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Tu ética surge de forma natural en ti, igual que no sabes por qué te gusta el chocolate y odias las espinacas, lo mismo ocurre con tus principios: surgen en ti, no los decides aunque te lo parezca. Surgen en ti en función de tus experiencias, que generan cognición (piensas), que crean ideas (creencias), que construyen principios (ética), y estos generan patrones de comportamiento (pensamiento, habla y acción).
Así pues el comportamiento ético es aquel en que la persona vive (pensamiento, habla y acción) de acuerdo con sus principios y no en oposición a ellos.
Mientras que el comportamiento moral es aquel en que la persona actúa (habla y acción, el pensamiento da igual) de acuerdo con las reglas de su sociedad y no en oposición a ellas.
A menudo nos cuesta distinguir entre ética y moral.
El conflicto entre principios y acción, es decir, actuar de forma opuesta a nuestros principios, nos genera sufrimiento mental tarde o temprano (es karma) pero también el conflicto entre las reglas de nuestra sociedad y nuestros principios puede generar aflicción y suele hacerlo. Por ejemplo si nuestra sociedad dice que hemos de tener hijos y no los tenemos. Además las reglas de nuestra sociedad van a tender a convertirse en nuestra ética en muchos casos, por tanto la confusión es razonable.
Por integridad se quiere decir algo muy parecido al comportamiento ético pero se ha pretendido reforzar la idea de «alineamiento entre principios y acción».
Todas nuestras tendencias, principios, creencias, ideas, manías, etc… residen en lo que, a falta de otro nombre y sin pretender que sea una «cosa» concreta sino una función que sin duda sabemos que existe, llamamos mente-almacén (Alaya Vijnana u octava consciencia).
Es decir por Integridad de pensamiento, habla y acción, entendemos la situación en que se piensa, habla o actua sin conflicto entre tendencias de Alaya-vijnana o si se quiere ir incluso más profundamente, la Integridad es en sí misma la ausencia de tendencias en conflicto en Alaya-Vijnana de tal manera que pensamiento, habla y acción no sea auto-aflictivos, es decir aflictivos por conflicto interno.
Dicho aún de otra manera: la profundización de la integridad es equivalente a la purificación de Alaya-Vijnana, pues vamos a definir «purificación» como la limpieza de Alaya-vijnana al respecto de marcas o tendencias en conflicto.
¿Y eso como se obtiene eso?
Pues una posibilidad, y esa es la propuesta budista, es adquirir una base ética que sea «intrínsecamente coherente» y luego perfeccionarla totalmente. Esa base ética en el budismo son los seis (o diez según la rama budista) paramitas o perfecciones.
Pueden haber otros marcos éticos perfectamente coherentes, pueden haber infinitos. Pero no todo marco ético es perfectamente coherente.
Es raro que un individuo de forma natural, sin contactar con doctrina alguna, cree un marco personal totalmente auto-coherente. Por eso, aunque nos parezca extraño, nuestra ética se construye, y se construye en base a inputs externos, aunque sea personal…
Es decir, la ética es 100% personal y es 100% adquirida (por genética o entorno). ¿Paradójico? Nuestra personalidad o cualquier otro «objeto» identitario sufren de la misma paradoja. Paradoja que magistralmente intenta reflejar la red de Indra.
En budismo, la idea es que todas esas «virtudes» cuando son llevadas a su perfección (paramita) son absolutamente coherentes entre sí y no dejan hueco alguno para el conflicto y por tanto para aflictividad alguna en el pensamiento, habla y acción. Esta idea es fundamental.
Así pues la perfecta integridad es igual a perfección en los paramitas y es igual a la perfecta purificación de alaya-vijnana. Y es igual a un comportamiento ético intachable y perfecto, pero absolutamente personal y por tanto, auque sea paradójico, potencialmente es moralmente criticable (potencialmente es criticable por la sociedad).
Y en esa situación: los pensamientos no surgen en conflicto, luego el habla no genera aflictividad y la acción no crea aflictividad (en ti).
Y eso es el Nirmanakaya, el cuerpo con el que el Buddha enseña en nuestro plano terrenal.
No es que tal perfección te lleve al Nirmanakaya, o que adquieras algo nuevo que se llame Nirmanakaya gracias a tu integridad. Esa dualidad no existe, porque no existe el sujeto. Simplemente eso es el Nirmanakaya.
La propia perfecta integridad, que es equivalente a los paramitas, que es equivalente a una Alaya-vijnana purificada… todas esas cosas son la misma, e indiferenciables entre sí, y a la vez son la misma e indiferenciable también del Nirmanakaya, uno de los cuerpos de Buddha.
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