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Las primera etapas espirituales, tras el entrenamiento mínimo en concentración sostenida (preliminares), en nuestra capacidad de atender, deberían ser bastante vipassánicas.
Sin vipassana no habrán realizaciones, y esas realizaciones han de ocurrir tarde o temprano, al menos en la senda Mahayana. Sin ellas no hay avance sólido (suelos/bhumis) y el monje se dedica a barrer la tumba del maestro debido a su incapacidad.
Paradójicamente o no, a medida que se avanza en la senda, vipassana pierde peso y relevancia.
Por dos razones al menos, porque ya queda menos a realizar y más a consolidar (que requiere presencia pero no tanto visión clara) y porque la meditación de no-acción madura permite la fusión de samatha y vipassana, de tal manera que podemos observar lo que ocurre incluso en el más profundo samadhi o con gran cantidad de contenido fenoménico presente, y eso nos aportará prajna en abundancia y de forma continuada.
El papel inicial de samatha o incluso meditación de no-acción es múltiple y beneficioso pero casi pueden verse más como un refuerzo para vipassana o un entrenamiento para el futuro que otra cosa. Cuando a menudo se entiende al revés: que lo fundamental es el samadhi y vipassana es secundario.
Estas meditaciones samatha o samadhis o pseudo-samadhis, amén de adelantar «faena» para etapas futuras y ser motivantes por ser tan agradables y extraordinarios, refuerzan vipassana con:
- Refuerzo de nuestra capacidad de atender sostenidamente y por tanto mejoran el mindfulness.
- Motivacion por obtener estados no ordinarios.
- Aporte de mayor tranquilidad que clarifique las aguas mentales y se mantenga durante el día creando también una forma de vida adecuada.
- Si ya meditas vipassana, entonces crean la situación mental previa de calma y aislamiento mental adecuada para que esta meditación sea más productiva.
- Obtención de estados no ordinarios de consciencia, que puedan ser observados y por tanto se deduzca cosas de ellos, por ejemplo si en silencio mental absoluto nos observamos ¿dónde estamos? etc…
Cambio de tercio.
Parte de la dificultad de muchas visiones vipassana es que buscan ausencias (como la del yo). Y eso es mucho más complicado que encontrar presencias.
Un ejemplo tonto:
Te dicen que una especie de peces solo saben nadar en círculos. ¿Cómo lo comprobarás?
Pues vas y los miras, claro y encima ves que nadan en círculo. Bien. Has adquirido algo de entendimiento al respecto. Pero…
¿Cuándo te convencerás de que solo pueden nadar en círculo?
Pues dependerá de cada persona, algunos mirarán unos segundos y dada su fé en la persona que lo dijo, concluirán rápidamente que es cierto. Otros, sin fé, o directamente opinando que eso no es posible, mirarán durante meses y si no pueden creer, siempre dirán «parece que nadan siempre en círculos, pero a ver mañana… quizá dejen de hacerlo». Y así para siempre…
Sutilezas de prajna.
Este ejemplo, siendo simplón, incluye todos los detalles de una práctica orientada a prajna:
– Hay algo a confirmar: si los peces solo nadan en círculo. Es la visión. Y se expresa conceptualmente.
– Pero esta visión solo se puede confirmar de forma no conceptual (no lo podré averiguar razonando, solamente mirando).
– Se basa en la observación pura no-conceptual (mirar qué pasa) y la reiteración (mirar a menudo hasta convencerse).
– Se obtiene la conclusión de forma aparentemente a-casual (algunos deprisa, otros más tarde, otros nunca…).
Siempre se ha dicho de los kenshos y despertares, que son a-causales. Y ya veis que no es ningún misterio, se deduce de la propia naturaleza de prajna. Por mucho que busques, por ejemplo, un «yo» y no lo encuentres (ni el Buddha lo vió nunca), te lo vas a creer o no en función de muchos otros factores personales y a menudo subconscientes.
Porque las ausencias no son fácilmente demostrables, desgraciadamente.
Respecto a la a-causalidad, entonces no es tanto que adquirir prajna o las realizaciones, no dependan de causas, sino que estas son tan complejas que podemos considerar que esto es un sistema caótico (como los de la física o el clima) y por tanto no predecible. Igual que enamorarse o cualquier otra cuestión humana compleja, realmente.
Nada nuevo, tampoco.
Sufre del efecto mariposa, es decir que no existe una relación clara entre inputs y outputs al sistema. Pero ya vemos que eso tampoco es tan raro en la naturaleza, casi se podría decir que cualquier sistema real que no sea un entorno de laboratorio, es básicamente caótico (y por tanto no sabemos calcular su evolución), por eso las personas son siempre impredecibles, y por cierto eso se ha confundido a menudo con el famoso libre albedrío.
Seguimos
3 comentarios so far
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Tenemos la tumba del maestro como una patena
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Comentario por Chk 30/09/2021 @ 12:09 pm;D ;D ;D
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Comentario por 道 貓的僕人 30/09/2021 @ 12:16 pm🤣🤣🤣
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Comentario por ewilius 30/09/2021 @ 2:15 pm