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De nuevo desde el supuesto interior hacia el supuesto exterior tenemos la siguiente dimensión: Sambhogakaya.
Sambhogakaya es el cuerpo de fruición o disfrute del Buddha. Es su universo interior. Alguien podría decir que el Dharmakaya también lo es, pero eso seria una compresión parcial, el Dharmakaya es la mente pura búdica independientemente de los contenidos de su universo interior. Sambhogakaya son esos contenidos y son fruición porque el Buddha existe en una forma siempre gozosa o liberada de toda forma de sufrimiento. También incluye esta dimensión, la mente clara y luminosa del Buddha.
Esta dimensión interna, se tiende a relacionar también en el misticismo tibetano con las «apariciones» de Buddha y Bodhisattvas, es ese el cuerpo que se aparece. En cierta manera se ve como un cuerpo astral o el cuerpo sutil hinduista, es decir que puede ser autónomo del cuerpo físico, cuestión esta, que yo diría que no comparten todos los budismos.
Pero dejando de lado esta parte más ultra-mundana, el mundo interior del Buddha es Sambhogakaya. Por ejemplo todos los paseos por los jhanas o los éxtasis, las visitas al cielo de Tusita, etc… pertenecerían a la dimensión del Sambhogakaya.
Pero reitero, correr tras estos estados es un error, y una receta perfecta para que nunca sean estables. Será Dharmakaya de forma natural quien haga emanar este cuerpo. Igual que el primer Bhumi se llama «el muy gozoso» no porque hagamos práctica alguna para gozar, sino porque la realización de Anatman (que es lo que da paso al primer Bhumi) es un paso de gigante hacia el Dharmakaya y eso hace surgir esa otra aproximación al Sambhogakaya (el gozo interno sin objeto).
Así que otra cosa interesante que vemos aquí es que la construcción de los cuerpos no es puntual, es progresiva, aunque su culminación (budeidad) pueda ser puntual.
Por ejemplo si uno habla de Nirvana como una forma perfecta de entender la realidad (talidad), habla del Dharmakaya, pero si habla de Nirvana como ausencia permanente de sufrimiento y gran gozo, se habla de Sambhogakaya. Y ambas dimensiones son correctas y no-excluyentes. Nirvana es ambas cosas, pero es interesante entender que lo segundo es resultado de lo primero.
Y nos queda la última dimensión, la más mundana: Nirmanakaya (que no NirVana).
Esta es la dimensión de Buddha en el mundo, su relación con él. Y a veces se habla de Sambhogakaya como el nexo entre Dharmakaya y Nirmanakaya, es decir: de la talidad surge la liberación y de la liberación surge la capacidad de actuar de forma búdica en el mundo.
Y esa es la dirección, justo opuesta en este caso a, por ejemplo, el cristianismo, donde nos dicen que primero «hemos de actuar bien» y eso ya nos llevará al cielo (su sambhogakaya). Y donde la dimensión de la sabiduría (Dharmakaya) que permite todo esto queda reservada a Dios.
En el budismo el camino es justo inverso. Mientras «forcemos» el actuar bien, el hablar bien o incluso los gozos y éxtasis, para el budismo seguimos en el territorio de los medios útiles (upaya), es decir, cuestiones interesantes pero con el objeto de realizar el Dharmakaya, no útiles en sí mismas (y no definitivas en sí mismas).
Retornamos al Nirmanakaya, así pues el Nirmanakaya budista incluye el cuerpo físico del Buddha y todas su acciones y habla. Ese perfecto actuar y hablar. Todo lo que los pobres mortales podemos ver o captar de un Buddha vivo, es Nirmanakya, el resto nos está velado.
Gracias por leer.
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