El blog de 道


Canción del extraño
18/03/2018, 7:07 am
Filed under: Cançons | Etiquetas:

Es cierto, sé que todos tus amantes
fueron meditadores pretendiendo haber dejado el sendero.
Conozco a esos hombres y no es fácil
coger la mano de alguien que quiere alcanzar el cielo,

Alguien que quiere alcanzar el cielo.

Y al recoger el cojín que se olvidó
descubres que no te ha dejado mucho más que nada.
Él como cualquier meditador se retiró
cansado de esperar por una experiencia aún más alta,
como San José buscando un pesebre.

Y un día con serenidad te dice que
su voluntad se debilitó con tu amor y tu cobijo.
Sacará de su cartera un viejo horario
y dirá: «te dije al llegar que yo era un extraño».
«Te dije al llegar que yo era un extraño.»

Pero ahora ves que hay alguien más que esconde
sueños y algo más como si fueran la carga de otro.
Ya has visto a ese hombre antes repartiendo consejos
con su voz de oro que ahora está oxidada,
y ahora ofrece consejos a cambio de cobijo,
y canciones a cambio de cobijo.

Y tú odias ver a otro extranjero como aquel primero
haciéndote creer que ha dejado el camino.
Y mientras él oculta un as adviertes
un camino serpenteando como humo entre la nieve,
y de pronto sientes que envejeces.

Le dices que puede pasar, pero oyes algo
y al girarte ves la puerta abierta y nadie en ella.
Está junto a la ventana, «no tienes nada que temer,
eres tú, mi amor, tú eres la extranjera,
tú mi amor, la única extranjera.»

Quise esperar, sabía que te encontraría en este tren,
ya es hora de ir cogiendo otro.

Entiende por favor que nunca tuve un plan
para llegar a este sitio o a cualquier otro.

Y cuando te habla así no sabes que pretende.
Cuando te hablo así no sabes que pretendo.

Mañana podemos quedar bajo el puente
o junto al mar que se extiende hacia el infinito.
Y sube al coche-cama dejando el andén vacío
y entiendes que él nunca fue sincero,
que él no era aquel extranjero.
Y dices: «Vale, bajo el puente es perfecto.»

Y al recoger el cojín que se olvidó
descubres que no te ha dejado mucho más que nada.
Él como cualquier meditador se retiró
cansado de esperar por una experiencia aún más alta,
como San José buscando un pesebre,
como San José buscando un pesebre.

Y un día con serenidad te dice que
su voluntad se debilitó con tu amor y tu cobijo.
Sacará de su cartera un viejo horario de trenes
y dirá: «te dije al llegar que era un extranjero,
te dije al llegar que era un extranjero,
te dije al llegar que era un extranjero.»

-Con permiso de Nacho y Jikan Dharma


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