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La inteligencia, capacidad de acción no manifiesta
Así como el intelecto, entendido como explicamos anteriormente, aparentemente es algo bastante exclusivo del ser humano, al menos con tal complejidad y relevancia, la inteligencia está presente en todos los seres vivos con sistema nervioso en mayor o menor grado.
Es la capacidad de realizar acciones a partir de ciertas percepciones y orientadas a cierto fin. Y es obvio que tal cosa existe más allá de la forma de pensar de los seres humanos (esa vocecilla famosa).
En el mundo animal hay diferentes niveles de inteligencia. Y no es intelecto. Luego hay que distinguirlo.
Todos sabemos que una mosca es menos inteligente que un delfín y éste seguramente más que un lagarto, las acciones que es capaz de hacer para conseguir cierto fin a partir de la realidad cambiante que se le presenta son más limitadas en la mosca que en el delfín.
El ser humano, suena sensato, también tendrá esa forma de inteligencia además de intelecto, pero típicamente se ve al intelecto como “el cúlmen de la inteligencia” cuando no la única inteligencia. Es decir, el resultado final y de mayor nivel, de toda nuestra capacidad de ser inteligentes.
Es por eso que valoramos grandemente toda esa capacidad intelectual e incluso puede verse con rechazo el pretender “hacerla menos preponderante”. Veremos aquí que esta forma de ver el intelecto es, como poco, ligeramente errónea.
Una forma de ver con claridad que el ser humano es inteligente más allá de la conceptualidad es ver todo lo que podemos hacer sin ella, por ejemplo aprender a ir en bici, pero incluso podemos verlo de forma más radical en las personas que desgraciadamente no aprendieron un lenguaje en su infancia (hay algunos casos muy conocidos) y como eran absolutamente funcionales en el mundo pero de una forma mucho más parecida a los lobos o los osos que a las personas. Y sin embargo inteligentes (a veces muy, muy listos).
Es creencia común que “el intelecto piensa”, cuando en realidad “el intelecto es habla”.
Lo cual no significa que sirva para deducir cosas, pero solamente posee la capacidad de pensamiento simbólico. Deduce cosas, al igual que en matemáticas y al igual que los ordenadores, el intelecto puede deducir nuevos conceptos a partir de los existentes, por ejemplo formando con palabras y conceptos cada vez más complejos, pero no puede cruzar la frontera hasta la realidad. Solo trabaja con símbolos, los llamamos palabras e ideas, conceptos y teorías, y les damos valor de realidad. Pero son símbolos.
El intelecto tiene sus piezas, como un lego, esos símbolos, esas palabras y con ellos puede construir verdaderas maravillas de complejidad pero solo son piezas de lego, todo lo que construya por complejo y bello que sea, será solo un símbolo, un juguete. Lego.
¿Qué se quiere decir con eso de que el intelecto no puede cruzar la frontera hasta la realidad?
Pues aquello tan típico de que por mucho que lo describas no puedes enseñar como es un color a un ciego, o aquello tan repetido de que por mucho que leas sobre como patinar eso no te hace mejorar ni un ápice tu equilibrio sobre ruedas, o que por mucho que pienses sobre espiritualidad… sí, eso… ni un paso adelante…
Es decir lo conceptual o simbólico aplica solo en el ámbito de lo conceptual o simbólico y apenas afecta superficialmente al resto de tu experiencia. Si le afecta, lo hace de forma indirecta, gracias a que el intelecto aparece en la consciencia, pero eso lo veremos más adelante.
Creer que lo conceptual, que lo intelectual, es real, es como construir una manzana con piezas de lego y pretender que nos quite el hambre. La manzana de juguete no se puede comer y el intelecto solo sabe hacer cosas de juguete (simbólicas). Lo cual no significa que no sea útil ser capaz de construir modelos aproximados de la realidad, deducir cosas de esos modelos y sugerir cursos de accién mejores… es muy útil.
Pero en cambio la inteligencia es no-conceptual, no usa conceptos, no es simbólica y es holística. Es lo que te permite aprender a patinar, a nadar o a meditar… o a vivir sin sufrimiento…
Y la inteligencia tiene además una propiedad fascinante: es absolutamente invisible a la consciencia…
Pues sí, a tu inteligencia jamás la has visto funcionando. Has oído a tu intelecto deducir cosas dentro de tu cabeza, pero jamás has podido percibir como funciona tu inteligencia y de hecho solo conoces de su existencia por sus resultados: las acciones que realiza y los aprendizajes que consolida.
Puedes oirte pensar o hablar, pero no sabes «cómo piensas», no sabes por qué mecanismo concreto se realiza esa acción. Pero esto tampoco es nada nuevo, no sabes en detalle ni cómo caminar… Es muy poco lo que se sabe en el nivel consciente, realmente…
Podemos decir que la inteligencia es inconsciente aunque quizá sería más correcto decir subconsciente. En todo caso está siempre funcionando excepto en el sueño profundo y sus resultados son más que perceptibles (incluso en tus sueños tienes inteligencia y reaccionas de forma inteligente).
Su activación también es parcialmente perceptible con entrenamiento pues se basará en la percepción de intencionalidad cada vez más sutil. Pero entre su activación y sus resultados, es absolutamente invisible (inconsciente).
Es sabido en neurociencia que las decisiones (curso de acción) en algunos casos se toman antes de que la consciencia lo muestre. Esto que parece tan sorprendente, es razonable si abandonamos la idea de que “la consciencia piensa” lo cual también es falso.
Por tanto “lo que piensa”, que es la inteligencia y es no-manifiesta, primero decide y luego (no puede ser antes) se hace consciente una sensación de autoría a menudo junto con la propia acción ya en ejecución cuando no hay tiempo que perder…
Hago un paréntesis para decir que eso no demuestra ni la ausencia ni la presencia de libre albedrío como a veces se cuenta en los artículos de neurociencia, sino que solo indica donde se toman las decisiones e indica que ese lugar no siempre es consciente. Pero no muestra si esa decisión es condicionada o fruto de alguna otra maravilla de origen desconocido que llaman “libre albedrío”.
Es decir que nuestra inteligencia permanece en lo no manifiesto, en esa Mente (con mayúsculas) que no podemos ver y que lo permea todo. Como también por ejemplo “aquello” que genera “lo visto”, sea lo que sea…
Las intuiciones, las ideas geniales, la inspiración, el arte, esas palabras olvidadas que no te vienen a la cabeza hasta que el intelecto deja de “intentar recordarlas” (porque tampoco tiene ni idea de cómo se recuerda), todo eso surge también de la inteligencia y por eso parece como si eso nos fuera ofrecido desde un plano superior, sin saber cómo ha ocurrido o a través de qué proceso deductivo hemos llegado a esas conclusiones.
Porque no hemos llegado a ellas por ningún proceso deductivo. Eso sería intelecto.
Ese fenómeno es conocido en neurociencia y se le llama “efecto Eureka”. Es real, está comprobado, es obvio y demuestra que existe una inteligencia notable no manifiesta (o eso o existen realmente las musas).
Cuando ocurre un kensho o una realización o despertar o cualquier experiencia trascendental, adquirimos un nuevo entendimiento pero es tan sutil que a menudo no sabemos ni expresarlo con palabras (y entonces tampoco con pensamientos intelectuales, lógicamente).
Eso nos despista y descoloca, pero entendido todo esto es obvio lo que pasa. Nuestra inteligencia ha dado un paso en la dirección correcta, ha aprendido, pero nuestro intelecto no tiene palabras para expresarlo. ¿Cómo podría expresarse algo para lo que no tenemos palabras?
Normalmente el caos comienza cuando lo intentamos explicar… porque no nos entienden… o peor creen que nos entienden…
Seguimos
15 comentarios so far
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Como decía mi amigo Wittgenstein: “De lo que no se puede hablar, mejor es callar”
De todas formas me da igual si una persona dice que ha alcanzado la iluminación, si está en el 5 yoga mahamudra (sí,
lo sé, hay cuatro pero esta persona es muy lista), o si es un místico de ojos vueltos…..Si no demuestra compasión, amabilidad y ecuanimidad (un hombre “bueno” en el sentido machadiano) su espiritualidad que se la guarde para su esfera privada…..Ya que hablamos de D. Antonio Machado, este decía: “¿tu verdad?… no, la verdad, y ven conmigo a buscarla, la tuya guárdatela”…..
Gracias K. por ser «buena gente» y compartir todo lo que se puede compartir con palabras.
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Comentario por Diego 24/01/2020 @ 1:31 pmNo se para que tanta inteligencia si no existe libertad alguna. Estás atado a un barco que va adónde tenga que ir. Que te diferencia de una planta?
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Comentario por Mahābrahmā Sahampati 24/01/2020 @ 2:43 pmEl fatalismo supone asumir que tu inteligencia no forma parte del agua que mueve la barca. Luego la pregunta no es para que. No hay para ques. La pregunta es como mi inteligencia hara llegar la barca al puerto porque el fatalismo no existe
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Comentario por 道 24/01/2020 @ 2:57 pmFatalismo? Quien es fatalista? Tú inteligencia forma parte de lo que te pasa igual que la china del zapato. Todo está condicionado incluido tú, tu inteligencia y la china del zapato.
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Comentario por Mahābrahmā Sahampati 24/01/2020 @ 5:08 pmClaro ¿y?
Es como si me estuvieras diciendo «tú formas parte de lo que te pasa» sin darte cuenta… pues eso es la inteligencia, y a eso lo llamas fatalismo… 🙂 ¿te parece sensato?
El fatalismo es pensar que tú eres una pluma en el rio.
La realidad es darse cuenta de que uno es parte del río. No hay plumas. No hay nada «arrastrado por la realidad» que no sea realidad en sí misma y por tanto también río arrastrando. Tú también.
¿Condicionado? claro.
¿Fatalista? No, claro que no.
A ver si lo pillas:
El maestro estaba abanicándose bajo un árbol un caluroso día de Agosto.
El discípulo llegó y preguntó:
Maestro, si el aire lo permea todo y llega a todas partes, ¿qué necesidad hay de abanicarse?
El maestro contesta:
Has entendido que lo permea todo pero no cómo llega a todas partes.
El discípulo replica:
Por favor maestro, decidme cómo llega a todas partes.
El maestro se abanica
El discípulo hace un reverencia.
Pues eso…
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Comentario por 道 24/01/2020 @ 5:29 pmhttps://ciudadseva.com/texto/la-ensenanza-del-sabio-vedantin/
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Comentario por perdido en el rio 26/01/2020 @ 11:47 amMe encanta tu forma retórica de contarte a ti mismo…
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Comentario por Mahābrahmā Sahampati 26/01/2020 @ 5:43 pmGracias. 🙂
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Comentario por 道 27/01/2020 @ 9:56 amEl fatalismo es pensar que tú eres una pluma en el rio.
La realidad es darse cuenta de que uno es parte del río. No hay plumas. No hay nada “arrastrado por la realidad” que no sea realidad en sí misma y por tanto también río arrastrando. Tú también.
…..Me quito el sombrero. Sabiduría en su pura esencia
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Comentario por Diego 30/01/2020 @ 10:33 pm❤
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Comentario por 道 31/01/2020 @ 8:58 am¿Sólo en algunos casos? Por muy rápido que se muestre tiene que haber necesariamente un retraso ¿ no?
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Comentario por ewilius 24/01/2020 @ 3:46 pmDepende, tal como solemos entender nuestro curso de acción es que «nosotros conscientemente decidimos» por tanto la decisión y el ser conscientes de ella van juntos. Eso es lo que la neurociencia confirma que no ocurre.
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Comentario por 道 24/01/2020 @ 5:43 pmAntes faltó este párrafo tuyo para que sea más comprensible:
“Es sabido en neurociencia que las decisiones (curso de acción) en algunos casos se toman antes de que la consciencia lo muestre”
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Comentario por ewilius 24/01/2020 @ 6:03 pmSe me ocurre que mente y conciencia son dos conceptos que se aproximan bastante. De la misma forma que lo que llamamos mente se limita a aquello de lo que nos damos cuenta, que generalmente son los pensamientos, cuando en realidad es un espacio multidimensional y complejo que crece en la medida en la que te adentras en el, la conciencia a la que nos referimos es aquello que aparece elaborado en nuestra percepción y que puede almacenarse, cuando hay muchísimo más que no se muestra pero que se percibe.
Yo creo que siempre estamos conscientes, de igual forma que todo es proceso mental. En el primer yoga de concentración de hace énfasis en crear un centro de atención permanente, pero parece que es más una estrategia que un fin, ya que con el tiempo te das cuenta de que siempre estás en la experiencia, pero no es evidente hasta que te percatas de que es así y algo cambia sustancialmente.
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Comentario por JuanV 24/01/2020 @ 6:37 pmEs así, la cuestión no es si somos conscientes o no, pues lo somos siempre excepto quizá en el sueño profundo, sino en qué estamos absortos en cada momento. Y eso es lo que cambia el yoga de focalización.
Lo que cambia sustancialmente es una cierta capacidad de estar a la vez absorto en algo y ser sutilmente consciente de ello. Es un paso hacia estadios no duales en que todos esos procesos o situaciones no son exclusivas. Es decir pueden producirse y «ver como se producen» a la vez, simultáneamente, pues la mente ya no se ve como algo «yoificado» y por tanto múltiples procesos pueden estar presentes.
Un abrazo
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Comentario por 道 24/01/2020 @ 6:45 pm