El blog de 道


En la sala de meditación
06/12/2020, 7:07 am
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Entran los discípulos, unos tras otros en el vestíbulo de la  sala de meditación. Bajan las escaleras, pasan frente al guardian que los observa con ojos de sangre, sin pestañear, y se sientan en silencio, con respeto, en la antesala.

Lo mismo hago.

En los oídos suenan suaves cadencias. Música que trae el viento, magia que suena diferente en cada oído.

Cada ser perdido en su propia claridad. Esperamos.

Sin cerrar los ojos, en la postura acordada, el samadhi del movimiento deja lugar al samadhi de la quietud y su gozo asociado surge.

El vendaval habitual sopla desde la oscuridad, el estruendo crece y crece, se dan las señales anunciadas y se abre ante nosotros la puerta de la sala de meditación.

Todos nos levantamos y entramos, ordenadamente.

La sala es blanca y limpia, con pocos adornos, pero muchas ventanas, alargada y con lugares donde sentarse solamente en las paredes.

No todos pueden sentarse, tantos somos. Unos sentados pues, otros de pie, unos ojos abiertos, otros cerrados. Las bocas siempre ocultas. Docenas de Buddhas.

Ahora cierro los ojos. Al sentarte el samadhi crece, la sesión será de solamente media hora. El silencio mental y el gozo paran el tiempo y el espacio, la realidad se muestra tal cual es sin cambio alguno. Ese sin cambio alguno, refleja la ignorancia perdida, y muestra las interrelaciones como realidad, y a las entidades como ignorancia.

Hay quienes se levantan al poco tiempo y salen, las puertas se abren periódicamente para dejarles abandonar la sala, otros entran y les substituyen.

La conexión en la sala es total, casi se podrían tocar los corazones. El bodhisattva estalla de gozo y mentalmente lo exterioriza, lo regala a todos para que cubra completamente esa sala, con los buddhas sentados en toda su extensión, a ambos lados. Uno tras otro. Siendo legión.

¿Llega a algún corazón el viento del bodhisattva? ¿a todos? ¿a ninguno? Es difícil de saber, no hay reacciones, cada uno perdido en su talidad. Absortos en su particular samadhi vital, algunos cabecean y otros observan, pocos susurran.

El universo entero medita.

Llega a su fin mi tiempo, y me levanto con cuidado pues el suelo parece moverse bajo mis pies tras este rato sentado. Al poco abren las puertas de la sala. Camino quedamente, sin prisa, subo las escaleras que nunca son las mismas que bajé y salgo al exterior.

Al abandonar el vestíbulo miro de reojo la gran oquedad de entrada, sobre ella un símbolo críptico solo indica: TMB. Al entrar no estaba allí.

El aire fresco del otoño me trae nuevas energías, que suben y bajan por los nadis. La realidad cambia y me muestra otras salas acercándose. Camino.


11 comentarios so far
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Comentarios por Diego

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Comentarios por hapax

Bellísimo y evocador.
Cuando leer sobre el silencio lo desata.
Gracias…

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Comentarios por Jose

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Comentarios por 道的僕人

Sin Palabras.
Gracias.

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Comentarios por piramider

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Comentarios por 道的僕人

Te acompaña la paz interior hasta en los infiernos urbanos.
Felicidades!

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Comentarios por Chk

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Comentarios por 道的僕人

El universo entero medita ❤

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Comentarios por jorgeyordy

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Comentarios por 道的僕人

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Comentarios por hapax




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