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Esta metáfora fue creada en el siglo III, en concreto en el Avatamsaka Sutra, para representar metefóricamente la interconexión entre todas las cosas del universo como forma de mostrar la compleja causalidad propuesta por el budismo Mahayana.
La red de Indra es una red infinita, también de infinitas dimensiones, no solamente tres, y que contiene una perla en cada intersección de sus hilos. Pero lo relevante es que cada perla refleja todo su entorno, es decir todas las infinitas perlas, de forma que en cada perla está representada realmente toda la red.
Lógicamente la red representa el universo y cada perla es una consciencia.
Cada reflejo es una influencia que recibe esa consciencia, o tú mismo, si quieres verlo así, como perla o consciencia, eres influenciado por todas las perlas existentes que son infinitas.
La red de perlas de Indra no solo es una imagen de un universo-espejo de infinitas ramas, abarca también el concepto del causalidad en su concatenación de causas y efectos (los reflejos de las perlas). Un vértigo de interconexión deslumbrante: cada acto afecta todos los demás actos, cada instante está ligado a todos los instantes desde el inicio del universo.
Esta es la forma simplificada y metafórica de expresar la compleja propuesta de causalidad Mahayana. Todo influye sobre todo y el resultado es el siguiente instante de este universo completo y así sucesivamente.
Y cualquier intento de reducción o compartimentación o fragmentación de esa realidad total ya sería parcialmente falsa. Y eso es lo que veía Nagarjuna y los Madiamikas en sus argumentos.
Otra lectura interesante de la red de Indra, Yogacara en este caso, es ver que cada perla en realidad jamás contacta con nada exterior, cada perla (que es una mente) solo recibe reflejos (el resultado de los sentidos) pero está aislada de las demás. Por eso en tu experiencia decímos que solo hay mente, los reflejos de las perlas los generas tú mismo por ser una perla y sobre ti mismo, tu superficie de perla (tu mente o consciencia) pero jamás tocarás de forma directa otra perla, toda tu experiencia es auto contenida en ti mismo y sin embargo la causalidad ocurre en la forma indicada y te influye (mal dicho pues la influencia es el todo y no hay sujeeto influenciado).
Esta magnífica metáfora la hemos visto de otras dos formas:
Una fue casi de broma con el gato Tao, aquí. En que la metáfora substituyó las perlas por ordenadores y los reflejos por Internet. En este caso se hizo más foco en entender la naturaleza de solo-mente de nuestra experiencia que no en la propia causalidad, aunque es evidente que ambos sujetos se influyen.
La otra nos muestra como la mecánica cuántica se va acercando también a ese concepto y al de Sunyata, aquí.
Algún extracto del texto:
[…] afirma que los objetos de la teoría cuántica, como un fotón, un electrón u otra partícula fundamental, no son más que las propiedades que exhiben cuando interactúan con, en relación con, otros objetos.
Estas propiedades de un objeto cuántico se determinan mediante experimentos e incluyen cosas como la posición, el momento y la energía del objeto. Juntos forman el estado de un objeto.
Según la interpretación relacional de Rovelli, estas propiedades son todo lo que hay en el objeto: no hay una sustancia individual subyacente que «tenga» propiedades.
[…]
No somos más que imágenes de imágenes. La realidad, incluyéndonos a nosotros mismos, no es más que un velo fino y frágil, más allá del cual … no hay nada.
Conste que esto lo dice un físico (teórico) pero no un budista… esto es sunyata según la mecánica cuántica. Es decir según la ciencia pura y dura.
Seguimos
4 comentarios so far
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Buenas! Me sorprende que por un lado veas tan claro la experiencia solo mente, la red de Indra cuántica y lo que eso significa, y que por otro afirmes que mediante instrumentos de medición sofisticados se puede conocer las leyes que rigen el noumeno! 🙂 🙂 Al fin y al cabo, los instrumentos de medida traducen a perceptibles fenómenos que habitualmente no percibimos. Pero aún asi, nosotros no percibimos el fenómeno en si (objeto cuántico, sea lo que sea…), es más, ni siquiera podemos imaginarlo…solamente percibimos los fenómenos, que vienen limitados, por el tipo de experimento, instrumentos de medida, mecanismos de percepción y modelos matemáticos utilizados por la mente. Luego el modelo que se construye es un modelo de lo percibido (directamente o a través de instrumentos de medida), y limitado por la capacidad de creacion de modelos de la mente (matemáticas). Luego todo es mente… Si con los ojos tapados, tocó la trompa del elefante, lo describo de una manera, si tocó el rabo lo defino de otra, pero no tengo ni idea de cómo es el elefante en su conjunto…
Un abrazo!
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Comentarios por JL 15/01/2022 @ 10:46 amPrefiero noúmeno a «fenómeno en sí».
Noúmeno es aquello que queda cuando retiramos todo fenómeno y no «el fenómeno en sí». NO existe tal cosa como «el fenómeno en sí», si la cuántica y el budismo tiene razón el fenómeno siempre co-emerge por relaciones y contactos entre fuerzas. Luego nunca hay «fenómeno en sí», por eso todo es mente en tu experiencia, es un corolario. El fenómeno siempre es co-emergente contigo y por tanto en cierta forma subjetivo.
Y luego está (o no está, quizá no exista) el noúmeno.
El modelo construido por cualquier investigador de la realidad se contrasta con la propia realidad. Eso es ciencia. Y esa es su marca de acierto o desacierto.
Si el modelo encaja con la realidad se da por bueno y ya tienes una dinámica del noúmeno identificada.
Las limitaciones son las que son y probablemente toda ley física es solamente probabilística, pero eso sigue siendo una dinámica del noúmeno si no quieres llamarlo ley.
Y ya te digo, la confirmación es que lo que se predice ocurre. Todo el mundo del ser humano existe porque sabe deducir las dinamicas del noúmeno, desde saber cuando plantar a deducir el valor cuántico más preciso que jamás se ha calculado.
Respecto al elefante, no he dicho que se sepan todas las reglas, ni tan siquiera que las actuales sean las denifitivas, no lo son. Sino que el noúmeno sigue patrones que se pueden predecir, y predecimos y por tanto se conocen esas leyes o dinámicas como te guste llamarlas.
Si toco la trompa y observo que siempre sale agua a las 12am, deduzco una ley del noúmeno. Da igual que no sepa ni lo que es.
Yo no afirmo que puedas conocer el noúmeno, eso no tiene sentido, el conocimiento del noúmeno ya lo tenemos y se llama fenómeno. Y como siempre es co-emegente siempre es algo variable y subjetivo (a las fuerzas en liza). Lo que digo es que sus leyes y dinámicas no es que puedan saberse, es que para nuestro propio funcionamiento las asumimos continuamente.
Ya para empezar cada vez que doy un paso y no soy engullido por el suelo. Eso es otra dinámica del noúmeno.
Y eso es lo que diferencia la vigilia del sueño. En el sueño todo eso sí pasa, el suelo puede engullirme para mi sorpresa. Asumo que en los sueños hay fenómeno sin noúmeno que no sea la propia mente y por tanto la co-emergencia es diferente y con dinámicas muy diferentes. Por eso es diferente.
No sé si así te cuadra más
Un abrazo
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Comentarios por 道 貓的僕人 15/01/2022 @ 11:14 amQue forma más gráfica, elocuente y bella de expresar la interdependencia ¡¡¡
Y en eso coinciden escépticos griegos, madiamikas y física cuántica (de algo me ha valido escuchar los podcasts 😁) ….»ser con relación a algo….», la interpretación relacional, no existiendo una sustancia con propiedades esenciales….
Así que tenemos dos opciones, darle un valor teórico fuera de cualquier posible aplicación práctica, o impactarnos por las implicaciones de la interdependencia mahayánica y bajar el pie del acelerador, suspender el juicio (epojé escéptica), aquietarnos y ………nada de spoilers, que cada uno lo viva 😀
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Comentarios por Dídac 15/01/2022 @ 12:16 pm❤ ❤ ❤
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Comentarios por 道 貓的僕人 15/01/2022 @ 12:21 pm