y como pueden crear confusión las solemos evitar.
Otras son más genéricas pero también se usan en budismo, seguramente debido a que las traducciones anteriores no son muy convincentes, y es por ello que a veces se dice: despertar, realización, auto-realización, etc…
Incluso otras como paravritti son palabras heredadas del hinduismo (pero aparece profusamente en el Lankavatara sutra).
Al final el término que usemos puede tener dos componentes de significado:
- El primero es solamente que sea un evento súbito genérico. Podría ser el caso de realización. En que si no se añade más, no sabemos de qué hablamos: Realizar se ha de realizar algo, el término por sí mismo no nos dice mucho más que es un evento súbito espiritual.
- Otros términos en cambio describen eventos súbitos concretos: auto-realización o kensho (ver la verdadera naturaleza) apuntan a realizaciones concretas sobre lo que uno es. No son palabras sobre eventos súbitos neutros y ya está, aportan más significado.
- Y luego hay otros términos que se mueven en la ambigüedad, por ejemplo «Despertar» que arrastra cierto significado respecto al evento súbito en sí, pero que si no se concreta un poco, queda demasiado abierto. Y por eso se usa como comodín (lo cual siempre es malo para transmitir detalles).
Estos eventos tienen todos un punto en común adicional a ser súbitos (quizá más puntos pero este es obvio) y es que de repente adquirimos una comprensión profunda o un cambio mental profundo, que no sabemos de donde viene, no sabríamos reproducir y a menudo no sabemos ni explicar.
Si esa compresión o cambio es de tipo espiritual estaremos ante uno de estos eventos súbitos. Aparentemente esa compresión o cambio no es siempre la misma, y hay eventos más relevante que otros.
Y además, y esto aporta para darles solidez y realidad: también existen eventos del mismo tipo no espirituales, luego el mecanismo por el que ocurren no es exclusivo de la gente espiritual, que igual estamos algo chalados (es broma) sino que le ocurre a todo el mundo
¿Sorprendido?
Pues sí, venga empezamos por esos, por los no-espirituales
Seguimos
PD. Sí conoces más términos de eventos súbitos espirituales ponlos en los comentarios. 🙂
Saltándome un poco la política de publicar cada dos días, inicio la sección de comentarios a textos ajenos.
Hoy tratamos el que nos envió JL hace pocos días. Iba a dejarlo como comentario, pero era muy largo, se me fue de las manos, así que lo pongo aquí.
Comentarios al texto de R. Balsekar en https://www.nodualidad.info/dialogos/por-que-es-sabio-un-sabio.html:
>El hecho de que un Sabio responda cuando le llaman por su nombre
>evidentemente significa que hay una identificación con un cuerpo en
>particular y un nombre como entidad individual independiente,
Esta visión de lo que es la identificación creo que es limitada, no considera los diferentes niveles y capas de la mente y se queda en la superficial, en la conceptual.
Crep que la identificación con una entidad, o más bien la creencia de que se es una entidad separada (creo que expresado así es más correcto) no tiene nada que ver con poder responder a una llamada, que también podría ser ¡eh tú! 🙂 y no identifica nada…
Pienso que hablar de identificación es confuso porque en realidad identificarte con tu cuerpo no tiene problema alguno, es el que hay, no vas a tener otro por ahora, es correcto. El asunto es creer o no que eres una entidad separada. Y eso no ocurre porque el cuerpo sea tuyo o no tuyo (ninguna de las dos aplica) sino porque la acción es causal y no hay entidad intrínseca dentro de ese cuerpo.
De hecho puede pasar, justo lo contrario: que una persona liberada responderá cuando la llamen pero no creerá ser un «yo/entidad».
Algo más abajo equipara a todos porque «todos sentimos dolor» por tanto todos creemos ser entidades con cuerpo. Ese argumento, de nuevo, es demasiado limitado, creo yo. Buddha ya dijo que el dolor no se va a resolver, el sufrimiento sí. El dolor creo que tiene poco que ver con el sentimiento de ser una entidad.
Pero de nuevo, claro que sentimos dolor si hay aquí un cuerpo, y si lo hay ¿por qué nos hemos de desidentificar de él? ¿tiene eso sentido si no hay entidad? ¿quién se está des-identificando y de qué? Basta con entender que no somos una entidad (o atman o yo). De hecho des-identificarse implica entidad, pues algo se des-identifica de otra cosa. «Neti, neti» no ayuda a hacerte ver como no-entidad, sino como entidad sin características. Esto es relevante.
HAciendo una metáfora, si yo tengo una moneda no necesito «desidentificarme» de ella y tirarla porque no es mía. Basta con no ser egoista y si alguien la necesita se la das. La des-identificación no es necesaria. De hecho es parte de ese proceso que llaman «neti, neti» y que es una técnica disociativa muy eficiente, pero ¿queremos disociarnos del cuerpo? ¿seguro?
En la siguiente sección pasa a afirmar que la persona liberada es simplemente «la que ha aceptado plenamente que “nadie es un hacedor”, aquí faltaría saber que es «aceptar plenamente» (parece esquivar la palabra «realizar»), pero incluso aunque sea realizar, lo que está diciendo es que se realiza el no-hacedor.
A mi «aceptar plenamente» me suena al nivel intalectual pero no puedo juzgar. Igual es realizar pero ha querido expresarlo así.
En la sección ¿Cuándo empieza el ego? Poco que añadir, estamos de acuerdo. Eso que dice es una hipótesis razonable.
En la siguiente sección dice «para que hayan interrelaciones humanas ha de haber ego«, No entiendo muy bien porque asocia ambas cuestiones, si eso fuera así ¿todos los verdaderos Jnanis y Buddhas no podrían ni hablar? Muy raro.¿Y un robot que converse contigo como LAmda? ¿tiene ego? No veo que tales cosas tengan relación clara entre ellas.
>Para poder vivir el resto de su vida, ese Sabio tiene que responder por su nombre cuando se le llame, tiene que vivir su vida, tiene que practicar su profesión u ocupación como una entidad separada.
Esto a mi me suena tan raro como que se diga que una nube es una entidad separada, porque hace cosas y está separada del resto de nubes. No tiene sentido, o eres o no eres una entidad separada, si no lo eres, nunca lo has sido… eso no cambia. Aquí parece confundir lo que uno cree ser (entidad) con lo que realmente es (no entidad). O bien afirma que eres una entidad hasta que mueras. Pero el discurso es confuso.
En realidad el Sabio (entiendo que es Jnani en el original) hace todo eso pero como una no-entidad no-separada. Y lo hace porque la acción es causal.
Y el no-Sabio hace exactamente lo mismo, porque tampoco es una entidad separada.
La diferencia es que uno lo ha realizado y el otro no. Y eso Ramesh parece mezclarlo…
Por cierto que el concepto de ego es confuso también, por eso no lo uso nunca, habría que intentar definirlo antes de nombrarlo tanto, que se quiere decir. Igual lo hace anteriormente, pero no dispongo de esa información. Así que asumo que quiere decir «creerse una entidad separada del resto». Y no el concepto de ego de diccionario que es un concepto de psicología (sobre todo freudiana).
>Así pues, mi concepto más importante es que, cuando una entidad individual se convierte en Sabio, todo lo que el Sabio comprende como Sabio es que nadie hace nada.
Parece que su concepto de «Sabio» es comprender el no-hacedor. Aunque podría ser más profundo, no es 100% claro. Aunque esto es contradictorio con lo que dice arriba de que «el sabio vive su vida como una entidad separada», quizá quería decir «el sabio vive su vida como si fuera una entidad separada (aunque sabe que no lo es)». Esto último suena bien.
Luego, no es lo mismo «ser un no-hacedor» que «no-ser una entidad separada». De hecho las doctrinas de atman mantienen ese atman que es un no-hacedor, y es una entidad. Por tanto no está claro que afirmando un Sabio que no es un hacedor se pueda llegar a la realización de que «no se es una entidad» (no separada se sobre-entiende, si no eres una entidad no estás ni junto ni separado de nada) pues parece ir en dirección contraria (solidificar un no-hacedor que es «alguien»).
>“En el momento en el que el Sabio se convierte en Sabio, deja de haber separación”. Eso no sucede. En mi opinión tiene que existir separación;
Yo creo que sí sucede. En todo caso podemos debatir que es eso de «no separación» en concreto, como decía el maestro zen en el blog hace poco, en su modestia: «apenas queda yo pero explicar eso es muy difícil».
>el hacer sucede como resultado de la Energía Primaria actuando a través de cada uno de los millones de organismos humanos cuerpo-mente.
Aquí se plantea una teoría metafísica: aquella que dice que existe una substancia o energía que llamamos «la vida» que es lo que nos mueve a todos. Bueno, es solamente una creencia, actualmente tal cosa no se ha encontrado, parece más razonable que nos mueve la mera causalidad.
Argumentalmente, esa creencia, la deconstruimos al estilo Madiamika aquí (en los comentarios).
>El Sabio acepta el acto que ha sucedido como la Voluntad de Dios y el resultado también como la Voluntad de Dios. No dice: “‘Yo hice tal cosa y mi buena acción no fue apreciada”, simplemente ve que ha sucedido algo y que ese algo produce un resultado.
«Voluntad de Dios» es algo que lógicamente en budismo se asume que no ocurre. No hay Voluntad de nadie, tampoco de dioses, hay causalidad, que es sin voluntad. Pero esto ya queda para las creencias de cada uno por tanto no es un punto que pueda ser debatido.
>cuando se produce un hecho no lo ve como la “acción de alguien” y por tanto no ve razón para echarle la culpa a nadie.
Esto está muy bien. Aunque debería echarle las culpas a «La voluntad de Dios» 😀 😀 😀 De hecho lo hacen, pero dado que es la voluntad de Dios, al más puro estilo cristiano, uno siempre ha de asumir que «es para bien» si no Dios sería un ser malvado.
Vía la causalidad no queda nadie a quién culpar luego esa frase puede hacerse por fin 100% cierta.
>¿por qué es Sabio un Sabio? Porque esa es la Voluntad de Dios.
Sin comentarios. De nuevo no es un punto que pueda ser debatido. Pero sí vale la pena destacar que eso destruye toda acción espiritual que no sea adorar a ese Dios (para que le conceda la gracia).
>la iluminación, es un suceso impersonal ocurriendo a través de un organismo cuerpo-mente en particular.
Aquí creo que lo expresa mejor. Y un cuerpo-mente particular no implica creer que uno es una entidad separada.
> Nadie puede aspirar o alcanzar la auto-realización. Si tiene que ser, será,
>y el mero hecho de querer alcanzarla es el mayor problema.
No sé si se da cuenta de que esto es auto-contradictorio, si lo que ha de pasar ha de pasar seguro independientemente de mi (fatalismo) entonces querer alcanzar ese hecho, no lo puede impedir. Es una frase auto-contradictoria. De hecho casi cualquier postura fatalista entra rápidamente en contradicciones.
La realidad es que ambas cosas son falsas. No son reglas inamovibles.
Mi resumen. Parece que Ramesh pretende armonizar:
- Que existe EL Sabio (se cita docenas de veces) como tal
- Que es un no-hacedor (por tanto es un observador)
- Que Dios es quién hace por nosotros.
- Que aún siendo un no-hacedor y siendo un Sabio no es una entidad separada (esta parte es bastante difícil de armonizar con la anterior)
- Pero que nunca lo sentirá así porque es imposible sentirlo así (no me queda claro entonces si todo eso es un ejercicio teórico, pues él nunca lo ha sentido, obviamente).
- Que la realización de tal cosa es un evento que Dios nos da cuando quiere y no depende de lo que hagamos (esto destruye cualquier propuesta de acción espiritual que no sea rezar a Dios).
Creo que es una doctrina Advaita Vedanta expresada de forma bastante correcta, suficientemente religiosa para que sea compatible con el hinduismo (no es neo-advaitismo que suele ser no-religioso) y en el Adv. Ved. siempre ha habido esa extraña contradicción entre atman y brahman que es difícil de resolver. Atman es el sabio-observador separado y es «real», y brahman es «ser una entidad no separada» y es «real», ambas cosas son reales, pero son cosas que son aparentemente contradictorias.
Cada maestro intenta resolver eso de una manera diferente, Ramesh viene a decir que «vivo soy atman» y «muerto soy Brahman porque en vida no es posible realizar eso».
Finalmente, anotar que he destacado las disensiones, sin duda hay muchos puntos de acuerdo también (alguno se ha puesto).
Y fin, ruego me disculpen los fans de Ramesh, creo que esto es lo básico.
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Otro texto corto para intentar alinear significados que nos permitan hablar entre nosotros con coherencia.
El concepto de hoy es Presencia.
Se habla mucho sobre ella, especialmente en las últimas décadas. De nuevo no es un concepto budista que uno vaya a leer, no ya en los sutras, sino incluso en cualquier texto de maestros que no sean del siglo XX. No en budismo pero tampoco hinduismo, ni en otras doctrinas tradicionales. Es una palabra relativamente nueva en espiritualidad. Lo cual no es necesariamente malo (como tampoco lo era lo de «residir en al ahora«).
Quizá en este caso es un concepto sencillo, que no plantea dudas o quizá no, en todo caso vamos a revisarlo para que no haya confusiones cuando aparezca.
Obviamente ejercer la «Presencia» viene de Estar Presente. Esto no suena especialmente difícil de deducir.
Y este estar Presente, debe venir de estar en El presente que es lo mismo o similar que estar en El Ahora. Así que como referencia complementaria podéis leer los textos sobre «El ahora» que ya se publicaron.
Así que ya casi podríamos cerrar el texto pues Estar Presente es de la misma familia que estar en El Ahora, y eso ya vimos que:
«¿qué es residir en el ahora?» .
Dos cosas: la activación de la mente mindful (o del mindfulness si quieres) y la exclusión del intelecto o pensamiento o en general todo proceso cognitivo, de nuestro foco de atención. Porque al futuro y al pasado solo podemos ir mentalmente, con el pensamiento o la ensoñación.
Es decir, como siempre, atención y no dirigida al proceso intelectual. O al menos no a cualquiera de esos procesos que sea sobre pasado o futuro.
Bien, pero hoy vamos a aprovechar y añadir algo más, relacionado con «ser».
A menudo Presencia, se relaciona con ejercer una forma más clara o intensa nuestra ese-idad («ser») probablemente porque la palabra ha surgido en entornos de neo-escuelas que hacen de El Ser su concepto principal.
Y es cierto, pero eso no excluye que sea también lo citado anteriormente, de hecho es casi paradójico la de prácticas que en el fondo son iguales o muy parecidas, pero se conceptúan diferente y a veces se cree que son muy diferentes (mindfulness, residir en el ahora, presencia, retorno al ¿quién soy yo?, mente mindful en este blog, etc…). Es el típico caso de usar como definición de algo una u otra característica y no ver que varias son aplicables.
Al final como también pasa en meditación sentada hay muy pocas variantes reales de práctica (por raro que parezca), lo que las diferencia son otras sutilezas internas como lo que aquí llamamos «visión» o incluso más sutiles (entre ellas una visión no auto-reconocida), y a veces nada, solo el nombre y el poco interés en que puedan ser lo mismo que la práctica de la otra religión, pues eso igualaría demasiado ciertas doctrinas que se ven casi como «enemigas» y opuestas entre ellas. Luego sus prácticas han de ser muy diferentes… pero no lo son… 🙂
Todo ello puede ser consecuencia de dar demasiado relevancia a las prácticas, muy típico en occidente, en contra de la visión que suele ser el pariente pobre. La visión o principios que aplicas es lo que va a determinar tu camino y resultados si las prácticas son correctas (si son incorrectas no habrá camino).
En la Presencia de las neo-escuelas el foco se suele poner en «ser», mientras que en el mindfulness se pone en la atención y en residir en el ahora se pone en el tiempo presente. Pero al final ocurre que esos factores conductores, nos llevan a la misma posición mental o muy parecida. Igual que en meditación samatha el objeto de concentración es secundario y las absorciones obtenidas se parecen.
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Ampliación de un texto de 2015.
El ahora, ahora, vive en el ahora, ahora.
Las modernas enseñanzas espirituales están llenas de referencias al Ahora. No me queda claro su origen pero lo vemos en E. Tolle, en Kabat-Zinn, en la mayoría de maestros neoadvaitas… podéis comentar si conoceis referencias anteriores de maestros que usaron de forma clara «el ahora» como práctica espiritual principal.
Sin embargo no es así en los textos clásicos.
No es que no se hable del Ahora en absoluto en los sutras, sastras o los textos de Shankara y otros vedanta, pero sin duda no tenía un lugar fundamental y costará encontrar referencias destacables.
No es que no conocieran el ahora. Los «tres tiempos» (presente, pasado y futuro) están muy presentes en muchos textos budistas y supongo que algo parecido debe ocurrir en los hinduistas.
Así, no es que tal concepto no existiera, como por ejemplo no existía el concepto de «cero» en los tiempos del Buddha histórico.
Incluso si uno repasa místicos del cercano siglo XX como Ramana o Nisargadatta o maestros zen o en general budistas recientes, encontrará pocas referencias al tan nombrado Ahora, hasta casi finales del XX.
Quizá el gran abanderado del Ahora haya sido E. Tolle porque es notablemente popular, su libro más famoso es casi mono-temático al respecto, y realmente ha creado una formulación nueva y fresca. En su momento el libro de E. Tolle me pareció muy interesante y motivador.
Podría decirse que si algo será destacado en el futuro, respecto a la evolución espiritual de nuestros tiempos, creo que será el uso de El Ahora como upaya (medio útil espiritual). Uno de los pocos conceptos nuevos introducidos recientemente y que es realmente certero y útil.
Lo primero decir que ese “vivir en El Ahora” no tiene nada que ver con una visión “new age” al estilo “Carpe Diem”: aprovecha el día que no volverá…
El Ahora, si lo entendemos como otra de las 48.000 puertas al despertar, nos propone algo diferente, muy diferente, no es un simple “aprovecha el día”, en realidad no tiene nada que ver.
El foco en el Ahora es otra formulación más, otro medio hábil, para romper con la tiranía del pensamiento discriminante o intelecto.
¿Cómo es eso?
En el ahora estás siempre, ¿cómo podrías no estar en el Ahora? ¿en que otro momento del tiempo podrías estar ahora? En ningún otro ¿no?
Así pues una formulación que te pida “centrarte en el Ahora” o «residir en el Ahora» en realidad no puede pedirte eso, pues eso es siempre así inevitablemente, siempre, siempre, siempre. No haría faltar cambiar, ni hacer nada.
¿Cómo podríamos perder ese supuesto “Ahora”?
No podemos, por eso es solamente un medio útil, una formulacion que nos llevará a… ¿a donde?
Hagamos al experimento: reside en el ahora, ahora, prueba, de forma intuitiva, aunque no te haya explicado qué es eso o como se hace, improvisa. Hazlo un rato. Y luego seguiremos (en dos días).
Seguimos
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Este texto corto solo pretende aclarar el título.
Y existe precisamente porque, no, no son lo mismo.
En este blog (y en casi todo budismo serio) la consciencia no es vista como un absoluto, ni tan siquiera como un «algo», a diferencia de lo que sí hacen en Vedanta o casi todo el neoadvaitismo: consciencia eterna, soy consciencia, todo es consciencia, consciencia pura, etc…
De hecho ya en el budismo primigenio, la consciencia era solo un skandha, es decir un componente genérico de esos que construyen la idea de un «yo» (entendido como lo entiende el budismo). Luego ni tan siquiera es una idea solamente Mahayana.
Más adelante se depuró la teoría (y la práctica, en mi opinión) y ya se hablaba de las seis consciencias, aunque este agrupamiento es arbitrario, y hay en realidad muchos más sentidos (frío-calor, por ejemplo es un sub-sentido del tacto, etc…). Pero sí, la consciencia es compuesta, eso es lo relevante de la definición Yogacara de seis vijnanas.
Es justo entonces cuando surge uno de los puntales Mahayana y que el budismo primigenio (en forma de doctrina Theravada actualmente), en este caso, sí que rechaza de una forma algo sorprendente pues como veremos ni tan siquiera la ciencia lo hace:
Todo es mente.
Es decir, una diferencia entre el budismo primigenio y el tardío, es que el primero asume que lo visto es «la realidad externa», y el tardío dice que lo visto/qualia es mente .
Esto no significa idealismo puro, todo puede ser mente y sin embargo existir el noúmeno, u otros elementos o fuerzas «más allá del fenómeno» y por tanto no habría idealismo radical.
El idealismo puro viene a decir, mal dicho, que toda nuestra experiencia sensorial es ideada… sin ninguna base detrás más que nuestra imaginación (que no queda claro como imagina, en base a qué). Pero además el idealismo puro lleva de forma bastante directa al solipsismo (solo existo yo), pues asumir que existe otro, implicaría que no es ideado por ti… luego ya no es idealismo puro.
Hay personas que sostienen en espiritualidad una forma de idealismo «parcial» extraño, como cuando te dicen «todo es un sueño, date cuenta» y tú piensas «¿estás pidiendo a tu sueño que se de cuenta de algo?». Poco coherente… pero es que mantener una actitud coherentemente solipsista no es nada fácil.
Por otro lado, para entender como se podría armonizar la postura en que todo es mente pero hay noúmeno u otras cuestiones que ayudan a co-generar nuestro mundo fenoménico, me vuelvo a referir a este diálogo gatuno.
Ayudan o colaboran es la palabra correcta, pues reitero, el mundo fenoménico (nuestro mundo) depende de nuestros sentidos y mente, igual que del noúmeno si existiera o las fuerzas que activen esos sentidos. Pero con otros sentidos, habrá otro mundo fenoménico. Por tanto no debemos caer en el error de creer que el mundo fenoménico es construido solamente por algo externo a los sentidos que viene a ser la propuesta del budismo primigenio y la creencia «razonable» de casi todo el mundo (por eso sorprende tanto que un vestido se vea azul o blanco según la persona, lo cual no es nada sorprendente).
Hay que decir que estrictamente, el budismo Mahayana no postula siempre la existencia del noúmeno para evitar postular cosas permanentes (aunque el noúmeno no tiene por qué ser permanente, ni los átomos lo son).
Hay al menos tres posibilidades y la segunda es la mas común: primero la comentada de que exista el noúmeno, que sería la postura científica tradicional, después una algo compleja de entender que afirma que todo es un juego de interacciones pero sin nada concretable (opción muy sensata a la luz de la mecánica cuántica), éste sería un universo de fuerzas en interrelación y por último, sí, hay budismos o más bien, budistas que, básicamente son idealistas o casi, acercándose a la postura comentada antes del Advaitismo.
Pero como eso es metafísica y el budismo es eminentemete práctico, tampoco se calientan mucho la cabeza… 😀
El hecho de que se postule que «todo es mente» aún siendo cierto, se hace por su aplicación a la liberación. No por un interés especial metafísico.
Vuelvo ahora a la consciencia.
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