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Lo más probable es que (y como también afirma Theravada, Mahamudra o Dzogchen) no hay problema alguno con las prácticas mientras sean las adecuadas (y hay muchas adecuadas), incluso post-kensho, cuando serán prácticas más directas, menos conceptuales pero que no dejan de ser entrenamiento y gradualidad (como así lo son los tres últimos yogas Mahamudra).
Y también que las realizaciones son súbitas dentro de un camino inevitablemente gradual. Y no es una realización solamente.
Que la naturaleza de Buda es nuestro potencial de liberarnos, que está para todos, y no «una cosa» o «un ser» que se pueda encontrarse como si fuera un diamante en un bolsillo. Aunque existen capas más profundas en nuestra mente que hay que realizar y eso es lo que se tiende a confundir con el diamante.
Y que mucho menos estamos ya todos completamente iluminados aunque tuviéramos el diamante dentro, pues estar iluminados es haber dejado caer todo sufrimiento (la definición del budismo es muy clara) y eso obviamente no lo tenemos ahora mismo. Con diamante o sin diamante.
Por otro lado es muy cierto que no es la propuesta Mahayana entender el camino budista como un limpiar algo de sus defectos, sea lo que sea. Sea algo trascendente (nuestra naturaleza búdica) o bien nuestra forma de comportamiento. Nada de eso necesita ser limpiado de defectos. Esa aproximación, más primigenia, puede funcionar, lo desconozco pero no es el camino Mahayana.
Y todo ello sin renunciar al seguimiento de los paramitas como solución temporal y adecuada durante el camino para obtener las condiciones de entorno adecuadas. Pues sin ellos, esas condiciones serán casi imposibles y sin la condiciones también será casi imposible la liberación.
Y es posible que hasta la meditación sea opcional si se sigue el camino de sabiduría adecuado, pero una meditación de no-acción que precisamente se basa en entrenar nuestra no-intencionalidad, es tremendamente efectiva y desactiva completamente el argumento de que meditar es ejercer una intención y por eso pervierte el intento; pues precisamente, en Mahayana, nos sentamos en meditación para aprender cómo no tener intenciones (que son apegos) de forma directa. Eso es la meditación de no-acción o meditación Mahayana de la cual el Shikantaza es una variante más.
Y acabando con lo bueno, por crear un cierto equilibrio: el Zen tiene en mi opinión grandes cosas que ofrecer al budismo, aunque algunas ya se han perdido en algunas ramas del Zen actual o van camino de…
Por ejemplo la renuncia al folclore y ritualidad. Esa limpieza en el intento. Esa pureza en la Vía. Folclore al que curiosamente se apegan algunas sectas en occidente, cosa que no he llegado a entender.
La renuncia a la mitificación de personajes. Si el buda molesta, mátalo, aquí no construimos ídolos. Buda era una persona, dejemos de tratarlo como un Dios. Pero sin mitificar tampoco el Zen…
El «arte» de la docencia tan especial del Zen, con sus frases, gritos, golpes, saltos…
La renuncia a la erudición excesiva, y relativización del intelecto y la lógica. El intelecto sirve para transmitir algo que nos sea útil. Fin. Pero sirve para eso. No buscamos una mente sin intelecto alguno (Fushiryo) sino con la adecuada relación con el intelecto (Hishiryo) habiendo sido éste trascendido.
La transmisión directa y más allá de las escrituras y la experiencia propia como punto fundamental a tratar. Esa relación humana tan directa y próxima entre maestro y discípulo. Casi familia y basada en hechos acaecidos, no teorías.
La incorporación del trabajo a la vida monástica (además en forma de forma de auto-consumo). Algo tremendamente actual y además excelente para crear condiciones fisiológicas adecuadas.
La incorporación del arte a la vía del zen (shodo, sumi-e, kyudo, haikus, etc…) y en general esa «estética zen» que tanto vende hoy día pero que tiene un valor real en la vía al ser artes que se ejecutan más allá del intelecto. Véase «Zen en el arte del tiro con arco» por ejemplo.
En general la sencillez y minimalismo de métodos, estética y sobre todo en el estilo de vida. Que ha dado lugar a la llamada estética Zen o vida Zen que crea condiciones adecuadas y además muy positivas para la sociedad y el planeta.
Y ¿por qué no? Algunas de las mejores descripciones de las meditaciones de no-acción, shikantaza, de muchos autores Zen.
Etc y etc…
Tantas y tantas cuestiones que han hecho del Zen algo merecidamente conocido, especial y admirable. La lista no es exhaustiva.
Gracias por leer y espero que los zenistas me perdonen.
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