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No es que lo manifestado, el fenómeno desaparezca, no lo hace. Pero pasamos a transcenderlo. A veces se habla de ciertos samadhis de “ni percepción, ni no-percepción”. Pues así se siente, no es que dejes de percibir pero tampoco percibes lo que ocurre pues no es procesado… queda lejos.
Así es la relación con el pensamiento en meditación cuando estás en la mente despierta. Como oír sin escuchar.
Tradicionalmente se ha dicho que el despertar es a-causal (sin causa). Eso es falso si lo interpretas como aleatoriedad. Pero es cierto si lo interpretas como que nadie puede causar el despertar en ti. Ni siquiera tú mismo. No porque no hayan causas, que las hay, sino porque son demasiado sutiles y complejas para ejercerlas.
Sería algo así como decir que el enamoramiento es a-causal. Es quizá lo que más se parece. O decir que el hecho de que te guste más las naranjas que las manzanas es a-causal.
Es ese nivel de a-causalidad.
Más cosas, cuando despiertas, rompemos esa conexión identitaria con tu intelecto que vimos que lastra a la mente del mindfulness.
Ahora puede haber pensamientos intelectuales siendo percibidos de fondo en la consciencia, y que la mente despierta aun estando completamente presente, no esté asociada a ellos. Hasta ahora tal cosa no era posible.
Esa posibilidad de desconexión del intelecto es lo que nos lleva a vernos como «más allá de la persona», pues está construida con ideas intelectuales y pensamientos que ya sabemos trascender.
Inicialmente esto se siente como cuando alguien oye una conversación de fondo mientras está en otra cosa. No es del todo ni consciente ni inconsciente de esa conversación, no le molesta, está a lo suyo, pero si quisiera recordar lo que han dicho en esa conversación de fondo a la que no atendías, a veces puedes recordarla toda o en parte.
Por supuesto también puedes «elegir» atender a esos pensamientos… o dicho de forma más precisa, puede ocurrir que algo de lo pensado llame tu atención… o no…
A veces, en meditación profunda, sí experimentamos la mente despierta antes del Despertar. Pero la perdemos al levantarnos de la meditación.
Realmente el Kensho es la experiencia espontánea de la mente despierta fuera del cojín, pero casi con seguridad antes ha ocurrido más de una vez en el cojín para que te ocurra luego fuera de él.
Pero en el cojín puede que no nos sorprenda tanto, pues al fin y al cabo para eso meditamos. Ya suponemos que pueden ocurrir estados mentales «no del todo ordinarios». Y este no es como fuegos artificiales, es sutil.
Así que casi seguro experimentarás la mente despierta antes en meditación que en el día a día. Y tengo la impresión de que en función de la práctica elegida será más fácil llevarla al día a día o quedará enclaustrada por más tiempo o por siempre en los ratos de meditación.
Bien, si la mente despierta es simplemente la mente mindful capaz de existir por sí misma, no apegada a un contenido mental, entonces…
¿Cómo se ha dado lugar a descripciones y etiquetas tan diferentes respecto a ella en las diferentes religiones y dogmas? y más importante, si la mente despierta es solo eso, ¿por qué ella nos abre las puertas a la liberación?
Vamos a intentar responder o al menos, elucubrar sobre ello.
Empezaré por la parte más endogámica. En el mini-libro «Dinámicas de realización» se define Despertar como realizar que no eres tus pensamientos.
Y aquí, ahora se define Despertar como obtener el acceso a esa mente que llamamos despierta.
Estaría bien que el blog fuera al menos coherente consigo mismo, ¿no? 🙂
Y lo es, lo veremos, aunque no descarto incoherencias futuras, pues todos aprendemos algo nuevo cada día. Y los artículos escritos son fotos congeladas de nuestro pasado.
Otras propuestas para definir Despertar podrían ser:
- Realizar lo que eres esencialmente, y aquí el budismo dirá esencia o naturaleza búdica (que es compuesta) y el hinduismo dirá atman, etc… No es «lo más esencial», pero sí «más esencial» que antes.
- Realizar que eres consciencia pura, los chicos neo-advaitas podrían estar de acuerdo con esta, o de forma similar realizar que eres el testigo eterno. Porque esa mente consciente, no está conectada con nada. Es pura.
Este «realizar» realmente es «vivir». Vivir eso. Ser eso.
Es decir, se afirma que por primera vez vives lo que eres. Este descubrir no tiene nada que ver con el aprender del intelecto, ni como cuando Einstein descubre (deduce, realmente) la teoría de la relatividad.
Es más: «ser eso». Vivirlo.
Se descubre porque se vive… por eso aquí se dice que se descubre cómo acceder a ella, aunque a menudo tampoco ocurre tal cosa la primera vez. Solo se «vive» durante un ratito y no se sabe cómo volver… Eso sería lo más habitual.
Pero esa definición tradicional en que se define el Despertar como «vivir por fin lo que eres realmente» plantea serios problemas de coherencia, pues se está tomando una postura doctrinal que ha dado bastantes dolores de cabeza argumentales a esas dos religiones (budismo e hinduismo)
Y eso es así, porque si la mente despierta es «lo que eres realmente» se tiene que explicar por qué la mayoría de las personas pasan la mayoría de su tiempo sin «ser» lo que «son realmente».
Seguimos
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