Filed under: Uncategorized
Otra vuelta de tuerca
Trabajar situaciones, construcciones mentales y sufrimiento desde la perspectiva del origen interdependiente, es una enorme ayuda y debe tomarse el tiempo necesario para comprender el tema. Sin embargo, mediante la práctica llegamos a advertir importantes limitaciones restringidas a este nivel de entendimiento.
Por ejemplo, considerando el mapa según lo expuesto, y respecto a la dependencia de la sensación de ser con el fenómeno, podemos reconocer la importancia del hecho de que la identidad no existe, y no puede encontrarse fuera de la red de relaciones existente. Podemos incluso observar que esta identidad no puede identificarse con ninguna de las relaciones de forma aislada, ni siquiera originarse de ella. Puede ser tentador asegurar como descripción de su naturaleza, que la identidad “es un proceso”. Pero eso no ha sido nunca una afirmación de Buda, ni siquiera ha sido avalada. Por tanto, esta forma de verlo puede ser útil temporalmente, pero está limitada en su comprensión y por lo tanto en la liberación que puede producir.
Esto se debe principalmente a que el origen interdependiente discutido hasta el momento solo abarca un cierto grado de fabricación mental, dejando la existencia inherente de muchos elementos sin cuestionar. Por ejemplo, este nivel de explicación describe algunas formas en las que el ansia producida debido a una experiencia sensorial (vedana) es un factor importante en la construcción mental, pero la misma existencia de esta experiencia se considera como verdadera, como existiendo inherentemente. Lo mismo ocurre con respecto a la percepción y a la realidad externa de una situación.
En este nivel inicial de investigación, los elementos que constituyen el proceso parecen suficientemente reales en su mayoría, por lo que concebir un proceso sugiere que ya es válido por sí mismo. Y más aún cuando aceptamos la incuestionable realidad del tiempo. Éste, que parece de sentido común considerarlo, es una de las presunciones y percepciones aceptadas más comunes. Por tanto, la noción general de un proceso y su comprensión descansa en la premisa de que el tiempo – como base, contenedor y despliegue de un proceso- tiene existencia inherente.
En muchas ocasiones, podemos observar procesos en el tiempo, como un elemento afecta a otro y este a su vez retroalimenta al primero. Pero debemos ser cautos si queremos concluir que esta es totalmente la enseñanza del origen interdependiente. Hemos de percatarnos de que podemos estar asumiendo cierta secuencia en bucles que son demasiado rápidos para ser observados.
Normalmente existe la tendencia de considerar la causalidad como un proceso en el tiempo, lo que es un espejismo, es ignorancia, avijja. La misma consistencia de la presentación del mapa de la secuencia parece representar ciertas realidades acerca del proceso, pero una investigación más cuidadosa muestra que dicha asunción no es precisa.
También lo es la concepción de la causalidad como un proceso en el que causas reales y condiciones producen efectos reales. Podemos asumir fácilmente que el origen interdependiente consiste en un velocísimo adelante y atrás, o ciclos o sus relaciones en una red que, aunque conectada, son diferentes unos de los otros y claramente separados. Sin embargo, de la misma forma que podemos ver que la identidad no existe y no puede descubrirse como algo diferente de su red de relaciones, y que no puede ser aislada como una de ellas, podemos igualmente descubrir que pasa lo mismo con la causalidad. Cuanto uno más experimenta e investiga, más se da cuenta de que las relaciones no son entidades separadas o fenómenos, sino que se interpenetran y superponen sin existir por sí mismas. Y este hecho es parte de la realización de niveles más profundos de vacuidad.
Con el tiempo seremos capaces de apreciar que, aunque es inmensamente provechoso abordar el origen interdependiente como un proceso en el tiempo y como una descripción de las complejas interacciones entre elementos reales y discretos, no es la verdad última de este origen interdependiente. Es una enseñanza con diferentes niveles de comprensión. Más que como explicación, este conocimiento fue ofrecido por Buda como la herramienta definitiva para la deconstrucción total de cualquier tipo de punto de vista, ya que proporciona la más profunda liberación.
Continua.
Deja un comentario so far
Deja un comentario