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En el Advaita Vedanta la formulación es muy diferente, pero planteo aquí que se habla de justo lo mismo.
En el Adv. Vendata se dice que existe un cuarto estado llamado Turiya, que una vez realizado o reconocido por el practicante cubre los tres estados de vigilia, sueño y sueño con sueños.
Tal estado además se relaciona con la idea de Atman, de testigo eterno o de consciencia eterna. Y por ello se ha de afirmar que está siempre presente .
¿Cómo se entiende aquí el cuarto estado que el Vedanta Advaita llama Turiya? ¿qué tiene que ver Turiya con todo eso que hemos hablado?
Turiya se supone que es un estado mental que se superpone sobre los otros tres.
Es decir que es un estado que trasciende los otros tres, que los observa de forma continuada. La observación desapegada es una constante en la práctica del A. Vedanta y su perfección es este estado.
Lo primero que hay que ver es que la denominación de cuarto estado es confusa. No es un cuarto estado estrictamente. Es una situación en la que los otros tres estados son trascendidos.
Por tanto no pertenece a su misma jerarquía, sino que es «otra cosa». No es un cuarto estado que ocurra determinadas horas al día como los otros tres, sino «otra cosa» que cubre las 24 horas.
Eso coincide plenamente con nuestra idea de «bardo» que hemos visto anteriormente.
Hemos visto que es viable tanto estar siempre, día y noche, en el bardo o estado mental de observador inconsciente, como en el de observador consciente o mindful, o en un tercer bardo trascendente.
Hemos dicho también que lo primero no requiere entrenamiento, lo segundo requiere entrenamiento y lo tercero requiere Despertar y entrenamiento.
Es decir todos estos estados o bardos (hemos identificado tres por simplicidad) son realmente como Turiya, pueden cubrir potencialmente las 24 horas del día con excepción del sueño profundo los dos primeros.
Con seguridad Turiya no hace referencia al testigo inconsciente pues de testigo no tiene nada. Si una característica tiene el testigo inconsciente es que está 100% implicado en la realidad externa y sus pensamientos, en el Samsara.
Pero sí podría hacer referencia a ambos bardos «espirituales» el de testigo consciente y el de yo-consciente cuando se han llevado a las 24 horas del día.
Es decir, la visión A. Vedanta no es que sea radicalmente diferente, simplemente es que hace mayor foco en alargar uno de esos dos bardos a las 24 horas del día.
Creo que leí una vez en Nisargadatta que decía que «el primer testigo es falso». Es decir es solo mental.
De esa frase concluyo que se refería a la posibilidad de estabilizar totalmente el testigo consciente, el testigo del mindfulness, la única forma en que sabemos «estar conscientes» inicialmente… Así que él también veía claro que ese «bardo» no es «atman».
El verdadero Atman o testigo del A. Vedanta, es, como en el budismo su naturaleza búdica, ese tercer o terceros bardos de los que hablamos y que solo aparece tras el Despertar.
Así Turiya es la estabilización 24 horas de lo que aquí llamamos el yo-consciente, y que el budismo llama naturaleza búdica, y que en Dzogchen llaman rigpa, etc…
Y esa estabilización durante la noche, el budismo Vajrayana la llama «sueño de luz clara» y es el primer momento en el que parece, aunque de forma muy, muy rudimentaria (sin memoria, ni cognición, es solo una impresión vaga) que estamos presentes hasta en el sueño profundo, completando lo que Dzogchen llama «el ciclo del dia y la noche» y Vedanta llama el cuarto estado.
Gracias por leer.
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Recapitulando, tenemos pues tres estados:
- Vigilia
- Sueño con sueños
- Sueño profundo
Y tres bardos (o dos ordinarios y luego otros, si se quiere):
- Observador inconsciente
- Observador consciente
- Tercer/os bardo/s
Ese tercer bardo, en realidad es toda una familia, y es lo que por aquí hemos llamado yo-consciente y que no es diferente esencialmente de rigpa o naturaleza búdica.
Existe un texto en este blog donde se habla del yo-consciente o tercer bardo. Aquí.
No se si un cuadro puede ayudar a verlo o hacerlo más liado:
Estos sobre los 3 estados diarios, esos tres bardos pueden aparecer y desaparecer.
Por ejemplo uno puede vivir las 24 horas de su dia de forma inconsciente y reactiva. Incluyendo los sueños, claro. Esa situación no es rara… Uno viviría en la primera columna del cuadro
O puede ser un practicante que durante la vigilia oscila entre el observador inconsciente y el consciente, esa lucha que todos hemos tenido entre estar presente y perdernos… pero luego al dormir, siempre es inconsciente (reactivo) en sus sueños. Es decir vive a caballo de las dos primera columnas. Esta es la situación habitual del practicante espiritual.
O puede haber practicado hasta llevar esa consciencia a los sueños y tener sueños lúcidos. La situación sería muy parecida al caso anterior pero habiendo desarrollado la habilidad de tener sueños lúcidos
O puede haber Despertado, ganado acceso a ese tercer bardo y que su vigilia entonces oscile continuamente entre los tres bardos comentados pues no sabe como estabilizar la situación.
O puede ser un ser extremadamente avanzado espiritualmente y que tanto durante la vigilia como durante el sueño jamás se mueva del tercer bardo, el del yo-consciente, el de su naturaleza búdica ypor tanto su sueño es un estado ininterrumpido de samadhi.
Es viable estar siempre, día y noche, en un bardo o estado mental tanto de observador inconsciente, como en el de observador consciente o mindful, o en un tercer bardo.
Lo primero no requiere entrenamiento, lo segundo requiere entrenamiento y lo tercero requiere Despertar y entrenamiento.
O es posible oscilar entre ellos continuamente.
Todas las opciones son posibles.
Ahora cambiamos de tercio y nos vamos al hinduismo.
(continua)
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Aunque el sueño aparece en todas las ramas del budismo, como cuando Dogen dice al cocinero del monasterio que si no puede meditar de dia, lo haga mientras duerme, principalmente es el budismo Vajrayana el que ha dado relevancia al sueño en sus doctrinas y lo ha refinado notablemente, quizá por herencia hindú, pues las instrucciones tántricas al respecto de los sueños provienen todas de la India.
Un ejemplo serían los Seis yogas de Naropa (de los cuales uno trata de los sueños).
Pero incluso en ese caso la idea de ese yoga no es tener sueños lúcidos, al menos no es ese su foco principal.
¿Entonces?
La idea es llevar el samadhi, la absorción, al sueño, cosa que si hemos entendido lo anterior es una cosa muy diferente. Es llevar un tercer estado o bardo al sueño, no tiene nada que ver con lo hablado hasta ahora.
A eso se le llama «sueño de luz clara» (y otros muchos nombres).
Ha de quedar claro, que si no hay ese tercer bardo en la vigilia, muy probablemente es imposible que haya samadhi en el sueño, pues es mucho más difícil.
Así que quién no tenga al menos cierta experiencia mínima com ese «tercer estado» (o familia de «otros estados» más o menos cercanos a samadhi) no va a poder practicar un sueño de luz clara.
En ese dormir básicamente no hay sueños tal como se conocen habitualmente sino que toda la noche es un bardo ininterrumpido, con consciencia, y presencia, y gozo, y luz clara, pero sin sueños samsáricos (es decir sueños sobre el Samsara que es nuestra vida).
Además durante el paso de las fases REM (con sueños) al sueño profundo, donde apenas podemos decir que «somos», la disolución mental que ocurre se usa como entrenamiento para cuando llegue el bardo de la muerte, pues se considera una situación equivalente.
Y de esa manera se entiende que en el momento de la muerte también mantendremos la adecuada compostura durante esa disolución de nuestra mente logrando con ello control sobre nuestro renacimiento.
Esa es la diferencia entre sueño lúcido y yoga del sueño.
(continua)
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Pero en la vigilia es relativamente fácil reaccionar, aunque no dure mucho esa reacción, y pasamos a estar presentes. Entonces podemos decirnos a nosotros mismo «ahora soy plenamente consciente de mi y de lo que estoy haciendo o viviendo».
Esos raros momentos de lucidez pueden ampliarse poco a poco en el tiempo (no sin esfuerzo) y eso es la presencia tal como se suele entender inicialmente o el mindfulness.
A este bardo es al que llamamos (por ponerle algún nombre) observador consciente. Y es lo que mucha gente cree que se quiere decir por «el testigo» del A. Vedanta.
El entrenamiento de ese bardo en condiciones de laboratorio es a lo que suele llamarse inicialmente meditar aunque en este punto aún tampoco lo es realmente, igual que no es el testigo del A. Vedanta.
Es decir, en un principio, meditar, es buscar un entorno calmado en el que me sea más sencillo permanecer en este segundo bardo más tiempo, al no tener tantas distracciones que activen pensamientos reactivos que puedan absorberme.
En ese punto, la situación mental, eso que llamamos bardo, no es demasiado diferente a la de tu mente cuando tienes un sueño lúcido, es decir te haces consciente de ti mismo en el sueño y consciente de lo que haces.
La diferencia, es que al estar en un sueño, la realidad que te rodea es modelable a tu antojo con cierto entrenamiento. En la vigilia no ocurre tal cosa. Eso diferencia la vigilia del sueño.
Por eso la vigilia puede ser «como un sueño» pero nunca «es un sueño», mal que le pese a las doctrinas más nihilistas que fallan en explicar el por qué de esta diferencia.
Pero por lo demás, el estado mental o bardo es equivalente, es equivalente estar presente en la vigilia o estar presente en el sueño. Y de hecho como hemos visto también son equivalentes los estados o bardos de inconsciencia de la vigilia y del sueño, siendo respectivamente de absorción en nuestras fantasias mentales en la vigilia o en las fantasías nocturnas (mucho más vívidas pues incluyen a la percepción externa).
Y tal como, por hacernos presentes un ratito durante el día no decimos que hemos Despertado. Tampoco hay Despertar alguno por tener un sueño lúcido. Y eso nos conecta con el siguiente punto:
Si ansías tener un sueño lúcido para poder hacer «lo que te de la gana en él» eso es Samsara y es apego, y es fuente de sufrimiento, y buscarlo y lograrlo puede ser una notable desgracia desde el punto de vista budista.
Y desgraciadamente casi todo el mundo que busca esa experiencia, ese sueño lúcido, lo busca para eso… para «disfrutarlo» y eso no sería demasiado diferente a querer tomar LSD para tener alucinaciones, o ir al cine.
Entiende que si tienes ganas de tener un sueño lúcido eso es igual de apego que si quieres cualquier otra cosa. Y si los logras y luego te pasas la vigilia deseando que llegue «el sueño» para inhibirte de una realidad no modicable para hundirte en otra que sí lo es, entonces eres un adicto a ellos.
Ahora bien, ¿cual es el papel de los sueños en la espiritualidad? Si es que tienen alguno…
Veremos un poco de ello en budismo y en V. Advaita.
(continua)
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Derivado de un texto en forobudismo:
El tema de los sueños es interesante, a continuación expreso solo mi opinión al respecto de ciertos aspectos de los mismos. En algunos casos basados en la experiencia, en otros casos en indicios científicos y en otros en mera opinión.
Un sueño lúcido, como se sabe, es un sueño en el que uno es consciente de estar soñando. Un aspecto interesante del sueño lúcido es que si eres capaz de vivirlos, con el tiempo vas aprendiendo a modificar el sueño a tu antojo, de tal manera que puedes hacer lo que quieras durante el mismo.
Eso ha hecho que mucha gente se haya interesado por el tema, pues al final, es como poder vivir una película de realidad virtual a tu antojo y eso es notablemente atractivo.
Es viable entrenarse para tener sueños lúcidos en base a ciertos tipos de ejercicios y anclas nemotécnicas. Es un entrenamiento bastante especializado (npoco que ver con la meditación realmente).
Para tener sueños lúcidos no es necesario tener contacto alguno con la espiritualidad, ni haber meditado, ni ser especialmente sabio, ni ninguna otra cosa más que haber entrenado adecuadamente para tenerlos.
Es por eso que se me hace raro que a menudo se relacione el sueño lúcido con cualquier tipo de logro espiritual. En realidad es justo lo contrario y paso a argumentarlo a continuación.
En nuestro dia a dia, una persona ordinariamentedurante la vigilia se encuentra oscilando entre dos estados mentales en función de su capacidad para estar presente.
A este tipo de estados mentales los llamamos por aquí «bardos» haciendo un uso abusivo del lenguaje espiritual.
Normalmente una persona pasa la mayor parte de su tiempo sin estar presente en absoluto en lo que hace. Se mueve reactivamente y sin presencia. Como cuando conducimos como robots del trabajo a casa sin apenas reparar en lo que hacemos. Normalmente por absorción excesiva en el contenido de sus pensamientos.
A este bardo lo llamamos de observador inconsciente.
Esa situación no es demasiado diferente a la que ocurre en los sueños. Por eso a menudo se usa esa metáfora para referirse a una vida sin presencia. Decimos que vivimos dormidos.
En este caso la inconsciencia surge de la inmersión en el pensamiento conceptual, no como en el sueño. Pero la situación es notablemente equivalente.
(continua)