El blog de 道


Atman, Anatman y Brahman (II)
11/12/2018, 7:07 am
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Empezaremos por la idea A.V. (Advaita Vedanta) de Atman.

El concepto de Atman en hinduismo se relaciona con el alma que se reencarna. De hecho por eso el budismo tiene tantas dificultades para describir el renacimiento, pues no cree que exista un Atman eterno.

Ese digamos que es el concepto teórico. Luego está, como en budismo, lo que los meditadores relatan y que es de lo que se tratará aquí.

En ese caso, para el A.V., Atman es el testigo eterno, es decir ese “yo” sin características de los meditadores y que también se relaciona con la consciencia pura, el espejo, y demás metáforas.

Al final, dejando de lado «ideas», lo que se realiza es que «somos» más allá de los pensamientos, que cuando no pienso, esos otros cinco sentidos que aparecen en la consciencia siguen ahí y parece que podemos seguir funcionando en el mundo, es decir seguimos siendo inteligentes y capaces.

Así se consolida la idea de que hay un «testigo» más allá del pensamiento (lo de «eterno» o no eterno es siempre imputado adicionalmente, desgraciadamente) y también se empieza a intuir que de alguna manera la acción va por libre, no depende de ese testigo, por eso es testigo y no actor.

En budismo también se realiza tal cosa, no puede ser de otra manera pues aparentemente los cerebros y mentes de los hinduistas y de los budistas son equivalentes, pero no se le llama Atman y no se considera eterno, ni tan siquiera «atómico», sino efimero y compuesto pero sobretodo, una función de la mente.

En budismo esta situación es simplemente “la fase del espejo” que en cada doctrina se describe de una manera y con diferentes nombres. En Mahamudra por ejemplo, tal como vimos hace unos días, son los dos primeros yogas. Hoy día tiene a llamarse en inglés «I Am» (la realización de que «soy»), supongo que simplemente por no usar la palabra «atman».

En el Zen hay una anécdota de Hui Neng donde gana este un combate de poesías, ante un practicante que todavía está en la fase del espejo. El perdedor decía:

Nuestro cuerpo el árbol de bodhi es
y nuestra mente un espejo puro y claro.
esmérate en limpiarlo momento a momento una y otra vez,
no dejando asentarse mancha alguna.

¿No podría esta poesía ser hasta de un hinduista? Yo diría que sí… por eso perdió… mostraba un estadio medio de evolución espiritual.

Es muy interesante que Mahamudra divida la fase de Atman en dos yogas, siendo el primero simplemente el mindfulness habitual y el segundo menos ordinario. Es interesante porque Nisargadatta, que era hinduista y de influencia A.V., ya avisaba de que “el primer testigo es falso”, luego para el A.V. también podrían haber dos fases en Atman.

La primera fase, que es el testigo de muchos neo-advaitas y del mindfulness tan de moda, no es más que ejercer la atención habitual: solo observamos y abandonamos forzadamente la conceptualidad. Este testigo no tiene nada de trascendental, in supone cambio mental alguno, es la misma atención con la que toda la vida hemos atendido pero alargando su presencia y encarada a que se abandone la obcecación por el pensamiento conceptual y empiece a atender al resto de fenomenología y a disfrutar de su ahora. Todo ello de una forma notablemente ruda y forzada (pero necesaria) hasta que se dé la realización de Atman/I am/Despertar o como querais llamarla.

Ese primer gran cambio, lo llamemos como lo llamemos (Despertar, por ejemplo) nos deja en el Atman “real” de los hinduistas (excepto porque nadie sabe si es eterno o no, por mucho que lo afirmen) y en budismo Mahamudra te deja en lo que aquí llamamos yoga de no-conceptualidad.

La única diferencia es que para el budista sigue siendo algo intermedio, por compuesto y no-eterno, per sobretodo por ser todavía una construcción mental, una etapa. Aunque es cierto que el budismo también sufre de escritos más o menos sabios y muchas veces parece confundirse también este «Atman» con “la naturaleza búdica» o la vacuidad.

Pero este estado que todavía está bastante inflado de “sujeto”, que no tiene nada de no-dual, sigue planteando una dicotomía. Ahora ya no-conceptual, entre un «yo» construido por pensamientos y el «mundo» también modelado a base de ideas, pero sigue existiendo esa dicotomía o dualidad.

Y desde luego no es liberación total (ni Nirvana, ni Moksa), lo cual es sensato pues para ninguna de las dos doctrinas es el final, así que no deja de sorprenderme la cantidad de sujetos que hoy día afirman que «han sido liberados» en esta etapa. Como referencia contraria, aparte de todo el budismo y el A.V. tradicional, tenemos algunos neo-maestros como Adyashanti, Anadi o G. Weber que vieron con claridad como de parcial era esta realización.

Incluso llamarlo testigo o espejo es falso, mejor atman o Yosoy/Iam, porque realmente la fenomenología no refleja «algo» que está «ahí fuera». La fenomenología es solo-mente y no hay nada ahí fuera que sea de colores, o tenga olores, etc… todo eso son fenómenos co-emergentes únicos que no tienen «reflejo» en lugar alguno.

Me viene ahora a la cabeza una forma más de intentar verlo (la n-sima+1):

El ojo, la vista podría parecer el espejo, el reflejo de algo externo, no lo es pero podría parecerlo, pero ¿y el tacto?

Las cosas pueden ser rugosas o lisas, pero la sensación del tacto solo puede ocurrir de forma co-emergente al establecer contacto entre dedos y superficie. Esa sensación no está en los dedos, y tampoco está en la superficie, solo está cuando ambas cosas entran en contacto, como una chispa que surge solo si chocan pedernal con otra roca dura. La chispa es co-emergente. El tacto es co-emergente.

Así debe verse toda la percepción. Ese es el significado de la co-emergencia budista, un concepto que a menudo resiste a nuestro entendimiento. Y por eso la consciencia no es un espejo ni se le parece, porque no refleja nada que existiera «fuera». Esa forma de ver la consciencia sería falaz.

Pero dejando todo esto de lado, para el A.V. aún queda otro gran paso que es la inmersión de Atman en Brahman (como las olas y el mar, se suele decir). Y para el budismo… pues más o menos…

Seguimos


7 comentarios so far
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Yo esperaba el otro debate más práctico, también más dificil… Aunque concuerdo totalmente con lo que dices.

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Comentarios por jcentol9

Adelante, concreta y charlamos. Para eso está el blog.

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Es que no me acuerdo ya… Era el tema si en fases más de liberación, se sentirian igual las emociones… los enfados…etc… recuerdas?

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Comentarios por jcentol9

Ah sí, ese también está escrito.

Pero va después, se publicará del 19 al 23 de este mes (si no lo cambio).

Espero te aporte algo.

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Buena apreciaciación.
No conocía el concepto de coemergencia, pero sí la experiencia, que es mucho más trascendente de lo que puede parecer.

Saludos

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Comentarios por Joaquín Carrizosa

Me viene ahora a la cabeza una forma más de intentar verlo (la n-sima+1):

El ojo, la vista podría parecer el espejo, el reflejo de algo externo, no lo es pero podría parecerlo, pero ¿y el tacto?

Las cosas pueden ser rugosas o lisas, pero la sensación del tacto solo puede ocurrir de forma co-emergente al establecer contacto entre dedos y superficie. Esa sensación no está en los dedos, y tampoco está en la superficie, solo está cuando ambas cosas entran en contacto, como una chispa que surge solo si chocan pedernal con otra roca dura. La chispa es co-emergente. El tacto es co-emergente.

👏👏👏

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Comentarios por Fosforilo

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