Filed under: Reflexions | Etiquetas: Anatman, Anatta, Consciencia, Espiritualidad, Intelecto, pensamiento, Texto propio
Hay que decir que inicialmente, sin disciplina mental igual te parece que «estás» presente todo el día, tanto sea a nivel de atención reflexiva como de sensación de ser, pero no es en absoluto así. Igual que sin disciplina mental mucha gente cree no tener pensamientos reactivos (cuando en realidad casi toda su vida completa es meramente reactiva, incluido por supuesto el pensamiento).
Es solo con cierta disciplina mental que podemos empezar a ver que hay momentos de estado mental sin aparente sensación de autoría.
Lo que ocurre al principio, es que como siempre que uno se auto-observa se ve en el mismo estado, asume que siempre está en ese estado. Pero es que precisamente el estado de presencia, surge cuando te auto-observas. De hecho el estado de presencia podría definirse así, como el estado en que uno es auto-consciente (consciente de su existencia).
Nunca vas a poderte auto-observar y encontrarte ausente… aunque eso te pase realmente 23 horas al día…
Es lo que llamo en broma, «el truco de la luz de la nevera»… es igual que la luz de la nevera que siempre que abres para ver si está encendida, lo está, pero no es que esté siempre encendida, ¡es que la acción de mirar la enciende!!
De hecho está apagada la mayor parte del tiempo.
Pues a eso lo que llamas sensación de ser, de identidad, autoría, etc… le pasa lo mismo.
Mirar dentro de ti es presencia, es activar tu sensación de existir. Por tanto siempre que mires te vas a encontrar…
Pero cuando no te miras y te pierdes en «lo externo» (sean pensamientos u otra cosa, típicamente pensamientos), aaah, entonces no estás…
Es decir, no está esa sensación de existir, que por cierto algunas doctrinas afirman que es eterna y realmente ni tan siquiera es estable durante unas horas de buen principio.
¿Increíble?
Bueno, obsérvate y saca tus conclusiones. No es fácil llegar a verlo, pero tampoco es increíblemente difícil. Hay personas que sin ayuda logran tener sueños lúcidos y eso es casi más difícil, pero la motivación lo es todo y claro, es muy atractivo que te digan que puedes ser todopoderoso en un sueño lúcido.
Y aquí lo único que se ofrece es la liberación del sufrimiento, poca cosa… es mucho menos motivador… 😀
Parece un chiste, pero no lo es, es real. Motiva más al ser humano lograr placeres que la liberación del sufrimiento.
Por otro lado y cambiando de tercio para finalizar, cuando decimos «los pensamientos no soy yo», la afirmación es mucho más concisa. Ya hemos visto que el intelecto aparece en la consciencia, el pensamiento es qualia. El pensamiento es un resultado, no un origen de casi nada.
Darle capacidad de acción o autoría a un pensamiento es equivalente a dársela a un ruido, a una puesta de sol o al sabor de las fresas.
Simplemente son qualia en tu consciencia. Qualia creada toda ella por tu mente, cierto. Algunas creadas por unas funciones de tu mente y otras por otras… Algunas creadas en base a sentidos externos y otras no.
El pensamiento por tanto, no soy «yo» pero sí es el subproducto de un pensador (mente) absolutamente siempre. No es algo que «simplemente nos ocurre» como si nos llegara al azar. Ocurren (¡todos y cada uno de ellos!) porque se dan las adecuadas causas y condiciones en tu mente para que ello ocurra. No hay nada o casi nada de azar aquí…
El pensamiento es meramente un subproducto intelectual de la inteligencia aflorado como «qualia», es decir hecho consciente para que pueda ser coordinado con el resto de percepciones (si procede) usando la atención (esto se explica en el PDF del Sistema mente).
Esta es una realización relevante porque de salida existe una especie de conexión mental, un pegamento mental que hace que el intelecto o pensamiento este intrínsecamente unido a nuestra sensación de identidad. Nos parece que «somos nuestros pensamientos».
Ese pegamento mental puede y debe romperse. Eso es Despertar y es cuando ocurre aquello que se dice de que el pensamiento deja de ser un amo horrendo para ser un razonablemente buen sirviente.
10 comentarios so far
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Lo de la luz en la nevera… qué buena analogía. Gracias.
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Comentario por Lú Delgado 07/05/2017 @ 7:46 amEse es un truco que nos mantiene bastante engañados al respecto de como son las cosas… 🙂
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Comentario por 道 07/05/2017 @ 7:55 amimagino que a muchos nos esté pasando, que lo que no podíamos explicar por una falta de intelectualidad y posiblemente de visión clara, queda aquí explicado magistralmente. Gracias por estas aportaciones tan valiosas, Tao.
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Comentario por maikerutenshi 07/05/2017 @ 7:59 am❤
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Comentario por 道 07/05/2017 @ 7:59 amEs solo con cierta disciplina mental que podemos empezar a ver que hay momentos de estado mental sin aparente sensación de autoría
¿Sensación de autoría o pensamiento de autoría?
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Comentario por ewilius 07/05/2017 @ 10:45 amSensación de autoría.
Los pensamientos de autoría son siempre auto-evidentes ¿no?
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Comentario por 道 07/05/2017 @ 10:45 amAprovecho para decir que estaré fuera de lunes a viernes, pero hay artículos programados y espero poder estar al día de los comentarios.
Un abrazo a todos.
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Comentario por 道 07/05/2017 @ 3:54 pmDices (ya no sé dónde): Por eso el mindfulness es tan útil; aunque más importante todavía es saber “para qué hacemos mindfulness”, pues la atención aprende en determinada dirección.
Podrías ampliar un poco más lo que hay detrás de la última coma: «…pues la atención aprende en determinada dirección»
Muchas gracias.
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Comentario por Codorníu 07/05/2017 @ 1:52 pmLa atención es aprendizaje, quizá podemos aprender de otras maneras más inconscientes, pero la forma en que tenemos de aprender de forma dirigida, intencional, es la atención.
Siempre que quieres aprender algo, aplicas atención.
Así pues el trabajo espiritual con la atención no tiene nada de particular, es igual con las matemáticas, con el deporte, con cualquier otra cosa que se te ocurra.
Pero claro, cuando aprendemos cualquiera de esas cuestiones antes mencionadas tenemos claro lo que queremos aprender, por ejemplo en matemáticas aprender a sumar, o en deporte aprender a patinar, por poner un ejemplo conceptual y otro no-conceptual.
¿Y qué queremos aprender cuando nos sentamos en silencio y nos dicen «concéntrate»?
La mayoría de las veces no tenemos ni la mejor idea.
Esta ignorancia es parte del estadio todavía bastante rudimentario del trabajo espiritual en general.
En realidad en el trabajo espiritual todavía está casi todo por hacer, porque a menudo ni los grandes maestros tienen respuestas a estas cuestiones y de hecho, el gran problema es que a menudo las rechazan y no buscan esas respuestas, porque consideran, que la tradición existente es todo lo que debe tenerse en consideración.
En la familia de las meditaciones vipassana es un poco más claro qué estamos aprendiendo. Por eso distingo entre meditaciones sin visión y con visión, en estas segundas, si se hicieran bien, se te dice qué has de entender y cómo (en este caso más que aprender es entender, pero con las matemáticas ocurre igual).
Y luego están la familia de meditaciones sin visión, donde no se te dice explícitamente qué has de entender.
En esta familia están las meditaciones como pudieran ser la samatha, el shikantaza o las meditaciones en el Ser vedantas. O incluso el mindfulness diario pues no siendo meditación es atención aplicada sin visión concreta y por motivos espirituales (o como mínimo vitales).
En cada caso puede variar sutilmente o radicalmente qué estamos aprendiendo.
Más cosas que quiero añadir. Una es que la atención sirve tanto para aprender como para des-aprender que básicamente es lo mismo.
Un ejemplo: si me he acostumbrado a que si me insultan me enfado, des-aprender eso también requiere de atención. Para lograr que al final cuando me insulten no me enfade.
Y la otra cosa que hay que recordar es que sin atención reflexiva, nuestras reacciones siguen siempre los patrones reactivos aprendidos. Por ejemplo: si me insulta, me enfado.
Yendo a la pregunta, en el caso del mindfulness en el día a día, tal como se entiende habitualmente. consigues al menos dos cosas al tener la atención reflexiva activada el mayor tiempo posible:
También se reduce el estrés, que es la golosina que nos venden en los cursos de mindfulness no-espirituales, eso es así precisamente porque evitamos todo ese tipo de reacciones aflictivas aprendidas.
Otras meditaciones pueden «enseñarnos» cosas diferentes. Por ejemplo en el shikantaza, inicialmente lo que se aprende es a ir rompiendo el nexo entre identidad y pensamiento del que se ha hablado en el artículo actual.
Eso ocurre por reiteración permanente del hecho de detectar el afloramiento de un pensamiento e ignorarlo sin tener reacción emocional alguna. De esa manera, te acostumbras a que el pensamiento aparezca y te «sugiera» cosas pero no decida tus reacciones emocionales. En Mahamudra hay meditaciones casi identicas y para lo mismo.
Bueno, como ves el tema da para mucho. En el PDF del sistema-mente también se habla de ello.
De hecho creo que este comentario ampliado seguramente acabe como artículo del blog. 🙂
Gracias por preguntar
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Comentario por 道 07/05/2017 @ 3:51 pmGracias a ti, Tao.
Un saludo.
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Comentario por Codorníu 07/05/2017 @ 9:21 pm