El blog de 道


Identidad pre y post despertar (del testigo al yo consciente) (I)
05/08/2017, 7:10 am
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Voy a traducir esta vez, un texto corto de Anadi.

Existen pocos textos que sean claros sobre los cambios que sufre nuestra identidad con el Despertar. Existe una cierta confusión entre conceptos tipo «el testigo» o «observador» advaita o la atención tipo «mindfulness», la situación post-despertar, Ser, el sí-mismo, rigpa, naturaleza búdicaetc…

¿Es la atención del mindfulness lo mismo que el testigo advaita? (aparentemente ambos observan y nada más)

¿Qué es el sí-mismo o el ser realmente? ¿es lo mismo que el testigo advaita? ¿es diferente? ¿en qué manera?

¿Y tiene o no que ver con nuestra esencia según el budismo, la naturaleza búdica o rigpa?

Creo que era Nisargadatta quién decía que «el primer testigo» es falso, se refería a esa situación inicial en que ejercemos el mindfulness y que es sutilmente diferente, pero de forma muy relevante, a la identidad post-despertar.

Anadi explica esto de forma muy precisa, pero el problema con Anadi es que su terminología es extremadamente técnica (su ventaja es que es muy concisa  y profunda). Pero esa nomenclatura única y compleja hace difícil entender sus enseñanzas sin un estudio previo de su vocabulario. A mi me ha llevado muchas, lecturas y re-lecturas de sus libros, que encima están solo en inglés empezar a entenderle. Así que antes voy a hacer una pequeña introducción de su vocabulario, o mejor dicho como lo traduciré al castellano en este texto.

Lo que se quiere mostrar en este texto es que tenemos diversos estadios identitarios a los que daremos diferentes nombres:

  • Cuando estamos perdidos en nuestros pensamientos y actuando de forma robótica, hablaremos del «observador subconsciente» o «subconsciente» simplemente. En ese momento la sensación de identidad es muy débil o inexistente y funcionamos repitiendo patrones aprendidos de forma casi dormida. Este estadio o bardo, posiblemente no es demasiado diferente al de los animales desarrollados solo que añadiendo el intelecto. Inicialmente ahí pasamos gran parte de nuestro tiempo. Cuando estamos ahí, apenas podemos decir que «sabemos que Somos». Es el estado de ignorancia de partida.

Entonces, a veces ocurre que empezamos a hacernos preguntas sobre nosotros mismos o lamentarnos de la auto-tortura que nuestro intelecto nos inflige de forma continuada. Y…

  • Entonces alguien nos dice «para y obsérvate a ti mismo». En ese momento nuestra atención se vuelve al interior y el pensamiento intelectual suele parar. En cierta manera no tenemos «capacidad» para ejercer una atención fuerte y pensar reactivamente a la vez, por eso para temporalmente. En este caso, en la nomenclatura del texto que traduzco a continuación aquel que está observándose lo llamaremos el «observador» u «observador consciente» (de sí mismo). Este es el tipo de situación que plantea el mindfulness, o las técnicas vipassana o el testigo inicial en algunas propuestas advaitas y neoadvaitas.

Es trivial ver que son el mismo observador (en mindfulness, vipassana, testigo…)  porque no pueden ser diferentes. Es decir, en este punto, el individuo no tiene más posibilidades que atender o no atender, no hay otro bardo en nuestra vigilia. Los Jhanas, con seguridad los cuatro iniciales, también son ejercidor por este observador.

Este testigo u observador consciente solidificado no es realización, ni es rigpa, ni es eseidad, ni es el sí mismo, ni es nuestra esencia, ni nuestra naturaleza búdica. Y de hecho cristalizarlo en exceso puede llegar a ser un problema futuro, pero es un problema solventable.

Una forma muy sencilla de detectar cuando estamos en este «observador» es que se nota una clara tensión en la frente, por ahí por donde la tradición dice que tenemos el tercer ojo. Y estaremos siempre atendiendo a algún contenido mental. No es posible el observador sin objeto a observar, aunque sea muy sutil. Es intrínsecamente dual al respecto de la dicotomia sujeto-objeto.

El observador, aunque sea el observador consciente, solo existe atendiendo a algo. Sea a un pensamiento, a una sensación o mirando en tu interior, etc…

Esta situación de observador consciente no es fácil de mantener, ni natural. Se siente forzada. Y una queja habitual en este estadio es «lo duro» que es mantener ese mindfulness o testigo, observador o como quieras llamarlo durante todo el día mientras el subconsciente le retira el control una y otra vez en cuanto flaquea un poco.

Pero existe otra situación identitaria que se descubre en los kenshos y se estabiliza tras el despertar y que Anadi llama «yo-consciente» (conscious me). Esta situación identitaria es sutilmente diferente.

El yo-consciente puede «Ser» por primera vez, es decir puede «estar» o «ser» sin relacionarse con ningún contenido mental. Se ha independizado de la «observación» y no lo notaremos tan forzado, o no lo notaremos forzado en absoluto. Es capaz de Ser y nada más. Solo desde aquí, por ejemplo, puede hacerse shikantaza. Hasta llegar a este punto estamos solo intentando hacer shikantaza.

A esta situación también se le han dado un montón de nombres tradicionalmente. Suele ser de la familia de estos tipos de palabras: «Ser», «Ese-idad», «Sí-mismo», naturaleza búdica, esencia, rigpa…

Hay que decir que existirán más sutilezas llegados a este punto, que esto no es el final y que hay matices, en función de la práctica post-despertar de como irá evolucionando este estadio de yo-consciente. Pero a efectos del texto que viene a continuación podemos suponer que son todos lo mismo. Hasta que Despiertes, es aceptable y suficiente suponer que solo hay estas tres situaciones.

Lo que es interesante entender, es que, contrariamente a lo que se suele decir, no es que en base a practicar nuestra atención, testigo, mindfulness o como quieras decirlo, lo que busquemos sea hacer esa atención (costosa e incómoda) permanente, sino que se transforma en «otra cosa» que será permanente y natural porque precisamente ya es más «Ser» que «Atender».

Pero leamos a Anadi a ver si nos sitúa mejor:

(continua)


31 comentarios so far
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¿Y dónde situarías (a nivel de este mapa que vas haciendo) esa sensación de dicha y plenitud que aparece en medio del pecho, y que parece que atrapa y mantiene la atención sobre ella sin esfuerzo alguno?
Yo siempre he pensado que tendría que ver con la sensación de SER.
Un abrazo.

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Comentarios por Codorníu

La llamo simplemente «corazón». 🙂

Es interesante que hables de ella. Hace muy pocos días charlaba con un amigo de ella y de como esa experiencia hoy día es muy rara, casi inexistente en el budismo y en la meditación en general. Es una curiosa coincidencia.

El gozo de solo existir se manifiesta o bien en el Tan Ti’en/Hara o bien en el corazón.

Pero es poco habitual leer un comentario como el tuyo. Es interesante porque me hace preguntarme cual es tu situación… 🙂

SI quieres contar más cosas en público o privado, será interesante… 🙂

Un abrazo.

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Poco más puedo decir en cuanto a lo personal.
Como dije, cuando me sucede, atrapa mi atención sin esfuerzo.
Luego, cuando se pasa la sensación, veo llegar el deseo de buscar la manera de que vuelva “a demanda”.
Pero, claro, eso no es así, y vuelve de tarde en tarde… cuando quiere.
Otro para ti.

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Comentarios por Codorníu

Debes ser una persona bastante sensible…

Observa las condiciones en que aparece, observalas con detenimiento. Olvídate de reproducirlo, el que quiere reproducirlo es el que impide que se reproduzca. 🙂 El querer reproducirlo es lo que impide que se reproduzca.

Observa las condiciones en que aparece, 🙂

Un abrazo

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Esto que me dices, sé que lo sé; aunque lo tengo aparcado en un rinconcito.

Pero cuando me lo recuerdas, tiro de esto un poco más hacia la tarea de tenerlo presente.

Gracias, Tao.
Un abrazo.

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Comentarios por Codorníu

Un abrazo 🙂

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Esto me recuerda al “horizonte de sucesos” de la física…
Una pena tener que esperar dos días para ver cómo continúa.
Un abrazo 🙏

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Comentarios por ewilius

En Agosto he programado las entradas cada tres días.

Si antes de irme de vacaciones veo que hay contenido para hacerlo cada dos días, lo cambio. Pero por ahora te voy a hacer esperar más de lo habitual.

Espero que me perdones. 🙂

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Muy interesante este texto, pero ¿por qué dices que «cristalizarse en exceso» en el primer observador consciente puede traer problemas en el futuro?

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Comentarios por bernat

Cristalizar el observador consciente será un problema si se cree que eso es la realización: el «estar siempre mindful». Que esa es nuestra identidad final, nuestra naturaleza búdica, etc… que simplemente nos falta «estar más tiempo mindful».

Y realización realmente es estar siempre Presente. Pero no desde ese observador consciente sino desde otro lugar

Por tanto perfeccionar indefinidamente una posición que no es realización no nos llevará lejos. Y si no buscamos más allá, nunca encontraremos lo que hay más allá. En ese sentido puede ser un problema.

Y además, cuando más tenemos entrenada una habilidad, más difícil nos resulta prescindir de ella. Así que esa observación consciente incómoda puede volverse demasiado difícil de dejar.

Igual que es difícil que el observador subconsciente deje de molestarnos, porque ha sido entrenado durante milenios para ello… igualmente, tras entrenarlo durante una vida, puede volverse difícil evitar que el observador consciente nos bloquee el acceso al yo-consciente por las mismas razones, por tenerlo demasiado entrenado y por no saber que hay que buscar tras él…

Básicamente es eso.

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Ya es más Ser que Atender…

Corrígeme pero me rechina un poco la idea de «muscular la atención» y creo que puede llevar a la fijación de creer que un yo está atendiendo…

Siento que la atención se enamora del Ser más que muscularse para llegar ahí.

Bello texto

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Comentarios por Jose

Sin atención no hay camino espiritual, es tan sencillo como eso.

Solo la atención permite el aprendizaje y el cambio mental. Sin cambio mental no hay camino espiritual.

Pero la atención ejercida desde el observador consciente, es decir hacia los objetos, es solo una parte inicial del camino. De hecho es la única que es posible ejercer inicialmente.

Inicialmente solo tienes dos opciones: o estás atento (observador consciente) o estas abandonado al subconsciente.

Inicialmente no existe una opción intermedia, ni una tercera opción.

Cuando exista el yo-consciente tras su apertura (llámale kensho o como quieras), deberemos volver a él una y otra vez, y eso solo podrá ocurrir también gracias a la atención, que es quién puede detectar si estabas actuando desde el subconsciente, o estás en el observador consciente o bien estás reposando en el yo-consciente.

Hemos dicho que la gran diferencia (casi diría que la única) entre el observador consciente y el yo-consciente es el hecho de que este último puede ser/estar sin atender a nada concreto. Pero eso no significa no-atención, al contrario, significa justo la atención perfectamente activada sin contenido alguno. Eso a veces se llama atención pura y a veces perfecta presencia.

Y es meramente atención.

Y es radicalmente diferente a la no-atención, porque la no atención implica una reversión casi directa al estadio subconsciente. De hecho podríamos definir el observador subconsciente como el observador sin atención auto-referente. Al observador consciente como el estadio con atención auto-referente (sobre cuestiones propias e internas), y el yo-consciente como la atención auto-referente sin nada más

Como he comentado alguna vez, se pueden tener experiencias muy interesantes sin atención. Aquí las llamamos trances. Igual que se pueden tener experiencias muy interesantes soñando (también sin atención). Toda experiencia tiene su valor y podemos aprender de ella pero será a posteriori cuando la recordemos con atención cuando puedas deducir algo de ellas. Un sueño que no recuerdas y que no puedes rememorar no te aporta nada. Así que incluso en esos casos es la atención la que aporta. El trance o sueño en sí mismo no, porque la atención estaba ausente en ese momento.

Caricaturizándolo: cuando tienes una borrachera, cuando estás borracho no aprendes nada, porque estás ausente. Pero incluso de eso pueden aprenderse algo, para ello hay que recordar que «estuviste borracho» y que no fue positivo… y a base de darte cuenta de eso, dejas de beber (con un poco de suerte).

Si no quieres llamar atención a la situación de yo-consciente. Ok. Si se le quiere llamar Ser por razones doctrinales de algún tipo, me parece bien. No importa, son solo palabras. Pero igual que residir en el ahora residimos siempre y ser somos siempre y que presentes estamos siempre, ¿qué ha cambiado cuando decimos que estamos «En el Ahora» o que «Somos» o que «estamos plenamente Presentes» (todo ello con mayúscula)?

Eso que ha cambiado puedes llamarlo como gustes pero al final no es demasiado diferente a la atención más habitual, la misma que cuando intentamos entender un problema de mátemáticas, pero no exteriorizada sino interiorizada y, finalmente, tras el kensho, sin necesidad de objeto.

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Por cierto, creer que hay o no hay un yo atendiendo, es eso, una creencia… solo hay que superarla… solo… 😦

Pero eso ocurrirá de forma inevitable desde el yo-consciente (aunque no es la única manera), puesto que la entrega interior de ese yo-consciente, de esa atencioń pura, su abandono, su entrada en el mundo de la no-acción lo deslocaliza, con lo cual ya no puedes ni tan siquiera encontrarte, no estás en ningún lugar concreto. La creencia se vuelve falsa de forma auto-evidente.

Una vida sin atención reflexiva es básicamente una vida animal, no hay una gran diferencia. Es una vida reactiva, una vida subconsciente.

El ser humano ha dado un paso evolutivo muy superior al del intelecto, que es básicamente lenguaje interiorizado.

Y ha sido la capacidad de observarse a sí mismo (y por tanto cambiarse).

Incluso se podría decir que este es el siguiente gran paso evolutivo («homo consciens»), lo que ocurre es que estamos empezando… estamos en el equivalente a los primeros gruñidos en las cavernas…

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Mil gracias. No esperaba una respuesta tan detallada. Prefiero llamarle atención que Ser, la simplificación de términos que siempre propones me parece maravillosa y sobre todo ilustra a la perfección. Gracias!

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Comentarios por Jose

Es un placer, Jose. Sed conscientes que las respuestas las construís también vosotros.

Lo digo siempre y no es una forma de hablar.

Parte de lo escrito no estaba en mi mente hasta que preguntaste.

Ahora todos entendemos un poco más.

Un abrazo.

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Hola.
El observador consciente es conciencia y es un yo falso que suplanta al verdadero yo consciente. El yo consciente libre es inconsciente en el sentido de que no tiene asuntos propios y es consciente del contacto directo con lo real, paso a paso, latido a latido. Corta el paso a la conciencia y cada vez que lo hace la reconoce en su falsedad como lo que es, una alucinación.
Dicho esto, no soy un despierto, aunque se de lo que hablo. Yo también me acomodo en el sueño.

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Comentarios por hapax

El yo-consciente descubre la Verdad de que el observador-consciente (conciencia) es una alucinación y si lo descarta es por su interés en lo real. ¿y qué es lo real? sólo el contacto directo, paso a paso, latido a latido. Para ello debe cortar el paso a la conciencia y reconocerla siempre como una posesión,
como un yo superpuesto que suplanta al yo verdadero.
Debe ser inconsciente de la conciencia y consciente de lo real.

Lo que pasa es que al prescindir de la conciencia uno deja de tener asuntos propios y ahí está el quid, ¿qué va a poder mas,
el amor por la verdad y lo real o el amor al personaje que tanto trabajo cuesta construir y mantener? Esto es por lo menos, un compromiso.

Saludos.

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Comentarios por hapax

Bienvenido al blog, hapax.

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He leido y releido unas cinco veces tus dos comentario.

No te lo tomes a mal pero son algo confusos, aunque finalmente te entiendo.

Al final simplemente si cambias en algunos puntos consciencia por «Pensamientos» la cosa encaja.

La terminología es importante, te animo a buscar mayor precisión en la expresión.

Pongo tus comentarios solo con esos cambios para que se vea la diferencia:

El observador consciente es pensamiento y es un yo falso que suplanta al verdadero yo consciente. El yo consciente libre «está más allá del pensamiento» en el sentido de que no tiene asuntos propios [contenidos mentales propios] y es consciente del contacto directo con lo real, paso a paso, latido a latido. Corta el paso al pensamiento y cada vez que lo hace la reconoce en su falsedad como lo que es, una alucinación.

Dicho esto, no soy un despierto, aunque se de lo que hablo. Yo también me acomodo en el sueño.

=== segundo comentario===

El yo-consciente descubre la Verdad de que el observador-consciente (pensamiento) es una alucinación y si lo descarta es por su interés en lo real. ¿y qué es lo real? sólo el contacto directo, paso a paso, latido a latido. Para ello debe cortar el paso al pensamiento y reconocerla siempre como una posesión,
como un yo superpuesto que suplanta al yo verdadero.
Debe ser inconsciente del pensamiento [trascender el pensamiento] y consciente de lo real.

Lo que pasa es que al prescindir del pensamiento uno deja de tener asuntos propios [contenidos mentales propios] y ahí está el quid, ¿qué va a poder mas,
el amor por la verdad y lo real o el amor al personaje que tanto trabajo cuesta construir y mantener?

Esto es por lo menos, un compromiso.

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Antes de nada, gracias por su blog, es muy ameno e interesante.
Decía conciencia porque quería englobar al observador subconsciente y el consciente, los dos viven un sueño, el subconsciente no lo sabe ni le importa y consciente cree que solo sueña cuando duerme y no se cuenta que siempre sueña. Puede que conozcas otra palabra que defina esto.
En cambio el yo-consciente no sueña nunca, cuando está dormido sólo descansa y cuando despierta retoma el contacto con lo real, por eso digo que es como si la conciencia (pensamiento, sueño) hubiera desaparecido.
Un saludo.

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Comentarios por hapax

¡Aha! ¡Entendido! Me cuadra mucho lo que dices. Es un buen entendimiento.

A veces para englobar al observador subconsciente y al consciente, se usa la palabra genérica mente (siempre con minúsculas) pero también es confuso. Podemos añadirle algún adjetivo como «mente relativa» aunque mucho practicante cree que el observador consciente no es parte de esa «mente relativa»

En todo caso te entiendo, que es lo importante. 🙂

Gracias por tus amables palabras. Si te quedas por aquí, iremos charlando…

Un abrazo

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Estaba releyendo otra vez el texto y los comentarios ( la culpa es compartida entre los días que hay que esperar a que Tao publique y mi falta de comprensión 🙂 ) y debo decir que no tiene desperdicio como todo el Blog, nada de dogmatismos, sencillez y profundidad, no conozco nada igual.
Que gran descubrimiento!
Un abrazo a todos.
🙏

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Comentarios por ewilius

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Los pensamientos pueden ser usados para hacer consciente al subconsciente? Pero como dices, sabiendo que es una alucinación y reconociéndole como una posesión. Cómo saber cuándo soltarla y recordarlo? En la meditación formal es más sencillo. Cómo trasladar eso a tu día al día? Saludos

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Comentarios por Lameloide

Lo siento, no te sigo del todo Lameloide. ¿Podrías desarrollar con mayor detalle lo que preguntas? He perdido el hilo, no tengo claro sobre qué preguntas en concreto.

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Los pensamientos pueden ser herramientas para detonar momentos de lucidez. En la meditación formal se ocupan ciertas reflexiones para detonar ciertos entendimientos, por ejemplo, la reflexión en los preliminares ordinarios: La preciada vida humana; la impermanencia; el karma y las desventajas de la existencia cíclica. Siendo que el habla y la acción obedecen a los pensamientos; la generación de pensamientos “virtuosos” en el día al día deberían de tener un impacto “virtuoso” en nuestra habla y acción. El peligro sería que al verse expuesto a tanto contenido mental uno vaya a perder el entendimiento de que los contenidos mentales son alucinaciones y que están bajo nuestro control, así como son fenómenos separados de nosotros (no somos los pensamientos). Esos entendimientos se hacen más claros en el cojín, pero es muy fácil perderse en la vida cotidiana.

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Comentarios por Lameloide

El pensamiento intelectual o intelecto, el que «oímos» en la cabeza tiene bastante menos influencia en la acción de lo que nos pensamos.

De hecho, de normal, nos pasamos el día haciendo una cosa mientras pensamos en otra, no hace falta ser un experto vipassana para confirmar esto.

Por tanto el pensamiento en todos esos momentos está teniendo una influencia cero sobre la acción

Ahora bien, sí que nos da la impresión de que si nos decimos, es decir pensamos «voy a ser valiente (o bueno)» eso tiene influencia.

Lo primero que habría que saber es si somos más valiente porque hemos pensado eso, o es al revés, que ese pensamiento ha surgido porque algo más profundo ha decidido que quiere ser más valiente (ya te adelanto que la opinión aquí es que es lo segundo).

Pero la realidad además es que luego llega el momento de ser valiente o bueno y no lo somos. ¿Cómo puede ser?

O dejar de fumar… da igual el caso.

El hecho es que ese pensamiento que ocurrió en el pasado, algo influye, pero muy poco.

Y porque no somos capaces de ser coherentes con nuestras propias propuestas virtuosas es por lo que hace falta entrenamiento mental.

Así que ambas cosas son interdependientes.

Es decir, hemos de tener corrientes virtuosas en nuestra mente-almacén (alaya), que cierto es que generan pensamiento y habla virtuosa de tanto en tanto y además hemos de entrenar nuestra mente para que esas corrientes virtuosas puedan ser realmente efectivas y actuar correctamente cuando es el momento.

Un abrazo, Lameloide.

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Muchas gracias Tao. Apenas me estoy poniendo al corriente con tu blog. 😀

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Comentarios por Lameloide

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Para crear las condiciones que propicien el despertar?

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Comentarios por Lameloide

La autoindagación sería algo así?

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Comentarios por Lameloide




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