El blog de 道


y la doma del buey
12/11/2013, 4:25 pm
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Y ya finalmente, quizá algo más fácil de entender que las precedentes fases, el clásico de La doma del buey originalmente de (creo) Kakuan Shien:

1. En busca del buey (la búsqueda)
2. Halladas las huellas del buey (el presentimiento)
3. Al encuentro del buey (el descubrimiento)
4. La captura del buey (la captura)
5. La doma del buey (la doma)
6. Retorno a casa a lomos del buey (el camino del gran retorno)
7. Olvidado el buey, sólo queda el boyero (solo y sin memoria)
8. Completo olvido del buey y el boyero (nada)
9. Regreso al fondo y al origen (algo más que nada)
10. Entrada en el mercado con las manos vacías (el retorno a la plaza del mercado)


35 comentarios so far
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Gracias por compartirlo, lo había leído hace tiempo mas lo olvidé.

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Comentarios por Álvar Camero

Diría que es el modelo de etapas de realización más conocido del zen, también quizá el más fácil de entender aunque sigue siendo metafórico.

Con LinChi no dije nada porque es realmente complicado de entender, pero ¿alguien se atreve a interpretar este modelo? Por ejemplo ¿qué es el buey? 🙂

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Reblogueó esto en Cultura, Mente y Naturaleza.

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Comentarios por Gonzalo Garcés

Venga, ya me animo yo con algún comentario y así me los podeis criticar.

El buey viene a ser el ego o el proceso mental egoíco. Aunque también podría verse como la propia naturaleza búdica oculta, en este caso la primera parte queda mejor pero al final no tiene sentido que desaparezca el buey (la naturaleza búdica) y quede la persona. Por tanto vamos a suponer que el buey es la parte egoica.

La primera fase habla de esa primera inquietud de que «nos falta algo» y no somos felices. Comienza la búsqueda espiritual.

En al segunda «vemos la huellas» empezamos a ver como funciona el ego y el proceso del pensamiento y su falta de control. Inquietante

En el descubrimiento pienso que se refiere a que vemos por primera vez un atisbo de nuestra naturaleza búdica aunque sea solo como unos segundos de silencio mental de tanto en tanto mientras meditamos. Primeras meditaciones reales.

La captura podría ser la capacidad de volver a ese punto siempre que queramos pero siempre temporalmente así que empieza la doma…

En esta fase transcurre en realidad la mayor parte del tiempo hasta que un dia domamos al bueye y volvemos victoriosos a casa. El proceso egóico ha sido trascendido y el ego (que sigue ahí) ya no nos molesta, ya no somos nosotros. Kensho.

En la siguiente fase (Buey olvidado) el ego ya ha desaparecido por completo.

Fases de Sunyata/Anatta, vacío y no-yo, estados últimos del budismo, compresión de la vacuidad de todo, especialmente de uno mismo.

Integración y vuelta al mercado. Entendida ya la realidad de las cosas, nada queda por hacer más que seguir viviendo con normalidad.

¿Para quién, para qué crecen las flores?

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Existe una descripción de «etapas» todavía más simple, la proporciona el monje japones Dogen en el Genjokoan: «Estudiar la vía del Buda es estudiarse a si mismo. Estudiarse a sí mismo es olvidarse de sí mismo. Olvidarse de sí mismo es ser experimentado por todas las cosas. Ser experimentado por todas las cosas es dejar caer nuestro propio cuerpo-mente y el cuerpo-mente exterior. Hay un estado en el que las huellas de la realización se olvidan, y se manifiestan las huellas de la realización olvidada por mucho, mucho tiempo».

Casí idéntica a la doma del buey, aquí vemos con más claridad qué representaría el buey (=la vía, es decir, =sí mismo). La cuestión es que esto, en Dogen, y probablemente también en Linchi, en el autor de la doma, etc., no representan etapas más que metafóricamente; son su seguidores los que (en un giro escolástico) las convierten (las convertimos) en etapas en un sentido literal (campo base, despues campo 1, campo 2… y ¡POR FIN, LA CIMA!), devirtuandolo todo, haciendo de algo dicho en un momento por alguién, un dogma, un ideal, una ilusión, una (lejana) meta a alcanzar, en definitiva un obstáculo, algo en lo que quedar entrampados.

Creo que las «etapas», que abundan en la literatura budista antigua (en buena parte de estilo confuciano, es decir, amante de la ritualización de las cosas, de la numerología, de la jerarquización de todo…), en realidad «describen» estados que se dan simultaneamente, no en sucesión lineal o, si lo preferimos, de manera circular. Es decir que a la etapa 10 de la doma le sucederia la 1, como gráficamente vemos en el parecido entre el joven que aparece en la estampa 10 y en el de la estampa primera.

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Comentarios por Roberto

Roberto, ¡gran acierto! así es, el Genjokan de Dogen es un gran texto.

Respecto a lo que comentas, ya sabes que no lo compartimos pero lo respeto. Para ti las etapas son metafóricas, para mi son muy reales.

Pero el maestro debe hacer una pirueta mental casi de político para lograr evitar que el practicante se obsesione con ellas. En ese sentido debo reconocer que igual lo que publico es contraproducente para la práctica de los que tengan más tendencia a esa obsesión.

Al sentarse, siempre Mushotoku…

Si tienes un maestro realizado cerca (¡realizado!), lo mejor es dejar estar todo el tema de las etapas, ya te guiará él. Pero si no lo tienes, puede ser útil para entender lo que está ocurriendo (si es que llega a ocurrir).

Además hay que entender que como bien dices, el proceso depende de cada persona y también de la práctica seguida (sea zen o sea otra), no es siempre lineal, por ejemplo Hui Neng despertó súbitamente, etc…

Pero encontraás patrones idénticos en todas las fases de distintos maestros: fíjate como Dogen dice también que primero debe estudiarse a sí mismo (encontrar al buey), olvidarse de sí mismo (eliminar al buey), dejar caer cuerpo y mente al ser experimentado por todas las cosas (Nada, Enso, círculo, comprensión del origen interdependiente)

¿Casualidad? ¡Claro que no!

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Conoces algún maestro realizado en España?

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Comentarios por marcos

En la tradición budista no, pues ando muy alejado de dojos y shanghas.

En la tradición advaita, resulta que el maestro de mi maestro (Anuraj Jairn) vive en España. Es James Swartz:

http://www.shiningworld.com/top/

Por supuesto no seré yo quien valide su realización pero si mi maestro lo considera una persona completamente realizada, tampoco seré yo quien lo ponga en duda.

Con cierta realización más o menos completa conozco a más personas, pero paradójicamente ninguna de ellas tiene el menor interés en ser maestro…

En realidad la primera realización, la de desligarse del ego, la que explico en el artículo Kensho II, no es tan rara como se pudiera creer, pero hay que saber reconocerla porque la persona que la vive no necesariamente siempre tiene «el aspecto» que esperas de una persona espiritual… A veces ni siquiera entiende muy bien lo que le ha ocurrido. Sin buscar mucho localicé dos pesonas en ese estadio. En un artículo que se publicará pronto, lo explico…

Quizá resultará que es hasta poco habitual que una persona realizada quiera enseñar: es una tarea árdua con tanto ego-de-taza-llena suelto y su única motivación sería la compasión por los que sufren en el sueño puesto que ya nada tiene por ganar en este mundo…

Que quede claro que normalmente no van a negarte una respuesta a cualquier pregunta que les plantees, simplemente no te van a ir a buscar ni se van a hacer publicidad. Si llegas hasta ellos y preguntas, te contestan. Punto. 🙂

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muchas gracias!
le echaré un ojo a esa web.

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Comentarios por marcos

… Particularmente me inclino más por ver al Buey como lo que usted llama la «Naturaleza Búdica» (creo que éste dócil ser tiene características más afines a esta naturaleza) … Aunque ciertamente también podría ser visto como ese «Proceso Mental Egoíco» que de igual manera usted conceptualiza: … «La casa se mantiene limpia, evitando que la «suciedad» entre en ella, o limpiándola de la «suciedad» que a ella haya podido llegar» … Si la intención es mantener la casa limpia, entonces creo que cualquiera de las dos vías se pueden aplicar … (En una existencia esferoidal, para llegar a un punto; son diversas las vías que se pueden tomar) … Ahora bien, cuando la Casa se encuentra limpia, entonces vemos a su vez que todo está limpio, nos olvidamos pues de la «suciedad» (exterior); nos olvidamos pues de que tenemos que limpiar (la Casa), pero de seguro veremos que ahora los que estamos sucios somos nosotros (de tanto evitar que la casa esté sucia), y es allí cuando probablemente decidamos darnos un baño (cual rito bautismal), para desleír nuestra suciedad en el «Inodoro» (como diría zentaoconmuchakarma) y luego; decidamos ir al mercado con las manos limpias a buscar algo para cenar … Ummm, ahora el problema es saber lo que es la Casa …

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Comentarios por Anónimo

Una visión interesante… 🙂

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Anónimo, permiteme discrepar de lo que comentas, pero no me parece que el buey posea en absoluto una forma de ser docil; de hecho se escapa, se resiste, hay que domarlo y solo en el 6º cuadro empieza a comportarse de una manera «adecuada»; durante los 5 primeros no ha hecho otra cosa que procurar trabajo y fatiga a su «dueño».

Más cercano a eso que llamas «naturaleza búdica» estaría la Casa, de hecho es una metáfora usada tradicionalmente en el zen para referirse a ese concepto. Si bien, como nos recuerda el cuadro 8º, una vez apaciguado el buey y «retornados a nuestro verdadero hogar», hay que olvidarse de cualquier concepción de que haya «alguien» (un buscador) que haya logrado «algo» («una naturaleza (llamada) búdica»).

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Comentarios por Roberto

Tal como comenté antes, creo que en aras de mantener la metáfora de la doma del buey, se toman algunas libertades que hacen confuso asignar el rol de ego y el rol de naturaleza búdica a buey y/o persona.

Por un lado es cierto que cuando uno empieza en la via, lo que va descubriendo es su naturaleza búdica por tanto aparentemente «la búsqueda del buey» debería ser «la búsqueda de la naturaleza búdica»

Por otro lado lo que desaparece al final es el buey, y sabemos que lo que desaparece al final es el ego y no la naturaleza búdica, por tanto visto aquí el buey debería ser el ego.

Además, tal como comenta Roberto, el hecho de que el Buey no se deje domar también podría entenderse como ego aunque también podría decirse que es la elusiva naturaleza búdica…

En general si lo miramos estrictamente creo que se pueden argumentar ambas cosas, creo que lo que es determinante es que al final lo que desaparece es el buey, por tanto el ego. Pero bueno, en todo caso la metáfora cumple su función pero no tiene por qué ser perfecta…

Respecto a la casa, la verdad es que nunca había reparado mucho en ella, no le he dado demasiada importancia metafórica, quizá erróneamente… Para mi simplemente es la «ausencia d búsqueda», «salgo a buscar» cuando no estoy buscando, retorno a casa…

Ciertamente a la casa en el zen se le da cierta connotación de «mente/naturaleza búdica» como cuando se explica que la realización es como el ladrón que entra a robar a una casa vacía. Pero bueno, son solo metáforas, porque en ese caso si la casa es la naturaleza búdica ¿quién es el ladrón? 🙂

En realidad en cuanto el ladrón logra entrar en la casa, él mismo desaparece, pues la casa vacía está incluso vacía de ladrón, la casa convierte en vacío todo lo que en ella entra y es la propia casa vacía la que se sorprende de ella misma… por estar vacía…

Un abrazo a ambos y gracias por aportar tanto

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… De no ser dócil ¿Lograrías Domarlo? …

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Comentarios por Anónimo

¡Hola!

Interesante discusión.

He estado leyendo los comentarios, y de algún modo estaba pensando qué postura sería la más correcta: si el buey es el Ego o si el buey es la «Mente de Buda». Pero lo cierto es que como comenta Tao curiosamente las dos posturas no son excluyentes.

En el primer caso, si procuras domar el Ego te acercas a tu naturaleza búdica, y al final del camino domas a ese Ego. En el segundo caso tratas de alcanzar tu naturaleza búdica, «limpiando» y eliminando los residuos del Ego en el camino. O sea que las dos posturas son correctas, lo cual enriqueze la metáfora, diría yo.

Eso si, el buey no desaparece como dice Tao. Incluso después de haberlo trascendido vemos como en la última estampa el boyero entra en el mercado a lomos del buey. Creo que el detalle es importante, sea lo que sea ese buey 😉

Por último recupero una frase de frase de Po-chang que cuando le preguntaron qué era la naturaleza búdica dijo:

«Se parece mucho a cabalgar un buey en busca del buey»

¡Un abrazo!

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Comentarios por Abhyasa

Ostras, me suena eso del retorno al mercado a lomos del buey pero en el dibujo no lo veo, ¿quizá está en otra versión? ¿alguien sabe cuantas versiones de los dibujos hay?

Si me permites completar algo lo que decías «buscar al buey montando en el buey» es la metáfora de como se busca la naturaleza búdica más que de ella en sí misma. Pero ya encaja con la idea de que en el zen la naturaleza búdica se represente como el buey.

Pues buscamos algo que nunca nos ha abandonado, solo hemos de aprender a mirar…

El hecho de montar al buey tiene incluso una n-sima derivada, pues nos da la idea de como uno debe «abandonarse» y dejarse llevar, abandonar la voluntad de oposición a la realidad tal como es, pues nuestro libre albedrío es ilusorio y de la ilusión de tener voluntad surge el ego.

En la mitología india se suele usar la metáfora del jinete sobre el elefante para lo mismo, así de parecidas son…

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«Cabalgar un buey en busca de un buey», gracias Abhyasa, no conocía este hermoso dicho zen. Lo primero que me ha venido a la cabeza es que estamos ante una metáfora de que la práctica es interminable, que el buey, el camino, la vía, no son las etapas de un camino al final del cual hay una «meta». Si fuera así, ¿qué haríamos una vez alcanzada esa meta?. Es decir, en el fondo la función de (esa metáfora que llamamos) «camino», no es otra que animarnos a recorrer, a seguir recorriendo, ese camino, dicho de otra forma, la «meta» no es otra que el camino en si.

De hecho fué también Po-chang el que dijo, ya muy viejo: «Un día sin trabajar, un día sin comer»; una clara alusión a que (en el zen) no hay diferencia entre práctica y despertar.

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Comentarios por Roberto

… Buena Frase. Me hizo recordar una atribuida a San Agustín en referencia a Jesús: «No me buscarías sino me hubieses encontrado» … Con la venia por parte de quienes no comulgan con el Cristianismo …

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Comentarios por Anónimo

> una clara alusión a que (en el zen) no hay diferencia entre práctica y despertar.

Supongo que quieres decir en la secta Soto Zen (post-Dogen)… ¿Crees que puede mantenerse el mismo axioma en la secta Zen Rinzai?

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En la secta Rinzai, no lo se; en cambio Lin-ji, por lo que he leído y creído comprender en sus dichos conjeturo que es posible que no estubiese en desacuerdo. De hecho considero que esta equivalencia (práctica=despertar) es extrapolable al mismo Buda Sakyamuni.

Pero aquí, en realidad, el koan es otro: ¿En qué consideramos que consiste practicar?, esta es la cuestión, por lo menos para mí esta es la gran cuestión. Y me adelantaré un poco diciendo que este koan no creo que tampoco esté resuelto en la actual escuela soto -ni en oriente, ni en occidente- en la que «práctica» se ha confundido con «ritual».

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Comentarios por Roberto

Uhm, un concepto muy interesante ¿en qué consiste practicar para Dogen o para ti?

Bueno, si te apetece escribir más al respecto, yo encantado 🙂

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¡Hola Roberto!

>Lo primero que me ha venido a la cabeza es que estamos ante una metáfora de que la práctica es interminable, que el buey, el camino, la vía, no son las etapas de un camino al final del cual hay una “meta”. Si fuera así, ¿qué haríamos una vez alcanzada esa meta?. Es decir, en el fondo la función de (esa metáfora que llamamos) “camino”, no es otra que animarnos a recorrer, a seguir recorriendo, ese camino, dicho de otra forma, la “meta” no es otra que el camino en si.

Pues si y no.

Creo que sí hay un camino, y de hecho aunque aprecio que aportes un punto de vista distinto, lo cual siempre es interesante, creo que en el caso de las diez estampas del boyero el sentido de “vía” o “progresión” está bastante claro, y además tiene todo el sentido. En última instancia es cierto que no hay camino ni objetivo, pero para el alumno o para cualquier otra persona que se acerque al fenómeno de la búsqueda espiritual existen etapas o fases, y de hecho en muchos momentos pueden ser muy útiles para saber donde te encuentras y no dormirte en los laureles de la iluminación por ejemplo.

Las estampas del boyero tienen probablemente su origen en el taoísmo. En un principio eran 8, y la secuencia acababa con el boyero y el buey (o el toro) trascendido. Cuando el budismo asimiló esta enseñanza añadió las dos imágenes finales, que basicamente hablan del paso del despertar a la sabiduría. Quizás porque de acabar en la octava estampa podría entenderse que el camino acababa en el despertar, cosa que rara vez ocurre si alguna vez ha ocurrido (esta postura sería más propia de vías graduales como el Theravada).

El que ha llegado a la última etapa sabe que no hay etapas (vaya, esto parece un koan XD ), y no tiene necesidad de guía o práctica (en el hinduismo le llaman el estado fácil o natural). Es una paradoja, así que no aspiro a que tenga sentido si se quiere analizar desde la lógica más cartesiana, pero así lo veo yo. Es la puerta sin puerta. Hay una práctica y una progresión, pero al “final” de esa práctica el aspirante descubre que nunca hubo etapas ni nada que buscar, que la realidad siempre estuvo presente en todo su esplendor.

Una imagen más moderna dice que la prática espiritual es como buscar tus gafas con las gafas puestas. La práctica o progresión sería el camino necesario para darse cuenta de que toda búsqueda es, en realidad, innecesaria. Obviamente una vez hecho el descubrimiento no tiene sentido seguir buscando, y es en ese sentido quizás que estoy de acuerdo contigo y podemos afirmar que la práctica es interminable: el trabajo consiste en no olvidar, en no volver a buscar otra vez (por costumbre, por inercia) las gafas de nuevo. Curiosamente esto precisamente es lo que ocurre en ese paso que he mencionado del despertar a la sabiduría: durante meses o años y en contra de tu propia experiencia te la pasas buscando, todavía un poco despistado, sin acabar de creerte que ya tienes las gafas puestas!!!

¡Perdón por ocupar tanto espacio en tu blog Tao!

¡Un abrazo!

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Comentarios por Abhyasa

Es un honor que podais charlar aquí los dos y muchos otros.

Mi opinión, Roberto lo sabe, es muy cercana a la de Abhyasa.

De hecho nunca he entendido lo de «Despertar=práctica»

¿Quiere decir que «Despertar=sentarse» y cada vez que te levantas vuelves al Samsara?

¡No lo creo!

Seguro que Dogen quería decir alguna cosa más… ¿Qué?

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Por cierto Abhyasa, ¿no sabrás si se puede ver por Internet una versión de «la doma» taoista?

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Cuando he dicho qué estabamos ante un koan… desgraciadamente lo decía en serio. Se trata de un koan, en primer lugar, para mi mismo.

Es más fácil decir en qué NO CONSISTE la práctica, que en qué consiste.

Actualmente se confunde la práctica, por lo menos en el ámbito zen europeo, con la práctica de una serie de «formas» externas exóticas. De hecho se llegan a confundir cosas como comer de una forma complicada y absurda para nosotros, cantar en un idioma incomprensible, dejarse «estupidizar» por jerarquías confucianas e incluso cosas como las artes marciales (es decir la estilización de técnicas militares japonesas tradicionales, es decir de técnicas encaminadas a la optimización del asesinato y al dominio sobre los demás) con el zen.

Todo esto, en realidad, no es el zen; aunque en un momento histórico dado, para un practicante concreto, en una situación cultural dada, hayan podido ser expresiones genuinas de la propia práctica, pero «per se» no son la práctica zen.

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Comentarios por Roberto

Ya, entiendo lo que dices, de hecho seguramente por eso nunca he asistido a un sesshin 🙂

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Bueno, hay seshin y seshin. Existe una modalidad, instituida por el monje japones Kosho Uchiyama (abad de Antaiji y antecesor de Muho, el monje alemán que es actualmente abad del mismo monasterio y del que he empezado a publicar una serie de artículos en mi blog denominada «Práctica adulta») , a la que llamó «seshin sin juguetes», y de la que puedes ver su descripción aquí http://huellaszen.blogspot.com.es/2009/06/sesshin-sin-juguetes-kosho-uchiyama.html .

Mi punto de vista sobre esta propuesta de Uchiyama la escribí aquí http://huellaszen.blogspot.com.es/2011/07/como-hacer-que-el-silencio-hable-y-la.html , texto que redacté precisamente después de asistir a un retiro de este tipo en Italia, cerca de Roma (a donde acudo de vez en cuando a «refrescar» un poco mi zazen), practicamente en el único sitio en Eutopa (que yo sepa) donde se pueden practicar actualmente este tipo de retiros.

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Comentarios por Roberto

Muy interesante, aunque Italia sigue pillando bastante lejos, pero si puedo seguiré esta modalidad a ver como evoluciona.

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No creo que evolucione mucho pues se trata de una simplificación absoluta de una práctica, zazen shikantaza, que ya en si misma es el mínimo común denominador de todos los tipos de meditación. Se practica o no se practica. Es uno el que evoluciona, no la práctica externamente definida.

Con todo este tipo de retiros, aunque extremadamente simples, no son en absoluto fáciles, y eso que en Italia no practicamos exactamente como en Antaiji. En Italia, por ejemplo, practicamos unas 11 h. de zazen diario (desde las 6:20 hasta las 21:30) mientras que los retiros en Antaiji son de 14 h. diarias de zazen.

Se requiere un zazen asentado y maduro, nadie va a decirte que tienes que hacer, nadie va a asesorarte, no hay «juguetes» (ni «maestro», ni charlas, ni «trabajitos» con los que distraerse, ni rituales exóticos, ni paseos por la naturaleza, ni nada más que zazen, comer, cagar y dormir); como dice Uchiyama tienes que ir con la lección previamente aprendida, si no es un tipo de práctica que se puede convertir en un infierno.

Yo, por ejemplo, organicé hará un par de años una seshin sin juguetes aquí en España, de dos días y medio, y de las 5 personas que la empezamos solo acabamos 3.

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Comentarios por Roberto

Uhm, es muy interesante lo que explicas.

Por aclarar, yo hablaba de evolucion en el sentido que llegue a España, no de que cambie.

-Preguntas: ¿cómo organizais las 11 horas? ¿cada uno hace pausas según su criterio o hay pautas?

Y ya por hacer de abogado del diablo, si solo te sientas y ni siquieras tienes asesoria alguna, ¿qué lo distinguiría de simplemente quedarte un festivo en casa meditando todo el dia? ¿qué ventajas o aporta?

Un abrazo

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Comentarios por Tao

La organización la puedes ver aquí http://www.lastelladelmattino.org//index.php/vita-della-comunita/rovofiorito/calend , y si deseas ver como se organizó la que hicimos aquí en España puedes escribirme a la dirección de correo que aparece en mi blog (en la pestaña «Grupo de zazen de la Cañada» de mi blog, la encontrarás abajo del todo) y te envío el documento en el que explicaba las «normas» concretas de ese retiro.

Obviamente se hacen pausas para hacer kinhin durante unos minutos cada 35-40 min., y quién lo desee puede saltarse algún periodo y leer o hacer alguna tarea en el jardín; esto era algo que hacía alguna persona cuando comencé a ir a Italia (entonces éramos 4 en total), pero en los últimos retiros (en el último creo que fuimos 8), excepto la persona encargada de cocinar, no recuerdo que haya salido nadie.

Respecto a cual es la diferencia entre practicar así solo o en grupo, en última instancia ninguna, pero en la práctica creo que hay dos:

– la primera es que hay quien no podría sentarse ese número de horas si no tuviese el estímulo y el apoyo de otros con los que está compartiendo la experiencia, yo por ejemplo.
– la segunda es que, cuando uno conoce una forma de «hacer» las cosas que ha sido significativa para el propio proceso interior (es lo que a mi me sucedió) es consustancial a la vía compartirla (de alguna manera) con los demás.

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Comentarios por Roberto

Muchas gracias por todas las respuestas, Roberto.

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Una bonita versión del tema:

http://terebess.hu/english/oxherd24.html

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Un texto interesante, aunque con la especial terminologia de anadi al respecto del tema: http://anaditeaching.com/a-higher-perspective-on-the-ten-ox-herding-pictures/

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Comentarios por Tao

Otra muy buena interpretación, esta ya dentro de la ortodoxia zen: http://terebess.hu/english/oxherding.html

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