El blog de 道


La sutil diferencia entre des-condicionamiento, liberación y libre albedrío (y 3)

Bien, hablemos finalmente del libre albedrío.

Así como todos creemos ser libres de inicio y mediante nuestra auto-observación vamos descubriendo esos automatismo aflictivos que nos hacen reconocer que no lo somos al 100%, de la misma manera cuando ejercemos nuestra atención, de nuevo creemos ser libres porque nos hemos deshecho de ellos…

La reacción es razonable. Si creemos que somos libres y los automatismos «un pequeño problema a resolver» entonces pareciera que eso es así.

Pero fíjate que es porque supones de salida que eres libre. Si todo esto lo vieras en un animal tu conclusión sería muy diferente, básicamente dirías poco más que «se ha adaptado para evitar el sufrimiento». Lo cual es un logro notable pero nada que ver con su libre albedrío (que asumes que no tiene porque es un animal).

A veces identificamos «libre albedrío» con la complejidad en nuestras respuestas, a veces con la capacidad para aprender nuevas formas de reaccionar, a veces con la capacidad de actuar finalmente en un entorno de grandes dudas… pero ninguna de esas situaciones son garantía alguna de libre albedrío… pueden describirse perfectamente sin recurrir a esa esencia misteriosa que nadie ha tocado, ni percibido…

De hecho jamás, jamás, ha existido prueba alguna en su favor, y sí muchos argumentos en contra.

Pero que tengamos libre albedrío o no, cierto es, que sería un hecho metafísico irrelevante para el camino espiritual (como decía Roberto hace unos días) si no fuera porque ya «creemos que tenemos libre albedrío».

Es decir ese tema ya no es irrelevante para nosotros, porque nuestra posición ya no es neutra. Ya tenemos una creencia construida.

Me explico: es posible transitar toda la senda espiritual sin preocuparse en absoluto por si tengo o no tengo libre albedrío. De hecho es así como ocurre habitualmente en Asia porque ese concepto no es demasiado relevante para ellos y ni se lo plantean. El concepto de karma (y por tanto condicionamiento) es mucho más fuerte allí que el de libre albedrío. Incluso en el hinduismo se asume a veces un cierto determinismo fatalista… Probablemente en Asia el maestro tiene más trabajo intentando liberar a sus discípulos del fatalismo («da igual lo que yo haga, pasará lo que tenga que pasar…») y por ello es probable que destaque la capacidad de hacer, elegir y decidir.

La diferencia en occidente es que por herencia cultural cristiana ya hemos aprendido/decidido desde pequeños «que tenemos libre albedrío», que somos los que controlamos, los que decidimos, los que logramos, los que pecamos… y eso sí que es un impedimento a la liberación… y relevante.

Porque esa creencia es falsa y aflictiva… Y además es una de esas creencias de las que hemos hablado antes que tienen un efecto limitador…

Por ejemplo ¿cómo voy a «abandonarme» si creo firmemente que soy «yo» el controlador de mi vida? Evidentemente no voy a saltar de un avión si creo que no llevo paracaídas… Si creo ser el controlador, no puedo relajar el control, quedaría convertido en un pelele… Así da igual las horas de mindfulness o meditación que le dediques, no será eso lo que falte, lo que falta es sabiduría, entendimiento, prajna y realización…

¿O cómo vas a ser uno con el universo y a la vez mantener la creencia de que «decides de forma independiente a él»? ¿No te parece eso intrínsecamente contradictorio? ¿somos Uno o mil trillones? Tendrás que decidirte…

¿O cómo vas a afirmar que no hay un yo-entidad-nuclear que pueda reclamar autoría alguna pero que «tengo libertad y la ejerzo»? ¿cómo podría ejercer la libertad (o cualquier otra cosa) una ausencia?

En estos casos estamos intentando mantener creencias antagónicas (unidad total contra. decisor autónomo, o vacuidad contra controlador sólido) y a la larga ese conflicto va a tener que resolverse para no estar bloqueado indefinidamente.

Así pues, a efectos pragmáticos de la senda espiritual, no es que sea relevante saber o concluir si hay o no hay libre albedrío, sino que es relevante levantar la creencia «Yo decido», «Yo controlo», «Yo logro»… con eso basta, pero de hecho, levantados esos prejuicios, no quedará nada a lo que puedas llamar «libre albedrío».

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13 comentarios so far
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No somos libres Lo que Soy es Libertad…
Krishnamurti decía que la elección sólo se da en la mente que duda 🙂 Gracias como siempre!

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Comentarios por lamiradasecreta

Gracias por comentar, querida Mirada 🙂 (o)

Eso es.

A menudo confundimos «libertad de elección» con resolver una duda. Pero todo ser vivo, incluso una planta (a su ritmo, algo lento 🙂 ), sabe resolver un curso de acción dadas dos opciones ¿crezco a la derecha o a la izquierda? ¿florezco ahora o luego?. No necesita libre albedrío alguno.

De hecho es imposible no resolver una duda respecto a la acción a tomar, pues incluso no decidir nada (pasividad) es un curso de acción y por tanto sigue siendo lo que tradicionalmente se llama «tomar una decisión».

La realidad no esperará a que tú decidas nada, la acción es continua y no para, es inevitable «tomar un curso de acción» porque la realidad se sigue desarrollando dudes o estés segura del curso de acción, incluso mientras te sientas a «decidir» estás actuando…

Un abrazo

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Ahí reside el quid de la cuestión, como actuar sin reclamar una autoría personal. Esto me recuerda a un maestro Zen que decía el camino es fácil, se trata de no juzgar.
Corrígeme si me equivoco: Primero percibimos una acción y acto seguido la reclamamos como un acto personal. La accion es un proceso terminado y la reclamación del mismo también, estrictamente hablando no podemos hacer nada por cambiar la situación.

Saludos

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Comentarios por ewilius

Esto me recuerda a un maestro Zen que decía el camino es fácil, se trata de no juzgar.

De acuerdo, excepto en lo de fácil 🙂 pero bueno, es la clásica provocación de maestro zen 😀

Primero percibimos una acción y acto seguido la reclamamos como un acto personal.

Sí, así es. Y si la acción es muy rápida casi ni lo hacemos, como cuando suena un petardo y saltas, pero no te queda claro si has decidido saltar tú o no… ¿verdad? por eso despersonalizamos esa reacción y decimos que «es un acto reflejo». En realidad igual que enfadarte tras un insulto pero ahí ya no somos tan realistas… y nos apropiamos una autoría 😀 😀

La acción es un proceso terminado y la reclamación del mismo también, estrictamente hablando no podemos hacer nada por cambiar la situación.

Una vez ejecutadas ambas cosas, no… lo que se puede es eliminar la creencia de que dentro nuestro existe algo concreto que «controla» y «decide», puede cambiarse para siempre y ya no aplicará. A eso se le llama realización.

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Pero, si todo ocurre ahora, cómo puede haber elección? No creéis que sólo es un «tic»? La decisión a tomar está tomada kármicamente y sin un «yo» que se diferencie de otro, ese «hacer» irremediablemente tomará siempre la misma decisión (si pudieramos extrapolar el «ahora»). La planta no decide tomar una u otra dirección, símplemente «planta-sol» son un órgano indivisible. Sólo elucubro… 😉

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Comentarios por maikerutenshi

Muy de acuerdo… cuando hablo de elecciones siempre es por convenio lingüístico. Lo comentamos en la entrada sobre, precisamente, las elecciones.

Simplemente hay un curso de acción. Nada más.

Un abrazo

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Que paradójico !!
Por una parte nada que hacer
Por otra si no haces nada , nada ocurrirá…

Saludos

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Comentarios por ewilius

A mi me gusta más decir: Nadie hace nada y todo es realizado. 😀

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Estimado.
Gracias por este trabajo y este discurrir tan interesante.
Es fantástico.
Aunque siempre limitado (como todo aquello que acorralan las palabras y el pensar intelectual), pero extraordinario igualmente.

No he podido evitar (aunque tampoco lo he intentado), que me venga a la mente una asociación entre los términos «karma» y «conciencia» (que no consciencia).
Hablando únicamente en el contexto que nos ocupa.

Ese «peso» kármico parece estar presente en la mente de cada individuo en forma de conciencia (o culpa o responsabilidad u obligación o necesidad o deuda….etc).
Así, sin conciencia (salvo de si mismo, lo que sería algo así como Sentir que Eres), tendríamos algo parecido a un liberado o como se le quiera llamar, tanto da.

Las palabras enredan, bien lo sabes.
Muchas veces son impedimentos y no herramientas, muchas veces son espejismos y no agua, igual que los pensamientos.

Un devoto de Ramana, llamado Robert, propuso hacer una convención de Jnanis y que cualquiera que se presentase, fuera inmediatamente descalificado.
Más allá de esta divertida anecdota (es genial), acierta Robert al mencionar veladamente la enorme y fundamental diferencia entre lo que uno es y lo que uno cree ser.
Pero si todo sale de uno. ¿a quién escuchar? ¿Cómo diferenciar uno de otro y de otro y de otro?
Tus líneas son un manual de instrucciones para hacer eso.
GRACIAS.

Liquorman (y otros antes que él), dijeron que la verdad desaparece al contarla.
Espero de corazón que esto no ocurra con lo que has contado 😉

Y ya que hablamos de «corazón», con la lectura de tu escrito, tampoco he podido evitar (aunque no lo he intentado), recordar las diferencias que hay entre el yo emocional y el resto de decenas de «yoes».
Es como distinguir entre el silencio mental, el silencio del corazón y el resto de silencios.
Quizá así se perciba más claramente la intención de lo que escribo.
Con un silencio mental se acallaría la reactividad (la orgánica posiblemente y la psicológica probablemente).
La siguiente pregunta, podría ser ¿Como puedes silenciar el corazón? y ¿Que ocurriría si lo consigues?

Gracias de nuevo.
3 Abrazos.

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Comentarios por discipulodiscolo

El corazón, si hablamos de emociones, al igual que la mente, se aquieta, observándolo, es decir, siguiendo tu práctica y no debatiendo sobre ello -para bien o para mal- porque eso sólo acrecienta sus ganas de chismorrear.

Como se dice en esta magnífica entrada, no hay nadie que consigue nada así que tampoco cabría esperar nada especial…ni tampoco ordinario.

Pero todo esto ya se sabe, ¿no, discípulo díscolo?

Un abrazo

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Comentarios por Radamantis

No he podido evitar (aunque tampoco lo he intentado), que me venga a la mente una asociación entre los términos “karma” y “conciencia” (que no consciencia).

Ese “peso” kármico parece estar presente en la mente de cada individuo en forma de conciencia (o culpa o responsabilidad u obligación o necesidad o deuda….etc).
Así, sin conciencia (salvo de si mismo, lo que sería algo así como Sentir que Eres), tendríamos algo parecido a un liberado o como se le quiera llamar, tanto da.

Querido DD

Es una asociación sobre la que es interesante reflexionar, es cierto. La conciencia creo que podría tener muchas dimensiones y algunas de ellas son bastante aflictivas como bien dices.

La conciencia espontánea no es más que ética en acción (quizá no se la pueda llamar consciencia), pero no necesita de proceso conceptual alguno. Ni necesita creer en si hay o no libertad de acción. Simplemente actua.

Pero hay toda una familia de reacciones llamadas conciencia que exigen libre albedrío y un sujeto «responsable». Son las que citas: culpa o responsabilidad u obligación o necesidad o deuda. Y generan sufrimiento mental (innecesario).

Liquorman (y otros antes que él), dijeron que la verdad desaparece al contarla.
Espero de corazón que esto no ocurra con lo que has contado 😉

Jaja, nada de lo contado es del todo verdad, amigo, pero eso ya lo sabes. Y al final aunque los mapas no sean el territorio, pueden ayudar… quién sabe…

La siguiente pregunta, podría ser ¿Como puedes silenciar el corazón? y ¿Que ocurriría si lo consigues?

¿Debemos? en mi caso cada día soy más sensible. A los 30 mi corazón estaba cerrado y era indestructible. A los 45 lloro incluso con muchas canciones, o viendo maltratar a un ratita. Y me siento infinitamente más feliz y completo que entonces…

3 abrazos. 😀

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Me sumo a las felicitaciones del resto. Un magnífico tríptico, el de las últimas entradas, querido amigo.

Un abrazo

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Comentarios por Radamantis

Todo se realimenta de vosotros, casi todas las entradas las creais en cierta forma vosotros… 🙂

Muchos abrazos

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