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Tenzin no era una persona especialmente sensible pero le corrían lágrimas por las mejillas mientras caminaba pendiente arriba… no podía quitar la vista de la montaña…
El mal tiempo les había hecho cambiar la ruta y renunciando a llegar al macizo de los Annapurnas habían tomado dirección a Ghorepani para esquivar la tormenta de agua y hielo, y porque desde Ghorepani habían una vista impresionante de los Himalayas que incluía aparte de los propios Annapurnas, el Nilgiri y el majestuoso Dhaulagiri.
La noche anterior habían llegado mojados y helados, tras ascender 1.500 metros de desnivel bajo la intensa lluvia, a un refugio a unos 3.200 metros de altura en Ban Thanti. Allí aparte de la familia que lo cuidaba solo había un curioso anciano inglés residente en Katmandú, David, que estaba pasando unos días con ellos.
Reunidos todos alrededor de la estufa, pues afuera helaba y no había otra forma de calentarse, jugaron a cartas, hablaron de sus viajes, de lo rápido que cambia el mundo, bebieron raxi y finalmente cada uno se fue a su frío rincón a dormir.
Por la mañana, sobre tierra helada, se despidieron y continuaron la ruta. Al llegar a la carena de la montaña el paisaje del Himalaya se desplegó completamente y K. vio por primera vez el increible Dhaulagiri…
K. no era una persona especialmente sensible pero le corrían lágrimas por las mejillas mientras caminaba pendiente arriba… no podía quitar la vista de la montaña y no entendía por qué se sentía tan emocionado.
No fue hasta un poco después que su mente hizo surgir un pensamiento que por lo ajeno que le parecía le convenció de que provenía de capas muy profundas de su psique. El pensamiento afirmó en su cabeza: “¡cuánto me recuerda al monte Kailash!”
Y entonces entendió que las lágrimas que caían por sus mejillas no eran por el Dhaulagiri sino por haber perdido para siempre la visión del monte de cristal, la montaña sagrada Kailash, cuando fue expulsado.
Lo que no entendió del todo era porqué pensaba eso, si él era europeo, nunca había estado en el Tibet y nunca había visto más que en fotos el monte Kailash.
5 comentarios so far
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Ufffffff… el Kailash… desde siempre lo he llevado pegado a la piel.. sin saber por qué…pero su esencia hace tiempo que viaja siempre conmigo… algún día no me importaría sentir la misma emoción que K… 😉
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Comentario por Pekas 25/11/2015 @ 10:31 amTashi Delek!
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Comentario por Carlos Antúnez 25/11/2015 @ 10:51 amTashi Delek, Carlos.
Pekas, Kailash Kora quizá en Agosto de 2.016… por si te interesa… 😀 pero no en bici… 😀
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Comentario por 道 25/11/2015 @ 11:30 amQué maravilla! Gracias 🙂
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Comentario por maikerutenshi 25/11/2015 @ 3:19 pmYa he empezado a contarte mi viaje 😀
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Comentario por 道 25/11/2015 @ 3:30 pm