El blog de 道


La muerte del 16º Karmapa, Rangjung Rigpe Dorje (y IV)
29/12/2015, 9:39 am
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Su ritmo cardíaco y la presión arterial se mantuvieron durante unos cinco minutos, entonces se agotó. Parecía que se dio cuenta de que no era viable, que su cuerpo no podía soportar más, y él se fue, murió.

Trungpa Rinpoche llegó al hospital poco después de eso, sin saber si Su Santidad estaba vivo o no. Así que tuve que decirle que había muerto. Y eso fue todo. Esas fueron sus remontadas, que fueron muy notables.

Incluso en la muerte, Su Santidad no dejó de sorprender al establecimiento médico occidental. Cuarenta y ocho horas después de su muerte, su pecho estaba caliente justo encima de su corazón. Esto fue lo que sucedió.

Situ Rinpoche (uno de los tulkus más jóvenes) me llevó a la habitación donde Su Santidad estaba reposando. Primero tuve que lavarme las manos por completo y poner una máscara. Y Situ Rinpoche entró y puso un tejido sobre su boca, como si incluso la respiración pudiera perturbar el samadhi de Su Santidad. Tomó mi mano, y la puso en el centro del pecho de Su Santidad y luego me hizo atender, y se sentía caliente.

Y es curioso, porque como me había lavado mis manos en agua fría, mi mente médica occidental dijo ‘Bueno, mis manos todavía deben estar un poco frías’. Así que me calenté las manos en alto, y luego le dije a Situ Rinpoche, ‘¿Puedo tocar su pecho una vez más?’ Me dijo: ‘Sí,’ bajó la bata de Su Santidad y puso mi mano en el pecho de nuevo. Mis manos estaban calientes en este momento, y su pecho estaba más caliente que mi mano. Para comprobarlo, moví mi mano a ambos lados de su pecho, y estaban fríos. Y entonces toque de nuevo en el medio, y estaba caliente.

También pellizqué su piel, y aún era flexible y completamente normal. Hay que saber que aunque hay alguna variación, sin duda después de treinta y seis horas, la piel es como pasta. Y al cabo de cuarenta y ocho horas, su piel era exactamente como la tuya y la mía. Era como si no estuviera muerto. Pellizqué su piel y volvió a su lugar. La turgencia era completamente normal.

Poco después de irnos de la habitación, el cirujano también salió y dijo: ‘Está caliente. Está caliente.’ Y entonces todo el personal de enfermería iba diciendo, ‘¿Es que todavía caliente?’. Después de todo lo que había pasado, simplemente lo aceptaron. Por mucho que todo lo que sucedía iba en contra de su formación médica, sus creencias culturales y su educación religiosa, en este punto no tenían problemas para simplemente aceptar lo que estaba ocurriendo realmente.

Esto estaba, por supuesto, muy en consonancia con la experiencia tradicional tibetana, la gente realizada como Su Santidad, después de que su respiración y el corazón han dejado de funcionar (la disolución externa), permanece en un estado de profunda meditación por algún tiempo (la ‘luminosidad base’ que sigue a la disolución interna) con el rigor mortis ausente durante ese período.

Una cosa que debo mencionar es la cualidad de la habitación en la que estaba reposando. El tulku dijo: ‘Su Santidad está en samadhi’ (es decir, descansando en el Dharmakaya de la luminosidad base). Lo que la gente sentía en esa habitación parecía depender de sus diferentes niveles de percepción.

Le pregunté Trungpa Rinpoche al respecto. Dijo que cuando entró en la habitación, era como si el vacío hubiera absorbido todos los obstáculos mentales. No hubo charla mental. Estuvo absolutamente en calma. Todo era crudamente simple y directo. Dijo que era por lo que estaba tan concentrado, que no había espacio para cualquier tipo de obstáculo en absoluto. Y dijo que era absolutamente magnífico.

Mi experiencia no fue así. Para mí, el aire era escaso y había una tranquilidad que era inquietante de alguna manera. No había ninguna familiaridad, ni ruido de fondo. Era como estar en otro reino, uno que era absolutamente inmóvil y vasto. Estaba solo el cuerpo de Su Santidad en el centro de la habitación, envuelto en su túnica de brocado, y se sentía como si no quisieras ni respirar. Esa fue mi experiencia. Sentías como si cualquier cosa que hicieras perturbaría esa quietud. Mis acciones me gritaban. Quiero decir que toda mi grosería y vulgaridad simplemente me gritaba.

Sentía como si en cada movimiento que hacía hacia su cuerpo, estaba cortando algo de espesor para pasar a través. Y que todo lo que hacía era torpe. Y desde un punto de vista normal, no lo era. Estaba caminando. Pero había un aire de calma, una toma de conciencia en esa habitación que era insoportable. Entendí lo que Trungpa Rinpoche quería decir con el vacío, porque se sentía así.

Después de tres días, el samadhi de Su Santidad todavía continuaba. Fue interesante, porque los médicos y las enfermeras estaban tan preocupados como el tulkus más jóvenes en que dejáramos su cuerpo allí y no lo moviéramos hasta que su samadhi terminara. Esto era inusual, porque normalmente cuando alguien muere, el personal del hospital quiere deshacerse del cuerpo lo más rápido posible. Esa es la forma en que lo hacemos en Occidente.

Después de tres días, el samadhi terminó. Se notaba porque Su Santidad ya no estaba caliente, y el rigor mortis finalmente llegó. Y también el ambiente en la sala cambió, volviéndose más normal…

– Reginald A. Ray’s, 1981, entrevista al Dr. Mitchell Levy

Fuente en inglés (ampliada)


 

Epílogo:

Hay una cosa que es importante que entienda. Si se me necesita aquí para enseñar a los seres sintientes, si todavía hay trabajo que hacer aquí, entonces no habrá enfermedad que sea jamás capaz de vencerme. Y si no se me necesita más para enseñar a los seres sintientes, entonces aunque pueda atarme, no permaneceré en este planeta.

– Rangjung Rigpe Dorje al Dr. Mitchell Levy unos años antes

 


21 comentarios so far
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«El rugido del león» en youtube
Doy la gracias por la presencia de la Luz en este plano y doy las gracias a las personas que se han vuelto transparentes para que la Luz pudiera pasar limpiamente a través de ellas.

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Comentarios por lamiradasecreta

Gracias por estas traducciones, Tao. Son muy inspiradoras.

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Comentarios por Toni

Gracias a vosotros por leer. Esa es la mejor manera de definirlos, son textos para que surja devoción…

Espero que todos esteis disfrutando de estas fiestas.

Un abrazo

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Pues sí, acá andamos, disfrutando lo que se pueda jejeje. Feliz Navidad a ti también, Tao, y lo mismo a quienes aparezcan por aquí para leer, comentar o lo que fluya.

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Comentarios por Toni

Más que devoción, lo que me surje es escepticismo. ¿Sabes si se hizo algún tipo de estudio médico de ese caso? Sería muy interesante….

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Comentarios por marcos

Marcos, lo que por descontado sí habría es los informes médicos, ya que esa etapa final hasta su muerte sucedió en un buen hospital, en Illinois (USA). Puedes echar un vistazo a un post que escribí en mi blog sobre el tema:

http://jugandoalegremente.blogspot.com/2015/03/iluminacion-la-desaparicion-del-dolor.html

Lo más interesante de ese post puede ser el testimonio transcrito de lo que dice el médico, y el vídeo de youtube, de 48 minutos de duración, sobre este 16º Karmapa. Copio parte del testimonio del médico:

En 1980 se empezó a saber que el Karmapa estaba seriamente enfermo de cáncer. Al año siguiente, el Karmapa murió en un hospital de Illinois. El doctor Mitchell Levy era el médico del Karmapa en ese tiempo. Él dice:

«Lo que más me impresionó de Su Santidad era su desbordante e incesante bondad. Su bondad nunca titubeó; era su más férrea cualidad. Yo observaba como médico una enfermedad imparable que devastaba su cuerpo; y aún así esta bondad nunca cesaba. Cada mañana, entraba y le preguntaba: «¿Está dolorido?». Y siempre decía: «No». Cerca del final, terminó gastándome bromas: Lo primero que yo hacía cada mañana era ir a ver a Su Santidad y, antes de que yo pudiera decir nada, él sonreía y me decía: «No. No hay dolor, no hay dolor». Eso era muy confuso para mi equipo; estábamos abrumados, porque era obvio que él no negaba la enfermedad, pero tampoco se le veía dolorido. Así que el staf [el personal médico] estaba constantemente confrontado con esta persona moribunda que estaba mucho más interesada en cómo ellos se sentían, que en cómo se sentía él».

Eso es breve (del minuto 28 al 29), pero quien quiera puede seguir viendo un minuto más del vídeo, hasta el minuto 30 y pocos segundos, donde el médico menciona otro hecho curioso: la zona del corazón del 16 Karmapa se mantuvo caliente durante 3 días tras su muerte. El médico reconoce que no tiene ninguna explicación médica para eso (mejor ver sus palabras exactas en el vídeo). En la tradición tibetana, eso es un signo de samadhi.

Y el vídeo donde dice eso (en el vídeo aparece el médico en persona, explicándolo con sus propias palabras):

(el vídeo está linkeado para que comience en el minuto 27 y medio, que es cuando el doctor dice lo que me interesó destacar, pero bien puede retrocederse para verse entero).

Sigue siendo una opinión, ya que la medicina no es una ciencia exacta, pero es una opinión interesante porque no habla alguien de oídas, sino el médico que era jefe del equipo médico que le trató, y que estuvo siguiendo personalmente todos esos acontecimientos.

Evidentemente, en última instancia nada de esto importa demasiado. Lo único que realmente puede impactarnos más allá de toda duda es continuar cada uno con su sadhana, y cuando finalmente el ego quede completamente deshecho (iluminación), entonces sí se disiparán todas las dudas y sabremos lo que merece ser sabido por «experiencia propia» (aunque no haya un «yo» limitado que lo experimente). Y aún así, no podremos transmitir directamente este «conocimiento» propio a los demás (aunque sí indirectamente inspirar con nuestra actitud o «aroma»), sino que Ello se revela a cada uno cuando finaliza su sadhana y sucede la iluminación, el final de la totalidad de las capas del ego. Hasta que «lleguemos» a ese punto (aunque no es el «yo» que creemos ser quien «llega»), son normales las dudas, el escepticismo, el sufrimiento, las inquietudes, etc. Así que las dudas son bienvenidas. Pero únicamente una sadhana constante hasta el final del ego es lo que disipará las dudas por completo y definitivamente para siempre.

Saludos

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Comentarios por Toni

gracias por tu comentario. Lo que me pasa es que cuando algo contradice las leyes de la termodinámica, por ejemplo, directamente lo dudo, lo diga quien lo diga, pues no caigo en la «falacia de la autoridad»,(https://es.wikipedia.org/wiki/Argumento_ad_verecundiam).
Tienes razón, nada de esto importa, aunque sea importante… 😉

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Comentarios por marcos

Yo solo sabría añadir que antes de traducir el texto confirmé que tanto entrevistador como el doctor entrevistado existían y eran quienes decían ser. De hecho el Dr. Mitchell todavía está en activo en un cargo médico de responsabilidad. Aquí:

http://www.rhodeislandhospital.org/mitchell-m.-levy-m.d.-appointed-chief-of-the-division-of-critical-care-pulmonary-and-sleep-medicine-at-rhode-island-hospital.html

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Y aquí una descripción actual de su implicación en el budismo vajrayana:

http://shambhala.org/teachers/acharyas/mitchell-levy/

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Gracias a ti, Marcos. Y además por recordarnos con tu ejemplo una sana actitud que suelen recomendar los maestros (incluso Buda), eso que mencionas de no caer en la falacia de autoridad. Estoy de acuerdo con esa actitud, por supuesto, ya que es sano ponerlo todo en duda, ya que eso es estar abiertos pero sin ser crédulos (los crédulos son los que afirman o niegan algo al 100% basándose en la percepción de los sentidos, pero quienes dudan tienen la mente abierta hasta cierto punto, si bien pueden sospechar cuál de las opciones podría ser la verdad, pero sin afirmarlo a rajatabla pues por propia experiencia todos sabemos que a veces nos equivocamos).

Las dudas pueden suponer una contrariedad para las ilusiones (pues desaparecen cuando uno primero duda de ellas y finalmente descubre su ilusoriedad), pero nunca suponen una contrariedad para la verdad. pues la verdad siempre permanece. Si dudamos de todo, lo único que quedará al final es la verdad, pues la verdad es lo único que resiste la prueba del tiempo, la verdad sobrevive al tiempo y a las dudas: un día el tiempo mismo desaparecerá (pues no es verdaderamente real), y las dudas también desaparecerán (sin ego no puede haber ni tiempo ni dudas), pero la verdad sí persistirá intemporalmente 😉

Abrazos

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Comentarios por Toni

Muy acertado tu comentario sobre la duda, Toni.

Pero no es menos cierto, que el que duda de todo se mueve con una actitud de desconfianza que provoca que su apertura vaya cerrándose o que apenas esté presente.

Así que para vivir la verdad hay que dudar pero también hay que confiar. ¿Cómo se confía dudando? Wu Wei

Un abrazo

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Comentarios por Radamantis

Estoy de acuerdo con tu puntualización, Radamantis. Tal vez podría hablarse de que hay etapas donde tal o cual cosa resulta apropiada. Por ejemplo, la duda resulta bastante útil como corrección temporal a la orgullosa actitud del ego cuando cree saberlo todo o saber muy bien algo en concreto (en esa etapa, mediante la duda se produce un aumento de la receptividad, una apertura de miras que es potencialmente muy útil). Sin embargo, en algún momento llega la etapa de ir más allá de la duda. Probablemente no de golpe, sino mediante un proceso donde la intuición/confianza va en aumento y casi sin uno darse cuenta la duda va disminuyendo y en su lugar va aumentando una especie de discernimiento que un día se convierte en un glorioso amanecer, en un océano de paz incondicional. Por decirlo así (aunque a las palabras siempre podremos darles la vuelta dependiendo de lo que queramos enfatizar jejeje).

Un abrazo 🙂

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Comentarios por Toni

Lo primero decir que me hace ilusión ver aquí a Toni, Radamantis, Marcos y A’Chinao el último día del año. Sois como una familia, faltan otros, pero en cierta manera sois la familia del blog junto con esos que faltan (ellos ya saben quienes son).

Por decir algo más, mi actitud ante estos eventos es de escepticismo al estilo clásico griego. Es decir, más cercano al Wu Wei que comenta Radamantis que a lo que normalmente se llama escepticismo.

Es decir: no lo sé. Ni sí, ni no, ahí está, ahí queda 🙂 queda registrado para el futuro por si se da la oportunidad de confirmarlo 😀

De hecho todos vamos a confirmarlo en parte tarde o temprano… 😀 😀

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Uno no puede entender o vivir las verdads del corazón con las leyes de la termodinámica, Marcos.

Es el desafío al que apuntan casi todas las entradas del blog de nuestro querido Tao.

Un abrazo

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Comentarios por Radamantis

Razón tienes. Cada cosa es lo que es. Las dudas, la confianza, la física, el corazón. Un abrazo para taodosy taodas. ;-))

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Comentarios por marcos.

«Lo primero decir que me hace ilusión ver aquí a Toni, Radamantis, Marcos y A’Chinao el último día del año. Sois como una familia, faltan otros, pero en cierta manera sois la familia del blog junto con esos que faltan (ellos ya saben quienes son).»

Feliz año, K!

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Comentarios por Radamantis

¡Feliz año del mono de fuego! 😀 😀

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Mencionaste hace días esta entrada y esta historia y tomé nota mentalmente. Ahora he venido hasta aquí a leerlo. Qué decir, impresionante, hermoso, maravilloso. Me ha emocionado de verdad. A mí no me cabe la más mínima duda de que todo eso pueda suceder y de que sucedió. Su fuerza de voluntad, su consciencia ocupando ese cuerpo. Desde luego son individuos muy evolucionados en ese camino espiritual.
Quiero apuntar una cosa. Cuando su cuerpo yace ya sin vida en esa habitación. El corazón caliente. El samadhi que dura tres días. El lama que entra hace el comentario siguiente: «Un vacío que absorbía toda charla mental».
Vale, en verdad no soy el Karmapa ni he estado 3 días en samadhi, ni vivo ni muerto, y lo digo con todos los respetos. Y no sé qué pensarás de mí o qué impresión puedo darte o haberte dado. Quiero decir que no sé qué habrá cruzado por tu mente al respecto de mí, por las cosas que puedo comentar o relatar. Pero voy a decir que «Un vacío que absorbe toda charla mental»… Sí. Sin duda, sí. En un momento determinado tu mente «te pide», porque se establece ahí, una quietud absoluta y total. En absoluto ningún movimiento. No surge ningún pensamiento, ninguna idea. Puede que de ese grifo dejes escapar un poco de agua, pequeñas fugas, o algunas gotas sueltas. Pero antes de que nazca el pensamiento y se formalice ya sabes cuál es su significado e intención, lo observas y entiendes y no llega a surgir, o sí, pero con una fuerza debilísima. Pero en esos momentos no parece haber mente, o pensamiento (sí inteligencia o conciencia) y la quietud es tal que no hay diferencia o brecha alguna con la realidad. Estás «dentro» de la realidad, eres uno con ella, pero de una forma tal que no hay movimiento, solo observación en la que casi se disuelve el observador, aunque hay conciencia. No sé si esto se corresponde con lo que a veces has denominado Talidad.
Y solamente es un océano de paz y silencio que te invita a zambullirte más y más.
Espero que entiendas que me acerco a todo esto desde «fuera» de la ortodoxia budista, pese a sentir el mayor de los respetos, desde fuera de los conceptos, la doctrina e incluso la meditación. Espero que lo entiendas. No, no soy el Karmapa ni el Buda, y la experiencia y la comprensión del Buda no me sirven, pese a que comulgo y aspiro a ello. Pero debo descartar las doctrinas y experiencias de A, B o C, porque busco mi experiencia, mi comprensión, mi sabiduría, mi realización, en este cuerpo, en esta mente, en esta vida, o en este camino que ahora sigo.
Sobre ese particular ambiente en la habitación del Karmapa, también un par de cosas han acudido a mi mente. Hace muchos años me hice amigo de una chica, Carolina Blay. Carolina era hija de Antonio Blay Fontcuberta, que daba cursillos de autorrealización y además era practicante de yoga y escritor, escribió por ejemplo un libro sobre Hatha Yoya. Jamás llegué a conocerle en persona o a asistir a uno de esos cursillos, una pena, porque en verdad quería pero no fue posible. Se me hizo evidente que Antonio había avanzado mucho en su camino, en la autoindagación y en hacer limpieza de toneladas de impurezas. Su hija Carolina decía que él era capaz de cambiar la atmósfera de una habitación, las vibraciones o el estado, de hacer «algo» en esa estancia. De la misma manera, en la autobiografía que me leí de Krishnamurti se decía que él entraba en una estancia y era capaz de hacer «algo» inexplicable para los demás, de cambiarla en cierto sentido. Sí, no soy escéptico a este respecto. Todo esto me ha venido a la mente por esa descripción de la habitación del hospital.
Enormes gracias por esta impresionante historia y esta traducción.

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Comentarios por whatgoesaround

De nuevo tus descripciones son muy certeras.

¿Puede cambiarse el entorno solo con la presencia en samadhi?

Muy probablemente sí, pero sutilmente, de manera que hace falta receptividad en la habitación para que eso ocurra.

Por eso ocurre en momentos en que las personas están receptivas y hay alguien presente con un samadhi suficientemente fuerte.

Ni tan siquiera hay que recurrir a fuerzas desconocidas para explicar esto, hay posibilidades a investigar que podrían ser en el canal de transmisión: hormonas, campo magnético mental… quién sabe.

Hoy día se afirma que nuestras hormonas influyen en el otro para enamorarse, ¿y no dicen que los perro huelen el miedo?, no se me hace nada difícil entonces ver esto como posible. ¿Por qué no va a poder pasar algo parecido con otros estados mentales?

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Hola. Sí, sin duda. El cerebro y la mente son dos enormes desconocidos, sobre todo el primero. A la ciencia le queda mucho camino por recorrer y muy probablemente muchas cosas, fenómenos y estados tienen una explicación científica, razonable y hasta medible. No hace falta recurrir a lo esotérico, lo paranormal o calificaciones de ese estilo. Muy bien apuntas lo de las hormonas. Las feromonas, todo el tema de «la química del amor», aunque pueda sonar gracioso tiene base científica y somática. Todo lo que se hablaba con Tommit hace días. Placer, dolor, quién sabe si éxtasis incluso. También está todo el tema de los chakras, los centros de energía. Se habla mucho de la glándula pineal como «puerta» a lo extrasensorial, y de hecho esa glándula u otra, ahora no recuerdo, segrega una sustancia que es la que nos hace ver visiones en sueños. O sea, es como un alucinógeno o droga entrópica, y natural 100%. Hace años hablé de esto en una entrada. Y por supuesto, volviendo al samadhi y la meditación, está todo el tema de las ondas cerebrales. Creo que se han hecho estudios con gente meditando, de diferentes confesiones, obteniendo resultados constatables. O que se activaban otras partes del cerebro. El tema de las conexiones, las sinapsis… creo que queda mucho por explicar aún. De la misma forma que hace cientos de años se podía considerar a la epilepsia una enfermedad misteriosa o hasta provocada por los dioses, o la esquizofrenia también con tintes misteriosos. Hoy la ciencia las estudia y explica. Sobre la meditación mucho podría hacerse, y el Karmapa dejó constancia en ese hospital.
Hoy mismo lo he pensado: imagínate estar frente a frente con una persona totalmente realizada y despierta. Alguien que observa la realidad tal cual es, desde una quietud total, desde un vacío mental y la total ausencia de contenidos e imágenes. Tendría que ser muy fuerte, estar frente a un Ramana o un Nisargadatta, pensar que es el mismo Sí Mismo el que te observa y habla. Eso tiene que impactar, marcar y dejar una huella y unos efectos en los demás. También creo que muchísima sabiduría del Tibet y del budismo tibetano se ha perdido a lo largo de los siglos, a pesar de que se hayan transmitido conocimientos y linajes. Cosas que desafiarían el sentido común, especialmente del pensamiento occidental.

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Comentarios por whatgoesaround




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