Filed under: Uncategorized | Etiquetas: Budismo, emociones, Neurociencia, venenos
Hemos hablado en el pasado de las emociones, sobretodo de las positivas. Aquí.
También es relevante no olvidar la diferencia entre emoción y sentimiento.
Hemos dicho que las emociones son fundamentales en cualquier senda espiritual. Y esto es paradójico pues muchos practicantes, de forma consciente o no, tienden a querer eliminar sus emociones, pues les parecen el origen de su sufrimiento.
Pero la realidad es que hay emociones positivas y hay emociones que son negativas para una senda espiritual o mejor dicho para su progreso. Eliminando las positivas lo que realmente ocurre es que se ponen impedimentos a esa senda.
Es por eso que el budismo hace tanto foco en la compasión y metta (que podríamos traducir como amabilidad y cariño). O la devoción al gurú en otras doctrinas.
Ya hemos hablado algo de las emociones positivas, si hace falta volveremos, pero ahora vamos a hablar de las negativas.
En algunas ramas del budismo a las emociones negativas se les llama venenos.
La palabra suena muy metafórica pero poco a poco te vas dando cuenta de cuan acertada es.
De hecho, si algo me ha sorprendido del budismo, es que todos esos textos tan técnicos con listados larguísimos de conceptos, venenos, características, etc… y su influencia en nosotros, y que inicialmente parecen tan áridos, complicados de leer, incluso artificiosos e innecesarios, con la experiencia acaba resultando que son muy, muy precisos.
Lo que ocurre es que requiere de un notable esfuerzo intelectual y dedicación el lograr entenderlos, y solo se ve cuan certeros son cuando la propia comprensión interna comienza a ser suficiente.
La razón por la que una emoción negativa es un veneno es obvia: primero porque las emociones vienen definidas por las substancias (hormonas, neurotransmisores…) que el cuerpo lanza cuando se dan las circunstancias. Por ejemplo el miedo desencadenará adrenalina para que podamos actuar más deprisa y con más efectividad ante la amenaza.
Así que ahora no hablamos, como cuando tratamos con el pensamiento, con algo etéreo, inatrapable, rápido como un relámpago (¿cómo electricidad?) y cuyos efectos, pueden ser nulos si no generamos apego a él (esa es realmente la clave de la meditación zen y otras).
No, en este caso hablamos de algo totalmente diferente, hablamos de substancias físicas, observables por la ciencia, que se inyectan en nuestro organismo (no siempre solo en el cerebro) y que tienen efectos físicos sobre nuestro organismo, y a menudo negativos, por ejemplo el estrés es depresor del sistema inmunitario.
(continua)
3 comentarios so far
Deja un comentario
sin duda… Creo que hay un aspecto muy sutil relacionado con todo ello y es la capacidad de autoengaño. No las queremos vivir, por ejemplo ante un trauma, o por ejemplo por educación familiar, y sublimamos “directamente” con neutralidad, inacción, drogas, alcohol, o incluso meditación para no sentir, para no llorar, para no sincerarnos, para no mojarnos, para volvernos fríos, para no dar explicaciones… Nos autoengañamos con tal de no vivirlas. Preferimos perder un trabajo que reconocer un fallo, o dejar de hablar a amigos antes que sincerarnos por un agravio. somos capaces de cualquier cosa con tal de no sentirlas… y como en meditación se dice que es una vía fría… ahí que me puedo enganchar. Un post muy importante me temo (como todos 🙂 )
Abrazos y gracias
Me gustaLe gusta a 4 personas
Comentario por Jose 09/06/2018 @ 9:56 amYo añadiría que no escapamos de las situaciones, si no que de las emociones y/o sensaciones que nos provocan las mismas.
Pienso en ello cuando la circunstancia lo requiere, y me funciona en mayor o menor medida.
Saludos!
Me gustaLe gusta a 2 personas
Comentario por ewilius 09/06/2018 @ 4:54 pmEfectivamente. El «truco» del cerebro es
es asociar emociones negativas con situaciones.
Y estamos diseñados para no querer sentir emociones negativas. No es agradable ingerir veneno.
Así que eso nos lleva a evitar determinadas situaciones. Es básicamente un mecanismo de recompensa y castigo, en este caso solo tratamos la parte del castigo.
Ese es básicamente el truco mental para la supervivencia que incorporaron las formas de vida más desarrolladas, a partir del reptil, aprox…
Es decir, el truco mental consiste en hacerte sentir mal, para hacerte sobrevivir, no es ningún error, es así «by design».
Pero ahora, el ser humano, puede dar un paso más allá, porque es suficientemente inteligente para evitar situaciones sin necesidad de sentirse mal. No necesita que le «maltraten» para aprender lo que debe evitar.
Así que ya podemos cambiar ese mecanismo tan rudimentario y duro.
Pero cambiarlo no es trivial…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Comentario por 道 11/06/2018 @ 10:11 am