Filed under: Uncategorized | Etiquetas: Causalidad, Consciencia, Espiritualidad, Libre albedrío, Neurociencia, voluntad
Voluntad consciente, voluntad libre, voluntad inconsciente, involuntariedad, voluntad empírica, voluntad fenoménica, etc…
Muchas voluntades. Dedicaremos este texto a charlar un poco de ellas y que nos aporta todo ello en el ámbito espiritual.
Este texto lo inspira el estudio de Daniel Wegner (del dept. de psicología de Havard) que podéis encontrar aquí.
Y de hecho esto es prácticamente una traducción/resumen del texto en inglés que se titula «La ilusión de la voluntad consciente«. Ya vamos avisados… 🙂
Primero las definiciones:
Voluntad consciente es lo que normalmente entendemos por voluntad, es decir, la situación en que siento internamente que quiero hacer algo y lo hago. Es decir hay una percepción consciente de la voluntad de hacer algo y luego ese algo es realizado. Existe la posibilidad de sentir internamente que quiero hacer algo pero no poder hacerlo, normalmente eso es debido a una patología (asumiendo que queremos hacer cosas factibles, como hablar o andar) y lo podemos dejar de lado por ahora. Pero también sería voluntad consciente (fallida).
Existe la voluntad inconsciente, no solo porque teóricamente parece que exista (cuando hacemos cosas inconscientemente o sin darnos cuenta o en piloto automático) sino porque la neurociencia la ha detectado, como cuando se detecta en experimentos esa voluntad de hacer o decidir algo, antes de que surja en la consciencia del sujeto del experimento.
El simple hecho de que exista la voluntad inconsciente es relevante a efectos espirituales. Por ejemplo ya no podremos decir eso de que todo es consciencia, pues hay mecanismos decisores no-conscientes. Y aunque no es muy relevante en el budismo, pues nunca se ha dicho que «todo es consciencia», si que es relevante para otras doctrinas espirituales algo más naives que sí lo afirman (e ignoran mulititud de contra-ejemplos como este).
La involuntariedad existe en casos patológicos como los casos del «miembro alien» (que no fantasma, que es otra cosa) en que, por ejemplo, una mano hace «lo que le da la gana». La diferencia con el caso anterior es que el sujeto puede expresar conscientemente una oposición a la acción pero aún así esta ocurrirá.
Este es otro ejemplo de no-todo-es-consciencia aunque en este caso patológico (como la visión ciega que demuestra lo mismo).
Existe una involuntariedad «light» (no patológica) que se da en espiritualidad bastante y que consiste en que no hemos puesto oposición a lo que se hace, pero tampoco parece que participemos de ello en absoluto. Esa forma de involuntariedad «light» es una forma disociativa más o menos fuerte (requiere de un atman que es el que observa, disociado de la acción). En espiritualidad a veces se denominará impersonalidad.
Voluntad empírica lo usaremos para hacer referencia a todo el proceso en el que nuestra supuesta voluntad mental sea consciente o inconsciente decide y ocurre la acción voluntaria. Es decir, abarca todo el proceso de «actuar» efectivo completo. Actuar es voluntad efectiva o empírica, sea como sea que ocurra eso. Es voluntad a secas, ocurra como ocurra.
Mientras que voluntad fenoménica se referirá solamente a «como sentimos mentalmente ese ejercer una supuesta voluntad». así esta segunda es totalmente subjetiva y consciente (es una sensación) mientras que la primera incluye algo que es objetivable (o has actuado o no has actuado).
Por voluntad libre, nos referiremos al famoso libre albedrío, a esa idea religiosa de que podemos ejercer una voluntad incondicionada o no condicionada pero que no es azar o aleatoriedad. Lo que más adelante se llama «una causa sin razón».
Aclarados términos, empezamos.
El Sr. Wegner en el inicio de su texto, empieza fuerte y hace una afirmación apasionante basada en pasados experimentos de neurociencia.
Esboza que la toma de decisiones es muy, muy compleja en nuestra mente y básicamente inconsciente.
Después afirma que la mente crea la ilusión consciente de la voluntad (fenoménica) pero que la mente y más concretamente la consciencia no conoce (no es consciente de) el mecanismo o las razones por las que se ha tomado la decisión.
Y que esa aparente sensación de voluntad consciente es resultado de haber decidido y no la causa de nada. Es meramente una forma de aviso a la consciencia de que se va a actuar voluntariamente.
A esta teoría se la llama teoría de la causación aparente. La revisaremos en detalle, de hecho es el núcleo de este texto. Explicar esta teoría y por qué parece correcta.
Lo que se afirma es demoledor: decidimos de forma a menudo inconsciente, y no solo eso sino que no se aflora a la consciencia las razones, solo la sensación de que queremos hacer eso.
3 comentarios so far
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Mil gracias, creo que la serie os va a resulta interesante. A mi me ha resultado apasionante leer el texto original.
Un abrazo
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Comentario por 道 貓的僕人 04/07/2022 @ 3:46 pmSigo desde hace un tiempo su interesante blog. No todos los artículos puedo seguirlos. Además de la dificultad intelectual está la dificultad, más grande e importante, de la realización misma de lo que se señala. El tema de la libre voluntad lleva dando lata cientos de años. No está mal que los científicos intenten abordarlo. No sé si llegarán a aclararlo. Las distinciones (p. ej. sobre los tipos de voluntad) se me escapan muchas veces, otras parecen entreverse algo mejor.
Hace poco compartía con el creador de un blog sobre Sri Aurobindo sobre esta aparente contradicción: Aurobindo pretende que se alcancen ciertos estados por el poder de la voluntad (así lo entendí) mientras que Jiddu Krishnamurti, señalando la identidad de voluntad y deseo parece decir que la discriminación o «insight» no se puede alcanzar ejerciendo dicha voluntad. Perplejo me quedo.
Gracias por su blog
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Comentario por Jose Luis Ramos Saavedra 04/07/2022 @ 4:15 pmMuchas gracias Jose Luis, puedes hablarme de tú a pesar de las canas.
Pue syo espero que esta serie, que es larga (7 partes) ayude en esa comprensión.
Las conclusiones de los neurocientíficos no son categóricas o inapelables, pero van definiendo año tras año un modelo que parece difícil que vaya a variar ya mucho y que es sorprendente.
Respecto a ambos maestros, creo que tu descripción es muy buena, porque los estados sí se alcanzan por continuidad y dedicación luego ahí hay algo de verdad, pero las realizaciones o insights ocurren por otros medios más sutiles, luego J.K. tiene razón y Aurobindo también.
Usando palabras budistas, uno elige un camino centrado en el entrenamiento de la mente (Aurobindo) y otro en prajna (J.K.) y no ocurren de la misma manera.
Lo ideal es equilibrar ambos.
Y finalmente, a partir de ciertos estadios, incluso para los «estados» avanzados sobrará el esfuerzo y el exceso de voluntad… al menos en los Mahayana, que son los que conozco.
Un fuerte abrazo
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Comentario por 道 貓的僕人 04/07/2022 @ 4:38 pm