Filed under: Uncategorized
Llegamos ahora al siguiente estadios donde se desarrolla la vida de muchas personas espirituales. Casi todas.
Tenemos aquí ahora a una persona ya notablemente mindful, es decir que pasa ya una parte destacable de su día en la mente consciente. Tanto fuera como dentro del cojín.
Vivimos en el reino de la atención, que se cansa y requiere esfuerzo, vivimos también de alguna manera en un reino insatisfactorio aunque sea menos aflictivo que una vida inconsciente (es discutible). Vivimos en tierra de nadie: ni del todo en la misma realidad que el resto del mundo, ni más allá. Entre dos tierras. Creyendo en esa forma de existir más gozosa que nos prometen pero sin poder tener todavía la seguridad de si existe realmente.
Ahora reiteraré lo dicho muchas veces, no ambiciones estar todo tu tiempo en la mente mindful, pues no es esa la solución al problema del sufrimiento. Eso, caso que fuera posible (que lo desconozco). Y sobretodo recuerda que la frustración por cualquier cosa que consideres «un desliz tuyo» es mucho peor que el propio desliz. No importa cuántas veces reviertas a la mente inconsciente y te pierdas en sus patrones de funcionamiento enquistados, ese es justo el proceso, y lo que sobra es la frustración, que solo puede empeorar las cosas. Debemos volver con humildad, pero amabilidad y ternura hacia nosotros mismos, a la mente mindful, sin frustración alguna. De forma suave, amable y diligente. No solo es menos aflictivo, es más efectivo.
Y volvemos a él porque en esa mente consciente ocurre el aprendizaje interno imprescindible para Despertar, no porque queramos convertir ese estado en definitivo y permanente. De hecho llegará el momento en que la mente mindful será el estorbo. Pero será bastante más adelante.
Durante todo este proceso ya estás depurando Alaya, cada segundo en la mente mindful con ánimo de purificar tus reacciones, es de facto un segundo en el que efectivamente estás purificando tus reacciones. Así el beneficio es doble, cada segundo en la mente mindful vale por sí mismo y vale por partida doble porque hará que la mente reactiva, cuando esté reaccione de forma más alineada a esos principios espirituales que sigues.
Incluso leer de forma mindful, lenta, atenta y consciente, genera muchísimos más (usando una palabra budista) méritos que leer de la forma habitual, superficialmente, deprisa y sin apenas atención. Intenta leer de forma mindful todo texto espiritual. Lenta y consciente. Reflexiva y atenta. Como saboreando cada palabra.
Esta es también la etapa vipasánica por excelencia. La fase en que es más importante. La componente vipasánica explícita irá perdiendo peso en la senda y en sus últimos estadios estará totalmente ausente, pero en este punto es clave, pues todo apunta a que el Despertar (siguiente estadio) depende en gran parte de la componente vipasánica, entendida aquí como una auto-indagación real (que no es repetir preguntas como loros, ni seguir la respiración) sobre qué somos, como funciona nuestra mente, cuales son nuestros auto-engaños, etc…
Cabe decir, que contrariamente a la tradición budista, opino que este ejercicio de auto-observarnos y auto-descubrirnos, es mejor hacerla en el día a día, como parte de nuestro mindfulness, que por tanto no será neutro.
En meditación, podemos usar técnicas concentrativas samatha y también vipassana, u otras como del cultivo de paramitas, amor y metta, pero el foco principal debería ser la de no-accion, pues estos estadios que describimos se basan en esa meditación.
Con el tiempo y una práctica bien encarada, es posible que en meditación llegues al punto en que los pensamientos se apaciguan solos y sientes que solo-eres, esta situación no deja de ser la mente despierta en su primera encarnación. Pero en general, hasta llegar a ese punto la meditación será de auto-liberación de pensamientos.
No vamos a entrar en mucho detalle en todo ello, porque hay series largas dedicadas a todos estos temas en este mismo blog. Y el objeto de esta serie es solamente esbozar los posibles estadios de evolución.
La situación que tradicionalmente se ha denominado «no mente», en Zen, o vacuidad en Mahamudra es decir cuando nuestros pensamientos reactivos paran, si es obtenida sin objeto se concentración, no deja de ser la misma mente despierta. Pero si es obtenida por «bloqueo» gracias a la concentración en un objeto, por sutil que sea, esa misma situación de «no mente» se está ejerciendo desde la mente mindful y se nota la diferencia. Y aún siendo un excelente lugar al que llegar, es más forzado y aporta menos al estar la mente demasiado bloqueada.
De hecho la mente mindful es la mente que solo puede ser concentrativa, mientras que esa característica será opcional en la mente despierta, puedes concentrarte en algún objeto o no… También por eso solo se puede «solo-ser» desde la mente despierta. Estoy repitiendo bastantes veces los mismos mensajes, espero que me disculpeis.
Así que no es casual que asuma que este estadio es parte o equivalente a parte del primer yoga Mahamudra pues se llama justo así «one-pointedness» (Rtse gcigen tibetano) que viene a significar eso, concentrarse… En esta etapa solo tenemos la mente mindful que solo sabe concentrarse. Así que la meditación de no-acción es casi imposible y por eso auto-liberamos pensamientos.
Este es el yoga de la mente mindful. Igual que el segundo será el de la mente realizada y el tercero el de la mente realizada no-dual.
La evolución de esa mente mindful hacia una mente que pueda solo-ser en meditación (con estar concentrada en nada concreto), marcará el cambio al siguiente estadio, que podríamos considerar el primer estadio trascendente.
Seguimos
Deja un comentario so far
Deja un comentario