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Practicando Zen, lo peor es apegarse a la quietud, porque esto hará que estés absorto en una quietud muerta sin que te des cuenta. A las personas no les gustan las interrupciones, pero no les molesta la tranquilidad. Habiendo vivido en medio del ruido y el movimiento de los asuntos mundano, una vez que experimentas la alegría de la tranquilidad, la anhelas como el dulce sabor a miel o un largo sueño después del trabajo duro. Es difícil reconocer tu error.
Practicing Zen, the worst thing is to become attached to quietness, because this will cause you to be engrossed in dead stillness without realizing it. People tend to dislike disturbances, but they don’t mind quietness. Having lived amidst the noise and restlessness of worldly affairs, once you experience the joy of quietness, you crave it like the sweet taste of honey or a long slumber after hard work. It’s difficult to recognize your mistake.
-Boshan (1575-1630)
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Vaya pedazo de entrada. Me hace entender algunas cosas más, como que hasta incluso los logros espirituales pueden convertirse en apegos. Cierto es que se está tan a gusto en la quietud y absorción de una buena meditación, que dan ganas de quedarse ahí para siempre, con lo que de entender nada de nada e influenciar nuestro programa básico menos. Quizás este es el motivo de que los jhanas y las absorciones sean vistos como grandes logros, pero que en realidad son diferentes modos de obtener algo para uno mismo. Perdonadme si estoy diciendo una estupidez, no entiendo mucho de esto de los jhanas. Lo que sí veo como un compromiso es comprender la situación vital de cada uno, y ahí si que hay que llegar a una quietud que nos permita ver, pero tratando de discernir lo que veo, y eso tan solo dejando fluir los procesos mentales. Personalmente he llegado a la conclusión de que la cuestión no es permanecer en el silencio, que solo ocurrirá cuando, como con la bicicleta, seamos capaces de conducir sin pensar en ello, sino en alcanzar ese puntito de equilibrio en el que todo sigue funcionando pero no haciendonos funcionar.
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Comentarios por JuanV 05/11/2019 @ 7:07 pmEso es. Aunque obtener gozo no sabría asegurar si es un logro espiritual estrictamente. Pienso que es básicamente un derivado agradable de la liberación progresiva. Pero sin valor espiritual intrínseco. Es, en terminología budista, fruición.
Adicionalmente, si se sigue una doctrina Mahayana, Samsara deberá ser Nirvana, y te aseguro que el mundo no va a cambiar, es el que es, es ruidoso y no tiene calma, por tanto eres tú el que deberás convertir Samsara (ruidoso) en Nirvana, por tanto apegarse a la calma puede ser aceptable siempre que seas conscientes que mantendrás tu vida partida en dos para siempre, porque el mundo no va a estar en calma…
Si no, llegado determinado punto (no al inicio) deberás desapegarte de la calma y empezar a buscar «al Buddha entre el bullicio».
Un abrazo
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Comentarios por 道 06/11/2019 @ 8:11 amSiempre me ha gustado el adagio: «No te alejes del tumulto buscando la calma. Sé tú la calma dentro del tumulto»
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Comentarios por Diego 06/11/2019 @ 11:13 am“El Buddha entre el bullicio” es un sugestivo título para un posible libro sobre budismo práctico. Al mismo tiempo encierra una cuestión esencial: Sámsara es Nirvana, Nirvana es Samsara. No en vano uno de los principales símbolos budistas es la flor de loto que, como todos sabemos, nos regala su belleza en el propio fango. “Nadie que enciende una luz la esconde bajo la cama, sino que la pone en el candelero para que alumbre a todos” (Lucas 8, 16). El ”Buddha entre el bullicio”es esa de luz (Comprensión, Sabiduría) que alumbra en el bullicio de lo convencional sembrando compasión y ecuanimidad. No son sólo palabras bonitas. Podemos tener deformado por el cojín de meditación, pero de nada valdrá si no hemos trasladado nuestro “centro de gravedad” de la cabeza al corazón.
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Comentarios por Diego 06/11/2019 @ 11:45 am«podemos tener deformado por el uso el cojín de meditación» quería decir. Los andaluces nos comemos letras, pero mi gula ya llega hasta las palabras. 🙂
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Comentarios por Diego 06/11/2019 @ 11:49 amPues tienes toda la razón…
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Comentarios por 道 06/11/2019 @ 11:54 amY si fuera sobre budismo teórico lo titularía
«Budismo: La Sabiduría de las Coemergencias»
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Comentarios por Diego 06/11/2019 @ 12:24 pm“El Buddha entre el bullicio” El Buddha entre los locos, un solitario. Solo se entendería con algunos niños o quizá con algún vagabundo indiferente, del tipo que no habla ni consigo mismo. El mundo no es el que es, el mundo es mente, y la mente hace al mundo, busca al mundo, que siempre está ahí, dispuesto, a la espera y sin esperar nada. Me llamó la atención el cuento de la monja budista japonesa, se desfondó el cubo…y la mente se fué. Para qué la necesidad de creer, para qué poner todo en orden, el vacío aburre. El silencio es la fuente, todos lo saben y todos lo rehuyen, escapando hacia el bullicio, la locura, la idiotez, y la lluvia que no para.
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Comentarios por perdido en el rio 06/11/2019 @ 6:34 pm