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Así tenemos que concluir que existe una esfera conceptual o simbólica consciente que llamaremos intelecto y una esfera no conceptual holística invisible que llamaremos inteligencia.
Entiende esto bien, no es que una parte de nuestra inteligencia nos esté oculta, es que toda clase de inteligencia nos resulta invisible. Solo vemos resultados. Solo somos conscientes de resultados.
Repetimos: el subproducto lingüístico al que llamas “pensar” y que aquí llamamos intelecto, no piensa, porque es un resultado, un subproducto (luego veremos de qué), como cuando imaginas algo o cuando hablas.
Pero te identificas con él porque es visible, perceptible, ruidoso, acaparador, obsesivo, reiterativo cosa que la inteligencia no es.
El intelecto “no piensa”, el intelecto es el resultado de haber pensado, proceso que es invisible a la consciencia.
Más adelante veremos como el intelecto puede afectar a la acción aunque sea poco y tarde, y sobretodo de forma indirecta.
Al contrario que con el intelecto, nuestra identificación con la inteligencia es algo menor o a veces mucho menor, y a menudo nula.
Como decíamos, a menudo nos parece que las intuiciones “nos vienen de fuera” e incluso si se da una acción demasiado rápida nos parecerá que “no la hemos hecho nosotros”. Lo cual es extremadamente paradójico pues como hemos visto el intelecto tiene poca influencia sobre el mundo real y la inteligencia básicamente es lo que nos mantiene funcionando en el mundo. Pero explica por qué antaño se atribuían tales cuestiones a musas, divinidades, demonios, brujos…
Solo con estas dos definiciones claramente asentadas y entendidas, solo entendiendo la diferencia entre intelecto e inteligencia, eso ya nos da para descifrar algunos conceptos de la espiritualidad que se han discutido hasta la saciedad como muy misteriosos o confusos, y que en realidad con estas bases son muy sencillos de entender.
Por ejemplo, en espiritualidad cuando decimos que debemos “abandonarnos/entregarnos” (surrender en inglés) en cierta manera en brazos de quién nos abandonamos es básicamente en brazos de la inteligencia… La inteligencia es nuestra conexión más pura con la realidad en acción.
Debemos confiar en que ese “ente” invisible actuará adecuadamente en cada situación. Eso es “abandonarnos”.
Ese abandonarnos es un simple ejercicio para convencernos de que el intelecto no dirige nada o casi nada, y que es la inteligencia (invisible) quién nos mueve dentro de la realidad.
Dejamos el intelecto de lado y milagrosamente, como dicen los sabios, la realidad nos sostiene y todo lo que debe ser hecho, es realizado.
Convencidos de que esto es así realmente, podemos relajar el intelecto y hundirnos en cierta no- acción (del intelecto). Convencernos de que el intelecto no nos hace falta casi nunca (sorprendente, pero cierto), nos ayudará a que éste pierda peso.
Esa acción sin interferencia del intelecto es espontaneidad, ese valor tan preciado en el zen de la edad de oro. No-mente (Hishiryo).
Esa acción inteligente si no hay aparición alguna del intelecto es fluir en terminología moderna.
Desde este modelo teórico, algunas anécdotas zen que se han mareado durante siglos se vuelven evidentes y directas.
Por ejemplo esta:
Una vez, cuando el maestro estaba sentado un monje le preguntó:
¿En qué piensas tan fijamente?
El maestro respondió “Pienso en no pensar (o sin pensamiento)” [Fushiryo]
El monje respodió: “¿Cómo piensas en no pensar?”
El maestro respondió: “Sin pensar” [Hishiryo]
-Yaoshan
Es decir el monje pregunta e insiste teniendo en cuenta solo el “pensamiento” conceptual o intelecto pues es el único pensar que entiende o conoce, y el maestro continuamente le habla de inteligencia, pues ya ha comprendido que hay un “no pensamiento” que es el que “piensa”.
Traducido al lenguaje de estos textos el diálogo sería:
Monje: ¿En qué piensas [intelectualmente] tan fijamente?
Maestro: En no pensar [intelectualmente] o casi mejor: No estoy pensando [intelectualmente]
Monje: ¿Cómo puedes pensar [intelectualmente] en no pensar? (cosa que ciertamente no es posible)
Maestro: Hishiryo (la inteligencia) no requiere de pensamiento [intelectual]
Más conceptos espirituales vistos desde este modesto modelo teórico:
La suspensión del intelecto, el silencio mental de la espiritualidad, durante largo tiempo es lo que podríamos llamar no-conceptualidad (y no no-dualidad como a veces se dice). Porque es la suspensión del intelecto, de los conceptos, durante cierto tiempo. Quizá sería más correcto llamarlo aquí no-intelectualidad porque lo que está ausente es solamente el intelecto.
Y esa situación produce cambios incluso en la forma en que se percibe el exterior (más brillante y menos particionado en objetos).
En esas condiciones de silencio interior, lo habitual es que la sensación de identidad se vaya moviendo del intelecto a otros procesos mentales más sutiles, porque éste al estar ausente deja de ser una opción.
Típicamente esta migración de la identida va a la atención, aunque erróneamente se suele decir que va a la consciencia y cuando se estabiliza se dice que “soy consciencia”.
Pero la otra forma de expresarlo: “ser el observador o testigo” ya nos da una idea más clara de que realmente la identidad “migró” a la atención, pues “el observador” es precisamente aquello que, de todos los contenidos mentales decide cual “observa” pues está más allá de la capacidad de la mente el poder atender a la vez a todos ellos.
Así que casi todo el mundo que dice “soy consciencia” en realidad cree ser “la atención”.
La identificación con todos los contenidos mentales también puede ocurrir, pero suele ocurrir más tarde y hablaremos de no-dualidad, pues cuando ocurre tal cosa, el sujeto ya está ausente.
Más adelante hablaremos largo y tendido de la atención. Por ahora basta entender someramente que está ocurriendo cuando profundizamos notablemente en el silencio mental.
Bien, visto que intelecto es un proceso consciente y la inteligencia no, vamos a ver qué es eso de la consciencia y para qué podría servir.
7 comentarios so far
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Buenos días, serie interesante como todas las demás. Me gustaría consultar un asunto que puede que no haya entendido bien. Parece como si el intelecto, en esta terminología, fuera reducido al lenguaje manifiesto, en forma de voz interna que va comentando lo que se da. Eso creo comprenderlo de forma experiencial.
Pero, qué pasa si estoy “pensando” en una melocía (sin letra) que me encanta. O me apetece ir a visitar un bosque que conozco y surgen pseudoimágenes basadas en los recuerdos. Puedo de hecho evocar situaciones que no han ocurrido. Para mi experiencia el aspecto más automático y arbitrario de estas imágenes es el momento de entrar en el sueño, cuando burbujea contenido imaginativo, para nada verbal.
Cuando en el bus veo a gente perdida en sus pensamientos, siempre supongo que además de los comentarios, y diálogos flotantes, hay mucho contenido imaginativo/auditivo, no verbal. Daydreaming.
El caso más extremo de daydreaming es maladaptative daydreaming, o ensoñación excesiva: https://es.wikipedia.org/wiki/Enso%C3%B1aci%C3%B3n_excesiva
Cuando te leo, parece como si apenas tienes ensoñaciones, lo cual sería el síndrome contrario al aludido. Perdón si no es así.
Distinguir la ensoñaciones verbales de las que no, es interesante porque estas segundas son más poderosas en activar emociones. De nuevo, en mi experiencia (lamentablemente no podemos asomarlos a los otros), las ensoñaciones verbales tiene incluso una localización diferente, si son fuertes parecen activar incipientemente el aparato fonador.
Cómo ves el asunto de daydreaming no verbal/simbóiico en tu modelo? Gracias.
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Comentario por darvishmtt 26/01/2020 @ 12:11 pmSanti de Argentina me hizo hace tiempo una pregunta muy parecida a la tuya, y creo que fue tras publicar el Sistema Mente en 2016 así que creo que la pregunta debe ser necesaria. 🙂
Lo primero es que las ensoñaciones de cualquier tipo son qualia, perdona si te cuento una obviedad. Por tanto se tratan en el sistema mente, pero se tratan muy poco…
No existe una diferencia esencial entre ver y visualizar, igual que no la existe entre hablar y pensar, es el mismo caso. En el segundo caso se insiste en ello porque no lo solemos ver así mientras que lo primero más o menos todo el mundo intuye que es así.
Es decir que no lo llamaremos intelecto pero surge de parecida forma.
Creo que la tendencia a «ver» nuestros sueños u «oirlos» o una mezcla de ambas con mayor o menor preponderancia de uno u otro es un tema que varía de persona a persona. La PNL dice algo parecido cuando nos categoriza como auditivos o visuales o kinestésicos.
Es cierto que no tengo apenas ensoñaciones, si fuera algo más lanzado te diría que no tengo ensoñaciones en absoluto. Y eso es porque toda ensoñación es volitiva y surgida por apego. Luego cuanto más reduzcas tu apegos más reduces tus ensoñaciones (y tu intelecto también).
¿Son más fuertes la visuales que el intelecto? Pues supongo que dependerá de lo anteriormente comentado. Ese no fue nunca mi caso. En mi caso la fuente prioritaria de sufrimiento era claramente el intelecto y así se demostró.
¿Cómo se tratan las fantasías visuales en el camino espiritual? Pues siempre en segunda instancia tras el Despertar, a veces mucho después. En el modelo Mahamudra que debe ser el único donde estas cosas están razonablemente claras, se tratará en el tercer yoga, el de un-sabor. Muy adelante, a las puertas de la budeidad.
Y se tratan ahí, porque no se tratan como tales, en realidad se hace algo muchísimo más radical, se elimina el apego a su origen: la mismísima realidad. Obviamente si no tienes apego a ese supuesto mundo exterior, tampoco vas a fantasear sobre él.
En otras doctrinas, cada vez que alguien se cree que «el mundo es solo un sueño» o algo parecido y le retira apego, está también reduciendo sus imágenes volitivas, sus sueños. En realidad todo lo que retire apego a la realidad no-intelectual reduce ese surgimiento y todo lo que retire apego a la realidad intelectual, reduce el intelecto.
Hay personas que creen que «auto-liberar» pensamientos es no darle importancia al pensamiento en su aspecto más superficial, pero en realidad auto-liberar es no darle importancia alguna, tampoco a su significado ni a lo que pretende decirte o en lo que te pretende influir ese pensamiento. Luego en realidad la estrategia en la misma. Desapego obtenido en forma de auto-liberación.
No sé si te he respondido a todo porque he preferido construir la descripción en lugar de ir mirando cada duda que planteabas. Si es el caso, insiste. 🙂
Te agradezco una pregunta tan interesante Darvishmtt.
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Comentario por 道 27/01/2020 @ 9:52 amLa ensoñación tiene más que ver con la parte emocional que la intelectual, y aunque aparece como qualia, su origen parece diferente de aquel que produce el parloteo mental, y es por supuesto mucho más poderoso. Una imagen o memoria puede atraer toda nuestra atención de forma instantánea si el grado de centramiento no es suficiente y de hecho, la mayor parte de las veces que nos perdemos es a causa de esa imágenes, por su alto contenido emocional. El parloteo parece más una actividad de preveer acontecimientos o intentar aplicar conceptos conocidos a las experiencias, pero en el momento en el que la emoción nos agarra, observamos que la charla interna se engancha con la emoción que nos amenaza y la percepción se vuelve obsesiva.
De la misma forma que hay un intelecto y una inteligencia, que parecen ser lo mismo en distintos niveles, la ensoñación y la llamemosla intuición pueden ser procesos similares. Es tan solo una suposición, pero considero que la ensoñación es producto de nuestro almacen Alaya y sus cicatrices. Entiendo perfectamente que sea un tema que se aborde en los estadios superiores, ya que la imaginación trata con condicionamientos y energías muy poderosas.
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Comentario por JuanV 27/01/2020 @ 11:41 pmMuchas gracias a ambos por contestar. Vuestros comentarios animan a seguir investigando.
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Comentario por darvishmtt 28/01/2020 @ 6:46 pmNo sé si ya se ha comentado sobre el asunto.¿ Una persona que es sorda de nacimiento no tiene intelecto?
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Comentario por ewilius 29/01/2020 @ 1:19 pmLo tiene en perfecto estado pues tiene una capacidad efectiva de manipulación simbólica igual que la nuestra. O mejor dicho «si expresa una capacidad de manipulación simbólica equivalente, entonces tiene un intelecto equivalente».
Y aparentemente es así (si ha sido educada, claro).
Pero su lenguaje será otro… sería curiosísimo estar dentro de su cabeza y poder sentir como piensa. Su consciencia-qualia será bastante diferente.
También se ha hablado alguna vez de cómo deben soñar los ciegos, se nos hace igualmente complicado de captar, ¿verdad?
Un abrazo.
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Comentario por 道 29/01/2020 @ 1:25 pmNo hay escapatoria! 🙂
Bueno… si la hay, el blog va de ello
Un abrazo!
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Comentario por ewilius 29/01/2020 @ 3:09 pm