Filed under: Uncategorized | Etiquetas: Budismo, conceptualidad, conocimiento, Meditacion, Practica, prajna, sabiduría, Vipassana
Dentro de esa gran inteligencia, inmensa, abrumadura cuando empiezas a intuirla (o mejor dicho, cuando empieza a intuirse a sí misma), existe una parte especialmente relevante, esa parte la llamaremos sabiduría o prajna. No deja de ser solo una parte de ella, de la inmensa inteligencia, pero nos es relevante.
De nuevo hemos desgajado arbitrariamente un trozo de realidad por motivos utilitaristas.
Prajna o sabiduría es el saber no-conceptual orientado al conocimiento de uno mismo y de la Talidad, es decir la inteligencia espiritual.
Por eso no hablamos de prajna o sabiduría cuando aprendemos a caminar, aunque también es conocimiento no-conceptual. Prajna es solo un tipo de conocimiento no conceptual, o si lo quieres de otra manera, es la inteligencia trabajando sobre el conocimiento de uno-mismo y de la Talidad (o Realidad desnuda).
Es por eso que siempre se dice aquí que el despertar es una función de Prajna o de la sabidruía (a veces se añade no-conceptual para reforzar el mensaje). Es decir de la inteligencia espiritual.
Si Despertar es entender lo que somos o lo que no somos, entonces es Prajna. Es entendimiento no-conceptual espiritual.
En el Tíbet el tiempo del Despertar se llama «El camino del Ver» porque la función principal para la adquisición de prajna es la observación inteligente o inquisitiva.
Para poder entrar en el camino del ver nos van a hacer falta dos cosas: entender conceptualmente qué estamos buscando «ver» y haber adquirido la capacidad mental de auto-observarse sin implicación.
No hace falta más. Para despertar no hace falta más. Ni menos.
El resto es que se den las condiciones continuadas y estables de calma mental y auto-observación.
De nuevo, leer sobre lo que somos e incluso estar de acuerdo con ello (o tener fé), está bien y ayuda. Pero todos sabemos que no produce ningún cambio radical permanente. El conocimiento conceptual choca con sus límites y raramente permite ir más allá de él mismo.
Y al revés, cuando entendemos completamente lo que somos de forma no-conceptual (prajna) simplemente pasamos a ser eso. No hay dualidad en Prajna. Ser y saber son la misma cosa. Vivir y saber algo son la misma cosa en la no-conceptualidad.
Igual que cuando aprendemos a caminar no hay ya dualidad alguna, simplemente yo ya soy caminante… igual ocurre con Prajna.
La auto-indagación explícita (preguntarse con palabras ¿quién soy?) consiste en llevarte a esa frontera del intelecto una y otra vez con la esperanza de que se debilite, y a veces ocurre, pero no es un método demasiado eficiente. Para que ocurra debe ejercerse una fortísima presión, como con el método koan, que usa la misma técnica básica.
Preguntarse sin palabras «¿quién soy?» y auto-observarse para ver la respuesta, es mucho más sutil pues es no conceptual.
Pero ese preguntarse ¿cómo se hace si no puedo usar palabras?
Eso es vipassana (visión clara) y básicamente consiste en observarse para ver quién soy realmente. Ser capaz de determinarlo, entenderlo sin palabras.
El saber conceptual lo usamos para convencernos y obtener motivación, para comprender qué prácticas espirituales seguir y como se ejecutan, para saber «donde mirar» no-conceptualmente, etc… pero nunca se obtiene prajna de forma directa de él.
(continua)
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